Pese a todos los recaudos, a veces hay tragedias que son inevitables
Para competir en el Ironman de Pucón, la organización pide, junto a la inscripción, una declaración jurada de aptitud física a cada deportista. Aun eso y un despliegue de recursos médicos no hacen a la carrera infalible.
El retorno del Ironman 70.3 de Pucón estuvo marcado por el fallecimiento de Renato Bastías Fischer, de 38 años, avezado en las lides del triatlón. Pese a tratarse de un deportista “sano y controlado”, según describe el hermano mayor del malogrado atleta, el “Tunita” sufrió un paro cardiorrespiratorio mientras realizaba los 1.900 metros de natación, la primera de las tres disciplinas que contempla la competencia. Así, el oriundo de la ciudad donde se realiza la cita internacional se convierte en la segunda persona que pierde la vida durante la prueba, pese a los diversos recaudos que toma la organización para prevenir desgracias de este tipo.
Para inscribirse en la carrera es requisito llenar un formulario en que el atleta asegura estar en forma física adecuada para afrontar una prueba de la exigencia de un triatlón, siendo responsabilidad de cada competidor realizarse los chequeos correspondientes.
Aun así, y atendiendo a la demanda y al desgaste que implica afrontar una disciplina de este tipo, la organización tiene contemplado un despliegue importante para prevenir alguna tragedia. De hecho, en 2012, cuando ocurrió el primer fallecimiento, el argentino Iván Páez fue evacuado en helicóptero, luego de sufrir malestares en medio del ciclismo. Esa vez, el deportista llegó con vida al hospital de Pucón.
Esta vez, pese a contar con desfibriladores en diferentes puntos del recorrido, provistos por una empresa externa, que complementa la tarea del cuerpo médico de la Red Salud UC Christus, así como ambulancias, el protocolo
Duro. -que se ha ido afinando desde lo ocurrido en 2012- parece no haber tenido prevista una emergencia mayor en el lago, aunque todo indica que nada podría haber evitado el fatal desenlace en el caso de un deportista que, según su familia, “se fue haciendo lo que más le gustaba”.