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“Si se da lo que el BC espera, no creo que sea necesario volver a subir la TPM”

¿Estuvo bien el BC al plantear en su IPoM de marzo un rango de PIB 2016 entre 1,25%-2,25%? ¿Comparte la crítica de otro ex ejecutivo del BC, Sergio Lehmann, en cuanto a que el BC debiera ser más directo y transparen­te en su comunicaci­ón? Es decir, ¿le cue

- (TPM), de sólo un alza este año?

ta en el mediano plazo?

—No, yo creo que tenemos que hacernos cargo de estos problemas y podemos aspirar a volver a crecer al 4%. Con una tasa del 3% a lo que aspiramos es a converger del 50% de los ingresos de las naciones más desarrolla­das de la OCDE que tenemos hoy, al 60%, que es como Grecia, Portugal, Estonia.

¿De aquí a cuándo?

—En un período largo de tiempo. Estamos hablando de 30 años si la economía sigue creciendo al 3%. Al 2% estamos retrocedie­ndo en términos de ingreso per cápita, lo que es decepciona­nte y frustrante. Frente a eso, volver a crecer a 4% es una meta ambiciosa, pero realista.

Qué requiere, porque hoy se ve lejos…

—Hay que sudar la gota gorda. Requiere preocupars­e de volver a generar un ambiente favorable para la inversión; seguir cerrando las brechas de participac­ión laboral; mejorar lo que hacemos en inversión en investigac­ión y desarrollo a nivel de las empresas; mejoras en el sistema educaciona­l a nivel de acceso, cobertura y calidad; y aumentar la eficiencia del Estado, entre otros.

¿A qué apunta con generar un ambiente favorable para la inversión?

—Hay temas duros, como el tributario, y también temas blandos, como el discurso del rol que juega la iniciativa privada en la economía. En una economía como la chilena y en todas las que están dentro de un sistema de mercado y democracia, el rol del sector privado, la legítima búsqueda de ganancia, son factores que permiten generar crecimient­o. Producto también de algunos escándalos, este rol se ha deslegitim­ado y eso genera mayor incertidum­bre a nivel político. Es importante volver a legitimar eso como un aporte muy importante a la sociedad, lo también se tiene que reflejar en el discurso político. —Es un rango realista y justificad­o de lo que son las perspectiv­as para 2016. Podemos tener matices que se pueden expresar en que bajo nuestro análisis los riesgos para la actividad están sesgados a la baja y no equilibrad­os como lo planteó el BC o que podríamos esperar un punto medio un poco más bajo, de un rango entre 1% y 2%, pero son diferencia­s menores.

¿Cree que en esta ocasión el BC hizo un esfuerzo extra por ser más realista con su expectativ­a de crecimient­o?

—Las proyeccion­es originales de diciembre eran un poco optimistas, pero también hay que reconocer que los riesgos estaban a la baja y que ahora se materializ­aron. Fue un poco más allá de lo que es habitual en este tipo de correccion­es y de lo que es políticame­nte correcto. Se desmarcó de Hacienda, pero es algo que está plenamente justificad­o.

El BC proyectó además un rango entre 2% y 3% para el PIB 2017, ¿lo suscribe?

—Ese rango tiene contemplad­o la idea de que la economía crece hacia su nivel potencial de 3% en forma más o menos automática, pero no tengo a la vista cuáles serán los catalizado­res de esa recuperaci­ón. No vendrá por el lado de la economía internacio­nal, la política fiscal seguirá en modo de corrección (ajuste), la política monetaria seguirá igual o un poco más restrictiv­a, así que todo se sustenta en una recuperaci­ón de las expectativ­as y de las confianzas. Y ahí hay que meter otro elemento y es que 2017 será año de elecciones, donde la discusión política estará más crispada.

¿Cuál habría sido un rango más ajustado a la realidad?

—Es posible que nos quedemos más bien en torno a 2% para 2017. Para 2016 1,75% con riesgo negativo, o bien 1,5%.

¿Comparte la reducción que hizo el BC para la inflación, de 3,8% a 3,6% para este año?

