El surrealismo sin fronteras de Frida Kahlo: una vida de arte, rebeldía y sufrimiento
Miles de personas despìdieron a la artista Frida Kahlo en el museo de Bellas Artes de la Ciudad de México. Creó unas 200 pinturas, dibujos y esbozos vinculados a su vida. Murió a los 47.
Años más que Frida tenía el muralista Diego Rivera cuando se casaron.
Daniel Pérez Pavez Coloridas, ingenuas y auténticas para retratar el riquísimo folclore mexicano son las pinturas que trascendieron a la intensa vida de Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, un ícono de la cultura latinoamericana que ha sido revalorada por las nuevas generaciones.
Hija de padre alemán y de madre española, sus 47 años estuvieron marcados por padecimientos, desde la poliomielitis que la afectó cuando niña hasta un grave accidente de autobús, que le lesionó gravemente la columna, y le forzó a someterse a más de treinta operaciones.
Del sufrimiento afloró la gran artista que logró fama internacional. A los 22 años se casó con el muralista Diego Rivera, en una relación tormentosa y apasionada que tuvo incontables vicisitudes. Durante su vida, creó unas 200 pinturas, dibujos y esbozos vinculados a su vida, principalmente atados al dolor físico y emocional y su turbulenta relación con Diego. Frida pintó 151 cuadros, de las cuales 55 son autorretratos.
Artistas insignes como
Bandera cultural. Frida es un ícono del arte para los mexicanos.
André Breton y Salvador Dalí calificaron su obra de surrealista, pero ella discrepaba: “Nunca pinté sueños, sino que mi propia realidad”. Expuso en galerías y museos de París y Nueva York, y entre sus trabajos más reconocidos se encuentran “Las dos Fridas”, “La columna rota”,
“Ciervo herido”, “Viva la vida”, “Henry Ford hospital” y “Diego en mi pensamiento”.
Sus biógrafos aseguran que la amputación de una pierna la sumió en una gran depresión que la condujo a varios intentos de suicidio. Incluso, muchos creen que
ella decidió su destino final, aquel 13 de julio de 1954, en Coyoacán, aunque nadie reclamó una autopsia. A Frida la despidieron miles de personas en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y su féretro se cubrió con la bandera del Partido Comunista mexicano.