Gobierno “acota” gastos de nueva estructura y obliga a revisar proyecto de migraciones
Aunque se mantiene la creación de un Servicio Nacional de Migraciones, se está revaluando su infraestructura. Dependencia seguiría en Ministerio del Interior.
—En fase de reestructuración está el proyecto de ley de migraciones. Si bien, en un principio se tenía como plazo que el texto legislativo ingresara al Congreso durante el primer trimestre de este año, el escenario de menor crecimiento económico llevó a que la iniciativa se retrasara, ya que los menores recursos con los que cuenta el país hacían inviable la puesta en marcha del nuevo Servicio Nacional de Migrantes, eje central de la nueva legislación.
Por esta razón es que ahora el Gobierno está abocado a reestructurar la institucionalidad y de esa manera dar viabilidad y poder enviar el proyecto de ley lo más pronto posible al Congreso.
El jefe del departamento de Extranjería y Migraciones, Rodrigo Sandoval, señala que “el desafío de crear una nueva institucionalidad está expuesta a una contingencia política-económica muy distinta a la que había cuando se planteó la idea, pero esto no significa que no vayamos a crear este servicio, o que no se vaya a presentar la ley, sino que obliga a un proceso de racionalización financiera”.
Sandoval puntualiza que se debe asegurar que no haya una menor efectivi- dad o una menor capacidad de gestión migratoria por las adecuaciones que se están realizando. “Se puede racionalizar en el sentido de que el servicio no esté en todas las gobernaciones. Por ejemplo, en la Región Metropolitana hay tres gobernaciones y una administración provincial, y ahí uno podría preguntarse si tiene sentido tener cuatro direcciones. Hacer un ejercicio de racionalización de ver cuál es la necesidad de presencia local de la nueva institucionalidad”, indica.
Otra forma de abaratar costos podría ser integrando este servicio a otros como la Unidad de Pasos Fronterizos. “En general se trata de hacer una revisión del estándar y por tanto, estamos en ese proceso de reformulación”, afirma Sandoval.
En cuanto al costo total que tendrá el servicio de migraciones, subraya que aún está en fase de estudios, pero que más allá del monto lo importante es que sea viable no sólo en su inicio, sino que tenga continuidad y sea efectivo.
“Nos interesa tener una institucionalidad que de verdad dé garantías para que el Estado sea capaz de gestionar adecuadamente los flujos migratorios. Queremos contar con una institucionalidad migratoria con capacidad de análisis, de administración de flujos migratorios y para ello debe tener un despliegue no sólo territorial sino que también en términos de competencia que permita administrar intersectorialmente los flujos”, comenta el funcionario.
DEPENDENCIA DEL SERVICIO Otras de las discrepancias al interior del Gobierno era sobre la dependencia del Servicio Nacional de Migrantes, ya que si bien el ante proyecto señalaba que estaría supeditado bajo el Ministerio del Interior, habían voces que pedían que también estuviera presente Cancillería. Para Sandoval, esta polémica es poco conducente: “Chile es un país que tiene flujos inmigratorios, es decir, es más la gente que ingresa que la que sale del país. Por definición, entonces, se hace recomendable que el Ministerio de Interior sea el encargado de tener el mando el servicio migratorio”.
En cuanto a la interacción con otros ministerios, Sandoval precisa que “esto queda resuelto en el proyecto puesto que se incorpora un consejo de política migratoria – integrado por varios ministerios- por lo que no es cierto que por depender de Interior significará que serán sólo lógicas de Interior las que determinen las políticas”.
En tres ocasiones se ha postergado el envío de este proyecto, que estaba ente las prioridades de La Moneda.