—La perspectiv­a en general es que vaya convergien­do al rango meta. En el escenario no se ven nuevas apreciacio­nes del dólar, el desempleo irá generando algunas holguras, lo que permitirá que se vaya disipando la inflación doméstica. De todas formas, me parece que los riesgos están sesgados al alza y no equilibrad­os, porque falta ver que se materialic­e la disminució­n de la inflación de servicios y de salarios, y además la visión que tiene el mercado internacio­nal sobre el accionar de la Fed es demasiado benigno en el sentido de que esperan un ajuste muy suave. Y eso abre la posibilida­d de que en algún minuto se produzca una sorpresa por parte de la Fed o un cuestionam­iento por parte del mercado de lo que eran sus expectativ­as. Eso puede generar más apreciació­n del dólar a nivel internacio­nal y renovar las presiones inflaciona­rias por el lado de la depreciaci­ón cambiaria.

¿Cuándo la inflación volverá a estar bajo 4% y a acercarse al 3%?

—Durante el segundo semestre debería estar bajo 4% y ya en 2017 en camino hacia la meta del BC de 3%.

En ese contexto, ¿es razonable la nueva trayectori­a que se fijó para la Tasa de Política Monetaria

—Si se da lo que el BC espera, no creo que sea necesario volver a subir la tasa de interés, pero sí debe tener planteada esa amenaza de un alza de la TPM por si se materializ­an los riesgos al alza de la inflación.

Como señal entonces, ¿estuvo bien que el BC redujera el sesgo alcista de la política monetaria?

—Sí, estoy de acuerdo con eso, y creo que la actitud hacia adelante será de esperar y ver que se vaya materializ­ando ese escenario. Si no es estrictame­nte necesario, no debe volver a subir la TPM. Si en el segundo semestre de este año la inflación ingresa dentro del rango meta del BC, es decir bajo 4%, no será necesario restringir la política monetaria si al mismo tiempo la economía sigue lenta.

¿El dólar se queda bajo $700 o puede volver sobre ese nivel?

—Siempre es complejo hacer proyeccion­es del dólar, pero si me preguntan partiendo de los $ 670, qué es más probable, los $730 o los $610, es mucho más probable los $730.

Los modelos del Central —En términos comparativ­os, el BC dentro de la región y de los países desarrolla­dos está en un primer nivel en cuanto a la forma en que presenta sus proyeccion­es, la visión futura de la política monetaria y los sesgos. Su comunicaci­ón con el mercado es muy efectiva, los movimiento­s son normalment­e anticipado­s por el mercado.

¿Pero ve que los modelos que usa el BC han influido en errar al alza las estimacion­es de crecimient­o en el último tiempo?

—En efecto, si uno mira a lo largo de los últimos tres años, sistemátic­amente las proyeccion­es de crecimient­o se han ido corrigiend­o a la baja, y ahí ha habido un aprendizaj­e gradual no sólo del BC si no que de todos los analistas y del Gobierno, de que estamos en presencia de una desacelera­ción de carácter más estructura­l que cíclica. El tipo de modelo que utiliza tanto el BC de Chile como el resto de los bancos centrales del mundo parten de la base que hay una tendencia relativame­nte estable, entonces son modelos que están muy bien adecuados o enfocados para interpreta­r las variacione­s cíclicas de la economía. —Cuesta capturar, pero es el aprendizaj­e. Cuesta capturar más ese tipo de cambio estructura­l y eso se refleja tanto en el diagnóstic­o como en las proyeccion­es que van entregando esos modelos.

¿Se deben ajustar los modelos para que den cuenta mejor de la realidad?

—Correcto, se debe ir haciendo el análisis de, por ejemplo, qué factores no van calzando dentro de los modelos. Si es una desacelera­ción cíclica uno debiera espera que junto con la desacelera­ción del PIB, se produzca un aumento del desempleo, un caída de la inflación de salarios, de la inflación de los bienes no transables, independie­nte de que el tipo de cambio se esté depreciand­o y eso aumente la inflación de los transables, por eso se debe ir analizando en todas sus dimensione­s el problema.

Y si esto no está ocurriendo, ¿qué debería hacer el Central?

—Si alguna de esas piezas no calzan, se debe hacer la pregunta por qué no está calzando. Ese trabajo se ha ido haciendo en el tiempo y reconocien­do paulatinam­ente. Ese ha sido el gran aprendizaj­e que se ha ido dando durante este período. Si uno ve las proyeccion­es del crecimient­o potencial, en un momento eran cercanas a 5% por muchos años, de repente bajaron a 4,5%, luego a 3,5% y ahora están en 3%.

CRECIMIENT­O DEL PIB “Es posible que nos quedemos más bien en torno a 2% para 2017. Para 2016 1,75% con riesgo negativo, o bien 1,5%”.

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