Mirada Percepciones 2016, ni tan buenas ni tan malas
EL MES que termina, es el momento quizás más duro del año; pues se representa en toda su magnitud la crisis existencial. Saber que las vacaciones fueron un breve sueño y, que a partir de ahora se abre ante nuestros ojos un extenso e imponderable año. En resumen, angustia a la chilena.
A pesar de lo descrito, nos atrevimos a preguntarle al consumidor sobre varios asuntos que han marcado agenda, desde lo que pensaban acerca de los empresarios, pasando por las “inversiones” piramidales, hasta como intuían que sería este año. A partir de aquello, proyectamos varios datos, sorprendentes algunos. Por ejemplo, se observa un alza significativa en la evaluación general del quehacer empresarial. Particularmente llama la atención el incremento desde 13% a 27% de evaluación positiva que reciben las grandes empresas; por ausencia de grandes escándalos y acusaciones de colusión. También mejoran indicadores tales como la honestidad, transparencia y aporte social de la empresa.
La memoria de la opinión pública es corta, definitivamente. Lo que juega a favor de la reconstrucción reputacional del sector empresarial; siempre y cuando se tomen las medidas correctivas adecuadas.
En la otra mano, mirando de noviembre a marzo, podemos afirmar que se observa una persistente tendencia a la baja en la percepción que los consumidores tienen de las empresas respecto a cuatro aspectos. Tiende a la baja la percepción de que las empresas se preocupan por hacer las cosas cada día mejor, su percepción de liderazgo en América Latina, su respeto a los derechos laborales y a los derechos de los consumidores.
A su vez, lo que los ciudadanos y consumidores siguen criticando más de las compañías, tiene que ver con el posicionamiento emocional, trabajo, ética y responsabilidad social. Factores que exigen una actitud más cercana, por parte de estas, al mundo gubernamental como forma de dialogar e interactuar con los consumidores. Las críticas las hace el consumidor desde su perspectiva ciudadana ( política ) y no como cliente, necesariamente. Algo que no logran comprender muchas empresas y, de ahí la pérdida en los cariños. La responsabilidad social no es una técnica del marketing corporativo, y si es un factor estratégico del balance scorecard.
Aunque esta lógica no aplicó en el caso AC Inversions; siendo el principal responsable el estado que no fiscaliza y luego el exceso de