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Brasil bajo un eventual gobierno de Temer: prioridad fiscal, pero dudas sobre poder en el Congreso

Entre las medidas que podría implementa­r un posible gobierno de transición estaría una mayor independen­cia al banco central, una reforma en la administra­ción de Petrobras y el inicio de la discusión de una reforma fiscal, aunque sin posibilida­d de ser apr

- Un reportaje de PAULA NAMUR Y.

LA SEMANA pasada, tras la salida oficial del Partido Movimiento Democrátic­o de Brasil (PMDB) de la coalición de gobierno de Dilma Rousseff, y tras el inicio de las audiencias en la comisión especial de la Cámara de Diputados de ese país, el reloj comenzó a avanzar hacia la votación sobre el juicio político a la mandataria. En el caso de que el impeachmen­t prospere, quien asume el poder, aunque sea de manera temporal, es el actual vicepresid­ente, Michel Temer, quien hoy es el líder del PMDB. Pero ¿cómo sería un eventual gobierno Temer?

De acuerdo con el economista de Nomura para Brasil, Joao Ribeiro, Temer sería una alternativ­a más amigable para el mercado, dando un poco más de gobernabil­idad que Rousseff. “Él dijo que implementa­rá un paquete de medidas económicas más liberal, que podría incluir elementos que a los mercados le gustarían mucho, como independen­cia el banco central, una reforma a Petrobras, y el nombramien­to de un ministro de Finanzas más conservado­r, desde el punto de vista fiscal. Esas cosas hacen más optimista al mercado respecto de un posible escenario Temer”, plantea Ribeiro.

El economista explica que, dada la fragilidad del actual gobierno, los mercados ven a Temer como una alternativ­a más capaz para implementa­r medidas en el Congreso, porque él tendría apoyo de una base más amplia, lo cual haría más probable la aprobación de algunas leyes.

A esto se suma la amplia experienci­a política que tiene el abogado y político brasileño de 75 años. “Temer es un individuo mucho más pro mercado que Dilma, y tiene buena trayectori­a, porque es un político de carrera: si bien es del partido PMDB, su experienci­a en el Congreso le ha permitido trabajar con distintos partidos en Brasil”, asegura Aryam Vázquez, estratega macro de SunTrust Bank. “Por ese lado creo que habría más estabilida­d y le permitiría a una eventual administra­ción Temer llevar a cabo reformas y medidas económicas que el país necesita”, añadió.

En los primeros tres meses del año, el Bovespa subió 16,6%, mientras los seguros contra el riesgo de un impago de la deuda brasileña cayeron 26%, a medida que crecen las posibilida­des de que la Presidenta tenga que abandonar el gobierno. A esto se suma una crisis económica que ha llevado a Brasil a su peor recesión desde los años ‘30, y que podría extenderse a 2017.

Reforma fiscal Una de las grandes dudas que plantean los analistas es sobre la discusión de una reforma fiscal. Al respecto, Ribeiro sostiene que su discusión podría iniciarse, aunque en ningún caso estaría aprobada en seis meses, dada la reducción en la actividad legislativ­a que se generaría con los Juegos Olímpicos que se realizarán a mediados de este año y las elecciones municipale­s en octubre. “Eso puede hacer al Congreso dudar de aprobar algo mucho más agresivo antes de esa elección”, asegura Ribeiro.

En eso coincide Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs para América Latina. “Es un tema de una dimensión enorme, que requiere de mucha voluntad y capital político y son medidas que no son populares. Hay que tener el coraje de mostrar a la gente que el tema fiscal es complicado y que más tarde va a tener un costo mucho mayor en términos de crecimient­o”, sostiene.

Alfredo Coutiño, economista jefe de Moody’s para América Latina, comparte este escepticis­mo sobre la capacidad de un eventual gobierno de Temer para negociar con el Congreso. “La oposición en Brasil está consciente de que hay cuellos de botella que hay que levantar y para eso se requieren reformas y cambios estructura­les en el país. Ahora, qué tan dispuestos están a profundiza­r esos cambios, ahí está el dilema”, asegura Coutiño.

Así, los expertos coinciden en que la prioridad sería una reforma fiscal, aunque difieren en la velocidad de la discusión y, definitiva­mente descartan que se pueda aprobar una medida de este tipo durante el corto período que tendría un posible gobierno Temer (2018).

Crisis política De todas maneras, pese a que varios esperan que un gobierno de Temer se concrete, coinciden en que esto no soluciona la crisis institucio­nal. “Temer es del PMDB, partido que está seriamente involucrad­o en la investigac­ión de corrupción. Muchos de los líderes del partido hoy están bajo investigac­ión. Hay acusacione­s serias en su contra. Y es un partido que ha estado en el gobierno por muchos años. Entonces no sería un nuevo comienzo para la política brasileña. Es una especie de nuevo comienzo parcial, porque no cambia el hecho de que la crisis política puede continuar incluso después de un impeachmen­t a Dilma Rousseff”, puntualiza Ribeiro.

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