Una película muy vista que siempre ofrece emoción
En los descuentos, gana 2-1 al Bayern Múnich para ir por su 15º título europeo.
Real Madrid, finalista. Triunfo épico.
La Champions League es como una película que se reedita todos los años. Y que, pese a los matices de cada nueva versión, todos la siguen viendo. Es, si se quiere, como el superéxito de taquilla que fue Titanic, que el mundo se volcó a las salas a ver aún sabiendo el final: que el barco se hunde. Y la analogía con el torneo de clubes campeones de Europa es válida, porque en cada temporada podrán cambiar los protagonistas, los héroes y los villanos, pero el remate es siempre el mismo... Y, ahora, no hay excepción.
El Real Madrid, jugando en casa el partido de vuelta de la semifinal, derrotó al Bayern Múnich por 2-1 y se instaló en la definición del 1 de junio en Wembley, donde enfrentará a otro alemán, el Borussia Dortmund.
La clasificación “merengue” al partido por el título ya es repetida. Será su 18ª final de la Liga de Campeones, la novena en la “era moderna” del torneo.
Como se ve, poca novedad en una película muchas veces vista.
Pero hay más coincidencias con ediciones anteriores.
La visita se puso en ventaja a los 68 minutos, mediante el gol del zaguero canadiense Alphonso Davies. Luego del empate 2-2 en el duelo de ida, la clasificación se ponía cuesta arriba para el Real Madrid.
Sin embargo, el local inclinó aún más la cancha hacia el arco defendido por Manuel Neuer, en busca de la hazaña. Y el guión de esta película señala que siempre los “merengues” logran triunfos épicos.
Extendiendo su leyenda en el torneo, los “merengues” tienen en Joselu a un héroe inesperado.
Esta vez, no hubo excepción.
Con goles a los 88’ y 90+1’, el Madrid de Carlo Ancelotti revirtió el marcador y se quedó con la serie.
Película repetida, majaderamente reiterada y poco orginal... Mas no aburrida.
Parte de la gracia de estas reediciones de la película es que varían los actores.
Esta vez, el héroe fue Joselu, quien ingresó por el uruguayo Federico Valverde cuando restaban nueve minutos para el final. Y su cambio tuvo efectos definitorios, porque convirtió
los dos goles.
De paso, le arrebató el protagonismo a Neuer, quien se había aburrido de tapar pelotas imposibles, mostrando una versión casi olvidada del magistral arquero alemán de 38 años. Pero bastó un desliz para darle vida al Madrid y
regalarle la gloria a Joselu. No pudo embolsar un remate de Vinícius Júnior que le pica encima, facilitando el empate del delantero español, quien luego procedió a darle la ventaja definitiva al local al empalmar un centro del zaguero Antonio Rüdiger desde la izquierda. En primera instancia, el juez asistente señaló posición adelantada, pero la videoasistencia lo convalidó.
Película épica. Como siempre. Pero con polémica. Favorable al Madrid, claro. Sobre el final del tiempo agregado, un apresurado cobro de offside impidió el eventual empate muniqués.
Película repetida. Cierto. Pero emotiva igual.