Desarrollo de programas sociales y conflictos mineros marcan la era Humala en Perú
Comenzó la cuenta regresiva, a 10 días de entregar la banda presidencial a Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala se prepara para traspasar una administración con buenas proyecciones económicas, pero con dudas por la inseguridad y la corrupción.
—El próximo 28 de julio concluirá, tras cinco años de Gobierno, el mandato de Ollanta Humala: 1826 días de una administración que comenzó con una economía vulnerable, altos índices de pobreza, y grandes expectativas sobre el sector minero.
Las últimas cifras de crecimiento económico hablan bien del líder saliente: el PIB fue de 4,88% para el mes de mayo, liderando la expansión en la región gracias a razones estructurales, como el menor ingreso per cápita que incidiría en una mayor tasa de crecimiento y el boom minero. Para la primera mitad de 2016 se vio un 4%. Además la semana pasada, el Banco Central de ese país decidió mantener por quinto mes consecutivo la tasa de interés en 4,25%, por una baja en las expectativas de la inflación y una caída en los precios de los alimentos.
Pero pese a los avances que alcanzó Humala durante su gestión, si en 2011 gozaba de un 55% de apoyo, para junio de este año a menos de un mes de dejar el cargo, según cifras de Ipsos Perú, alcanzaba solo el 19% de aprobación.
Y es que los problemas del líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) comenzaron al inicio de su Gobierno con la explosión del conflicto minero que hasta hoy suma al menos 50 muertos y 700 heridos.
Y si bien la economía peruana ha crecido en el último tiempo con la minería como el motor de crecimiento, ha recaído por la gravedad de los conflictos sociales originados en el mandato de Humala.
Durante 2015 Perú se posicionó como el quinto productor minero del mundo, detrás de China, Australia, Chile y Rusia. Su cuota de mercado en la producción mundial fue de 5,1% en 2015, con una extracción de 1,75 millones de Toneladas Métricas de Fino (TMF) de cobre y se espera que aumente este año. Pero la paralización de importantes inversiones como Conga, Newmont Mining y Tïa María, de más de US$ 6400 millones, son la gran sombra de la industria
Mientras, los desarrollos de programas sociales marcaron sin duda un antes y un después en la realidad peruana.
Ollanta Humala aumentó el sueldo mínimo de US$200 a US$222 en 2012. En los cinco años de su mandato, el gasto en educación fue cercano al 4% del PIB e implementó el Sistema Nacional de Becas para financiar los estudios de 100 mil jóvenes.
También aprobó la reforma al Sistema Privado de Pensiones, que permite a los afiliados (en dos modalidades diferentes) solicitar a sus Según el FMI Perú está en condiciones de crecer en los próximos dos años, a medida que la producción minera llegue a su capacidad máxima y avancen grandes proyectos de infraestructura. 65 años la entrega de hasta el 95,5% del fondo de pensiones o el retiro (a cualquier edad) del 25% para la compra de una primera vivienda o la amortización de un crédito hipotecario utilizado para la adquisición de un primer inmueble.
En 2011 el crecimiento del primer trimestre de Humala fue de 8,7%, sin embargo el del primer trimestre de este año fue de 4,4%. Durante su Gobierno la inflación se mantuvo cercana al 3,34%, y el desempleo bajó 1,3%.
LO QUE FALTÓ. Los cinco años de Humala se terminan en 10 días. A juicio de los expertos lo positivo fue el cumplimiento de la “Hoja de Ruta”, en la que se comprometió a respetar los parámetros macroeconómicos existentes, la creación del ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), la diversificación productiva y los avances en educación y salud.
Pero Perú todavía tiene la tasa de delincuencia más alta de Latinoamérica: 30,6% de los peruanos han sido víctima de al menos un acto delictual durante 2014 y la inseguridad sigue siendo el problema más importante del país. Presidente de Perú