No va a la Cop27, habla de su autismo y en un libro desnuda a los “negacionistas del clima”
La sueca Greta Thunberg se independizó de su padres y, con 19 años, reenfoca su lucha ambientalista sin abandonar los ideales que hace un lustro la convirtieron en un líder mundial.
a intensa vida de Greta Thunberg cambió demasiado desde a que, a los tiernos 14 años, se instalaba con un cartel sobre un puente de Estocolmo a protestar contra la contaminación, y los actuales 19 de la joven que ya se distanció de sus padres y que sigue luchando con mayor fuerza por concientizar a la comunidad sobre el devastador cambio climático. Hoy vive con algunos amigos en un departamento minúsculo en la capital sueca -“tiene una habitación y duermo en el vestíbulo”, confidencia-, mientras analiza su ingreso a la universidad y continúa aferrada a la pasión que le genera su movimiento Friday For Future para combatir la crisis del planeta.
A tanto llega su desacuerdo ideo-ecológico con los viajes en avión debido al impacto ambiental, que la única condición para una entrevista concedida hace poco a El País de España fue que el periodista llegara en tren, tras 14 horas de viaje. “No quiero que la gente vuele sólo para verme a mí”, se justifica.
En este período, al margen de la agresiva e irónica respuesta que le dio Donald Trump alguna vez -“parece una niña feliz que espera un futuro brillante y maravilloso”-, cierta campaña mediática la presentó como si quisiera fomentar la vuelta a las cavernas . “Nunca he dicho nada de eso, pero es lo que interpretaron algunos. Sólo muestra lo frágiles que son algunas personas que no quieren que las sermoneen, especialmente si lo hace una mujer joven”, argumenta.
Pronto lanzará su “Libro del Clima” en Madrid con la visión de cien expertos que abordan esta crisis, según Greta, “la mayor amenaza que jamás haya afrontado la humanidad . En una crisis existencial como esta tenemos que intentarlo todo para que se produzcan los cambios y esperar que la gente responda”.
Thunberg alerta que “el mayor peligro son los retardistas del clima (climate delayers). Los que dicen: ‘el cambio climático es real, pero no podemos actuar ahora, vamos a esperar y no ser tan negativos’. Esos son peligrosos porque están anestesiando a la gente, los negacionistas”.
Sin embargo, tras la Greta combativa hay otra muchacha sensible que desnuda su Asperger y Toc para conmover a la gente sobre el autismo, porque “es tan importante hablar de ello y para mí es muy natural hacerlo”. De paso, legitima su ausencia meditada de la Cop27 en Egipto y asume que el activismo la sacó del aislamiento social. “Lo que gano compensa con creces lo que pierdo. Nunca he salido de fiesta ni a bailar, pero no los necesito. Preferiría volver a sentarme a la puerta del Parlamento”, confiesa con esa transparencia que la hace más admirable y querible que nunca… Daniel Pérez Pavez*