Pillin se consolida en retail infantil y ve espacio para seguir creciendo
La estrategia para revivir lo que nació como un emprendimiento familiar ha sido construir marca, profesionalizarla y no dejar de innovar.
—Pillin nació hace 60 años como un emprendimiento de los hijos de un inmigrante palestino que llegó al sur de Chile en 1924 y que venían con el gen de los negocios en la sangre. Llegaron a Santiago en 1952 y se instalaron a vivir en Patronato, mismo lugar donde se ubicaba la fábrica de ropa interior infantil Pillin y que hoy aloja las oficinas de los ejecutivos.
El nombre nace gracias a uno de los cachorros de la película La Dama y el Baga- bundo llamado Trump, que tradujeron como tramposo y lo chilenizaron. En la década del 60, con una pujante compañía en marcha y poca competencia directa, la empresa integra procesos y busca el ahorro de costos, pero en la década del 80, debido a la crisis económica del país, caen en bancarota.
Así pasaron los años y cuando se los daba por desahuciados los dos hijos del fundador, Alvaro y Jorge Jadue, ambos ingenieros comerciales, tomaron el timón en 1984 con un equipo de 7 personas y solo una tienda.
De ahí la historia no ha sido fácil, pero mirando hacia atrás Alvaro dice que el panorama es bastante alenta- dor. “Pasamos la crisis asiática muy bien, nunca nos preocupamos de abrir tiendas en centros comerciales porque nos iba bien, un 70% de nuestras ventas venían de las multitiendas, un 15% de regiones y 15% en la matriz, y fue un error no empezar antes a crecer de manera independiente, porque al final una marca se posiciona con eso, le da valor”, sentencia.
De a poco empezaron a caer los ingresos de ventas en multitiendas por la llegada de las marcas propias, señal que los alertó de la necesidad de profesionalizar la empresa y que motivó en 2007 que iniciaran su estrategia de abrir locales propios. En 2012 conforman Álvaro Jadue, socio director de Pillin.