Primera Mirada Liderazgo encapuchado
T—por
RAS LO ocurrido el 21 de mayo dentro del Congreso y en las calles de Valparaíso, ha quedado en evidencia que nunca antes desde recuperada la democracia hemos estado tan huérfanos de liderazgo. Y esto lo sobrelleva, particularmente, nuestra juventud, esa que nació en el mejor momento del país y que, al no poder -ni querer- imaginarse lo que vivieron sus abuelos, se conforma con protagonizar episodios aislados más que por volcarse a hilvanar biografías significativas. No hay persona, ni momento, ni lugar que parezca más poderoso que el capricho impúber disfrazado de rebeldía ideológica que contagia a parte de nuestros jóvenes. El uniformado de fiesta, el luto nacional por la muerte de un ex Presidente o un monumento nacional son hoy oportunidades para el barullo más que para el amor a la Patria. No hay Día del Patrimonio que borre el que un grupo de adolescentes entre a La Moneda encubriendo su identidad para manifestarse en el corazón de un país que -al menos en los papeles- sigue siendo fuertemente presidencialista y republicano. Es la demostración empírica de una pérdida absoluta del respeto, pero a la vez la muestra clara de una sensación absoluta de impunidad. Para muchos de esos efebos, las imágenes del Palacio como escenario de una batalla entre compatriotas a comienzos de los 70 deben ser de igual valía que las del último videojuego de moda. La responsabilidad de semejante vacío, desde luego, no es exclusiva de esos mozos. Las señales que se les han dado son confusas. Mientras la Presidenta daba cuenta del estado de la Nación, dos diputados de esos que quieren estar en todas y quedar bien con todos, llegaron jadeando, luego de participar de la misma manifestación que dejaría un compatriota muerto, ningún responsable condenado, pero miles de tweets llorosos de parte de las autoridades, como si ser trending topic devolviera los latidos del corazón a Eduardo Lara. Los rostros cubiertos no parecen ser el mayor de los problemas. Parecen serlo esos corazones encapuchados que le temen a enfrentar responsabilidades y tolerar deberes. El escenario está servido para la irrupción de nuevos liderazgos que habrá que analizar en detalle. Lo ocurrido con Revolución Democrática en los últimos días exige efectivamente examinar la autenticidad de iniciativas personales de quienes no tienen más virtud que la de haber aprovechado la codicia ciega de la Nueva Mayoría.
@albertopedro