Las complejidades de eliminar de un plumazo a los delegados presidenciales
Aunque tienen funciones diferentes, los funcionarios designados se topan, en la práctica, con los gobernadores. El Presidente Boric se comprometió en campaña a terminar con los DP, pero dejaría vacío un flanco político.
Aunque tienen funciones diferentes, no deja de ser cierto que en cada región del país, desde julio de 2021, cuando desaparecieron los intendentes, hay dos máximas autoridades: el delegado presidencial, designado y responsable de las tareas de gobierno interior y seguridad pública, y los gobernadores, ejecutivos y presidentes del consejo regional.
En su campaña, Gabriel Boric anunció que terminaría con el cargo de delegado presidencial, para entregar nuevas competencias a los gobernadores. La ministra del Interior, Carolina Tohá, aseveró el viernes que el compromiso “está vigente y se va a cumplir”, luego de que el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, dijera que el Presidente “se comprometió durante la campaña, una vez electo, y después en cada reunión que tuvo con nosotros, a eliminar a los delegados. Yo le pido que cumpla su palabra”.
Nicolás Freire, cientista político y académico de la Ucen, comenta que terminar con los delegados “no es sencillo técnicamente, porque hay recursos que se planifican desde el gobierno central para las regiones y son los delegados los que lo van administrando. Por ejemplo, este gobierno planifica un presupuesto pensando en La Araucanía como un problema de bienestar, de abandono, de entregar oportunidades, pero si lo administra un gobernador de derecha dura, se irá a seguridad y a enfrentar el terrorismo”.
Efectivamente, Boric ha explicado que la idea es “dar autonomía presupuestaria a las regiones, que la glosa presupuestaria no dependa de Interior y dar flexibilidad para su ejecución”. Su plan además contempla un aumento de ingresos propios de esos gobiernos y el compromiso de trabajar en una nueva ley de rentas regionales.
El presidente de la Asociación de Gobernadores, Patricio Vallespin (titular de Los Lagos), señalaba ya en junio la agenda de traspaso, que parte con “el traspaso de competencias consensuada, con pertinencia viendo los desafíos
“NINGÚN GOBIERNO QUIERE DEJAR ESPACIOS DE PODER. SIEMPRE HABRÁ UN DELEGADO”.
NICOLÁS FREIRE Cientista político U. Central.
de los territorios; flexibilidad presupuestaria para llegar a la autonomía financiera hacia 2023; un presupuesto ese año con una mirada construida con los gobiernos regionales; y el financiamiento de las regiones y qué tributos debieran ser de pertinencia regional y cómo se financia”.
El Primer Mandatario iniciaba por esos días el proceso de transición, al entregar a los gobernadores la presidencia de las Comisiones Regionales de Uso de Borde Costero. De acuerdo con el plan, se sumarían luego presidir la Comisión de Evaluación de Impacto Ambiental; el Consejo Regional de Capacitación; la fijación de vías de acceso a playas; el otorgamiento de concesiones gratuitas de corto plazo y la elaboración de los planes reguladores intercomunales. Además, vía Contraloría se transfirió la competencia para integrar el Comité Resolutivo de Licencias de Juego y Operación de Casinos.
La lista abrió el apetito. En septiembre, los senadores Ximena Rincón y Matías Walker, entonces de la DC, solicitaban que los gobernadores pudieran invocar la Ley de Seguridad del Estado.
Por otro lado, está la arista puramente política. Boric se reunió el viernes con los delegados y les indicó que “ustedes son la voz del gobierno en las regiones y en muchas todavía no se siente nuestro espíritu como debiera. Eso tiene que empezar con un trabajo en terreno, con un despliegue comunicacional, sacando a los gabinetes a terreno”.
Nunca se van a eliminar los delegados, sino que se va a traspasar la mayoría de sus funciones, pues son útiles a los gobiernos, dice Freire desde la Universidad Central: “Imaginemos un gobernador y una mayoría de alcaldes de oposición. La plataforma política y comunicacional, con miras electorales, se está regalando en aras de la descentralización. Ningún gobierno quiere dejar espacios de poder. Siempre habrá un delegado, tal vez con un trabajo más político, de negociación, para que la ejecución no diste de los lineamientos del gobierno central. Seguimos siendo un estado unitario”.
Tal cual, la ministra Tohá ha aclarado que la promesa de gobierno “no significa simplemente eliminar a los delegados, sino que cambiar la figura, hacer una modificación de cómo la institucionalidad de presencia del gobierno central en las regiones está resuelto en la actualidad, que es insatisfactorio. Ese compromiso se va a cumplir” .