- Nuestra ventaja competitiva, por Gonzalo Restini
Un joven emprendedor conversa por Skype con un posible inversionista. Su proyecto cumple con todos los requisitos de lo que se necesita para triunfar en el Siglo XXI: una empresa de servicios, escalable y con vocación global. “El proyecto es extraordinario, we like you guys, queremos invertir. Ahora, one thing, creemos que ustedes deben trasladarse fuera de Chile” Asumámoslo. Chile es estación terminal. En el último rincón del mundo, a muchas horas de avión de cualquier lado. Tiene una población chica, sin masa crítica. Lejos de los lugares donde se toman las decisiones importantes. Hasta ahora hemos sido capaces de generar empresas y proyectos que han superado estos tremendos obstáculos apelando a lo que tenemos. Nuestras ventajas competitivas son pocas. La más obvia, somos eficientes productores de commodities. La segunda, quizá más importante aún, es una habilidad trabajada cuidadosamente durante años: un ambiente favorable para hacer negocios. Reglas claras, instituciones sólidas, valoración de la función empresarial. Esta característica hizo posible un primer gran salto al desarrollo desde finales de los años 80. Floreció el negocio financiero, fluyó el crédito, aumentaron las inversiones. Llegaron empresas de todo el mundo, creció el retail, se desarrolló el país. Pasados los años y en una segunda fase, basados en lo aprendido, los empresarios chilenos salieron en busca de Latinoamérica, con bastante éxito, sobretodo en Perú y , en menor medida, en Colombia y Brasil. Esa ventaja competitiva, que se resume en la facilidad para hacer negocios, ha sufrido con el proceso de Reformas de los últimos años, dañándola en forma quizás estructural. “Yo entiendo que you guys like Chile. Es muy lindo, pero está muy lejos de todo. Incluso si quieren hacer todos esos trips, ahora viene un sistema tributario muy complicado y que no se entiende. Además la regulación laboral está going in the opposite direction a lo que hacen en todos lados, cada vez más rígido. Además , lo de la Constitución, genera muchas preguntas. Chile no está friendly para hacer negocios. No hay muy buenas razones para funcionar desde Santiago” Así , nuestras posibilidades de desarrollo más allá de nuestra zona de confort en el mundo de los commodities se complican. Las empresas del futuro serán más difíciles de crear y aquellos que las quieran impulsar tendrán más incentivos para buscar horizontes más prometedores. “I´m sorry, but those are the facts. It´s your choice guys”. Sin querer quizás, hemos dañado la línea de flotación de una de nuestras más importantes habilidades. Más allá del Spanglish, lo que dice el inversionista tiene bastante de cierto.
El autor es panelista de Información Privilegiada, de Radio Duna.