Progreso social y crecimiento,
R—por
OBERT KENNEDY, 18 de marzo de 1968: “Nuestro PIB tiene en cuenta, en sus cálculos, la contaminación atmosférica y la publicidad del tabaco […] En cambio, no mide la salud de nuestros niños, la calidad de su educación o la alegría de sus juegos. No incluye la belleza de nuestra poesía o la fortaleza de nuestros matrimonios, la inteligencia de nuestro debate público o la integridad de nuestros representantes […] En resumen, el PIB lo mide todo, excepto aquello que hace la vida digna de vivirse”. El elocuente discurso del entonces candidato a la Presidencia de EEUU acierta en muchas de las fallas que tiene la medición del PIB. Sin embargo, olvidarnos del PIB al hablar de desarrollo y calidad de vida, es un error. El PIB, con sus limitaciones e imprecisiones, sí ha demostrado correlacionarse con nuestras posibilidades como sociedad y un buen ejemplo de esto fue lo declarado por el ministro Valdés la semana pasada: la gratuidad en educación superior depende del PIB. Después de un par de años donde las banderas de los derechos sociales habían olvidado la importancia del PIB, nos enfrentamos cara a cara -nos guste o no- con la indefectible realidad de que dependemos de este para realizar muchos de los cambios que añoramos. Nos damos cuenta que fue ingenuo hablar de reformas al bienestar sin considerar los recursos escasos, así como es un error pensar que el PIB per cápita es una medida perfecta del bienestar de la población. Al parecer, la ruta al progreso sugiere un camino intermedio, camino avalado por el recientemente publicado Índice de Progreso Social (Social Progress Index). El mencionado índice considera 53 variables, agrupadas en tres categorías: necesidades básicas, bienestar y oportunidades; y concluye que hay una estrecha relación -aunque no perfecta- entre PIB per cápita y progreso social. Si bien a algunos puede sorprender, Chile destaca por su buen IPS dado su nivel de PIBpc y los únicos países que nos superan en IPS, nos aventajan también en PIBpc. Las causalidades son siempre difíciles de probar, pero la evidencia sugiere que siendo el progreso social el objetivo, no podemos olvidar el crecimiento del PIB. Como dijo en una ocasión J.F. Kennedy: la marea creciente levanta todos los barcos.
@jtvalente