El solitario funeral de Francisco Franco y el aislamiento en que dejó a España
Falleció el dictador español y su funeral contó con escasos representanes de los países democráticos. fueron algunos de los asistentes a la ceremonia que tuvo estrictos protocolos de seguridad.
Años permaneció Francisco Franco en el poder en España.
Daniel Pérez Pavez
La muerte de Francisco Franco el 20 noviembre de 1975 no dejó indiferente a nadie por su condición de personaje histórico mundial. Luego de participar en el fallido golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y liderar la victoria contra la Segunda República en la Guerra Civil española (1936-1939), el general instauró una dictadura de 36 años que perduró hasta su muerte.
Más allá de la huella profunda que dejó su régimen autoritario, el funeral de Franco se convirtió en un desaire histórico de los países democráticos que, en su mayoría, no enviaron representantes a la ceremonia.
El protocolo fue férreo e, incluso, previamente se detuvo a los líderes del PC español. A las 7 de la mañana de esa jornada se cerró la capilla ardiente de Franco en el Palacio de El Pardo y lo velaron sólo los miembros del Gobierno. A las diez horas se celebró un multitudinario funeral en la plaza de Oriente que presidieron los flamantes reyes.
Allí se reflejó el aislamiento
El funeral de Franco mostró el aislamiento de España ante el mundo.
del país, ya que la presencia de mandatarios extranjeros se limitó al rey Hussein de Jordania; el príncipe Rainiero de Mónaco; el vicepresidente de EE.UU., Nelson Rockefeller; la primera dama de Filipinas, Imelda Marcos, y el dictador chileno Augusto Pinochet junto a su esposa
Lucía, vestido con su uniforme de gala y capa gris.
El programa consideró la celebración de una misa de difuntos sólo para familiares e invitados y un homenaje público liderado por Juan Carlos I, que pocas horas antes había sido proclamado rey. Se colocó el féretro sobre
un estrado ante el que desfilaron unidades militares, pero las exequias -de gran ostentación-, contrastaban con la escasa presencia internacional. Tras la ceremonia final, un camión militar Pegaso acogió el ataúd sellado de Franco y lo trasladó hacia el Valle de los Caídos.