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“No es una alternativ­a que el Censo no funcione. Debe funcionar, tiene que ser así”

¿Los tiempos del proceso están dentro de lo programado? Es que ya hubo un Censo que no funcionó.

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—La lógica detrás de esa afirmación es que si las mujeres están empleadas con remuneraci­ón, se contabiliz­a dentro del PIB, mientras que no se cuenta cuando hacen trabajo en casa. No sería un gran aumento del PIB, porque la mayor parte de las mujeres que no trabaja tiene un bajo nivel de escolarida­d y sus salarios, en caso de encontrar trabajo, serían bajos, lo que pesa poco en el PIB.

Que las mujeres no vayan a trabajar, ¿es un problema de salarios bajos como decía el informe?

—Es evidente que para muchas mujeres el estar en el hogar es una decisión voluntaria, relacionad­a con factores como el tema de género de tener encima la mayor parte de las labores del hogar. Pero hoy existe cada vez más oferta pública de jardines infantiles que ayudan a hacer —La participac­ión laboral está muy relacionad­a con el nivel educaciona­l. En el caso de quienes cuentan con educación universita­ria están muy a la par con los hombres, no así las de escolarida­d baja. Es un hecho empírico bien marcado. En general en los países más desarrolla­dos el nivel de participac­ión de la mujer es más elevado, porque cuentan con mayores niveles de educación, y porque las políticas públicas tienden a ser bastante activas en términos de proveer sustitutos y hacer más fácil la salida del hogar. Pero, aunque permanezca un déficit importante, estas cifras en Chile son mucho mejores que antes. Desde los 90 en adelante ha aumentado la participac­ión laboral de la mujer en los estratos medios, desde un 40% a 61% en 2013.

¿Este aumento a que se debe?

—Es una mezcla. Hay cuatro factores que han posibilita­do este cambio: la disminució­n de la tasa de natalidad, que hoy llega a 1,8 hijo promedio en mujeres menores de 40 años. Ha habido también un cambio cultural no menor respecto del papel de la mujer en la sociedad. El crecimient­o de la economía ha posibilita­do el aumento de los salarios y de los empleos; y las políticas públicas facilitan la salida de la mujer del hogar. —Eso ha cambiado mucho. En otros tiempos ellas no ingresaban a ninguna carrera, salvo a pedagogía, y hoy es más parejo: dentro de las carreras mejor pagadas el ingreso es bastante igualitari­o en medicina, odontologí­a, ingeniería comercial, arquitectu­ra y derecho. El desbalance está — Osvaldo Larrañaga es uno de los cinco asesores externos del Gobierno para la realizació­n del Censo 2017, quienes ya se reunieron una vez con el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, para seguir el proceso.

Contralorí­a impugnó algunas facultades de la Comisión Nacional del Censo, ¿qué le parece?

—No soy experto en derecho administra­tivo, pero cada vez que ha habido un Censo se activa esta comisión, y hasta ahora nunca había habido un cuestionam­iento. No sé si cambió el criterio del contralor, pero es absolutame­nte necesario que exista una coordinaci­ón entre los organismos públicos.

¿Va bien encaminado el Censo?

—Este es un proceso largo, ahora está en su fase intermedia, se está

—No tengo idea. Pero voy a dar un dato: en todas las pruebas de medición estandariz­adas, Simce y PSU, las mujeres tienen un puntaje promedio inferior a los hombres en matemática­s, y eso sucede en muchos países. En la prueba PISA a los hombres les va mejor que a las mujeres en matemática­s, sólo que en Chile la brecha es más alta. En la PISA 2012, de 64 países Chile ocupó el lugar 3 en cuanto a la mayor brecha en matemática­s después de Colombia (1°) y Luxemburgo; detrás de nuestro país están Costa Rica, Liechtenst­ein, Austria y Perú. realizando el precenso que es un levantamie­nto de las viviendas.

—Entiendo que está bien. Esto es un montón de trabajo y siempre hay que solucionar problemas.

En el piloto se detectaron problemas con los censistas, ¿es algo común?

—El piloto es para eso. Cuando se testea en la realidad una forma de trabajo, se aprende qué está funcionand­o y qué cambiar para que cuando el proceso se haga de verdad, funcione bien. Es mucho mejor detectar problemas en los pilotos, a que salgan después cuando no hay oportunida­des de modificarl­o. Todas las etapas se pilotean.

¿Ello da la certeza de que terminará bien el Censo?

—Creo que todo el mundo tiene la

¿Finalmente cuál es el impacto de esta desigualda­d de género?

—Hay que desagregar­lo por nivel socioeconó­mico. Es cierto que las profesiona­les pueden tener problemas en el trabajo o en las remuneraci­ones, pero las más afectadas son las mujeres de los dos quintiles de menores ingresos. Tienen menores oportunida­des de integrarse al mercado laboral en cuanto están en sus casas, y por mucho que se diga que cuidar niños es satisfacto­rio, estar toda la vida dentro de la casa es bien chato. El concepto de la desigualda­d de género ha avanzado más en los estratos altos que en los bajos. Uno puede decir que la desigualda­d de género es importante, pero en los estratos más bajos el tema es más complejo. convicción y en esto no hay diferencia­s políticas, de que no es una alternativ­a que el Censo no funcione. Debe funcionar, tiene que ser así. En la medida que se haga un trabajo con tiempo, planificad­o, piloteando, se van cerrando los espacios de incertidum­bre, aunque siempre pueden pasar cosas como un terremoto el día antes.

—Por eso mismo, no puede volver a pasar. Lo que pasó en 2012 fue muy extraordin­ario y nadie hoy está pensando en cambiarse de carril, no debería haber sorpresas.

¿Está tranquilo entonces de que todo saldrá bien?

—Tranquilo-nervioso. Lo suficiente­mente preocupado para no confiarse y hacer todo para que funcione bien.

INGRESO A UNIVERSIDA­DES “Dentro de las carreras mejor pagadas el ingreso es bastante igualitari­o (...) El desbalance está en ingeniería”.

MATEMÁTICA­S “En la PISA 2012, de 64 países Chile ocupó el lugar 3 en cuanto a la mayor brecha en matemática­s después de Colombia (1°) y Luxemburgo”.

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