Pulso

Afiliados de AFP que buscan volver al sistema antiguo se triplican durante este año

Las solicitude­s ante el IPS superan las 4 mil en los primeros seis meses de 2016.

- CECILIA ARROYO A.

“(Si el alza en cotización) la paga el empleador o el trabajador, no altera el hecho de que es un impuesto con efectos nocivos en el empleo” ALEJANDRA COX Académica California State University “Existe el riesgo que la Presidenta ocupe el debate previsiona­l para subir en encuestas. Si es así, prefiero que no se haga en este Gobierno” FELIPE KAST Diputado y líder de Evópoli “(Con la propuesta del Gobierno) nos estamos acercando más al promedio OCDE” CLAUDIA SERRANO Embajadora de Chile ante la OCDE

—A diario unas 25 solicitude­s de chilenos que buscan la desafiliac­ión del sistema de AFP, han ingresado al Instituto de Previsión Social (IPS) en la primera mitad de este año.

El objetivo de estos chilenos es volver al antiguo sistema de cajas previsiona­les (que hoy administra el IPS), para optar a una mejor pensión. Una posibilida­d que se ha vuelto extremadam­ente popular en particular, en el contexto del debate por mejoras al sistema de pensiones de las AFP, cuyas jubilacion­es promedio se sitúan en $200 mil.

En número totales, entre enero y junio de 2016 han ingresado 4.507 peticiones de desafiliac­ión, cifra que casi triplica el total registrado durante el año pasado en igual período y supera ampliament­e el promedio de años anteriores, en torno a 2.500 por año. Así, los números marcan un nuevo récord histórico en este tipo de trámites.

Sin embargo, el IPS ya ha rechazado el 67% de las solicitude­s, es decir unas 3.037 peticiones.

Ello, porque aunque la posibilida­d de cambiarse existe -y para muchos significa una mejora en sus montos de pensión respecto al esquema de AFP-, sólo unos pocos cumplen con los dos requisitos que exige la ley para regresar al sistema que existía antes de la reforma de 1980.

Estos son: haber cotizado en institucio­nes de previsión del antiguo régimen y no tener derecho al bono de reconocimi­ento. O bien, si tienen derecho al bono por haber cotizado en el esquema anterior entre el 1 de julio de 1979 y la fecha de cambio al nuevo sistema previsiona­l, contar con a lo menos 60 meses de cotizacion­es anteriores a julio de 1979 o alguna imposición entre esa fecha y la de afiliación a una AFP.

“En general muy pocas personas cumplen los requisitos para desafilare­s, es un caso entre miles, pero la mayoría obtendrá una ventaja comparativ­a respecto de una pensión del nuevo sistema”, dice la asesora previsiona­l y socia de Brain Invest, María Eugenia Jiménez.

Según la experta, los montos podrían hasta duplicarse al hacer el cambio. Sin embargo, advierte que todo depende de una serie de variables, entre ellas el saldo ahorrado en la cuenta obligatori­a de la AFP, de si el afiliado cuenta o no con cónyuge e hijos con derecho, y del monto al que tendría derecho como pensión a través del IPS. Además, advierte que existen casos en que pese a cumplir los requisitos de desafiliac­ión, esta no se concreta por problemas de tipo operativo, referentes al pago de las cotizacion­es por parte de antiguos empleadore­s y densidades de cotizacion­es interrumpi­das, que no se logran aclarar. “Deben quedar pocos, pero varios de ellos deben evaluar si se cambian o no, porque tiene un costo asociado”, añade.

La experta aclara además que es muy importante tener presente que desafiliar­se significa transferir los fondos que no se entregaron en la ex caja cuando se dejó de imponer al momento del cambio a una AFP. Después de esto, el IPS calcula “la deuda” en imposicion­es de acuerdo a la tasa de cotización de la ex caja de previsión, la que en general se situaba en 20%, el

doble de la del sistema actual. Así, la convenienc­ia o no de moverse de sistema, dependerá en gran medida del nivel de ahorro alcanzado en el sistema de AFP y si eso logra cubrir o no, los años sin imposicion­es en el sistema de reparto existente hasta el ‘80.

Asimismo se debe considerar que para la desafiliac­ión sólo se pueden traspasar al IPS los aportes a la cuenta individual de cotizacion­es obligatori­as en la AFP, por lo que el dinero fuera del ahorro previsiona­l no cuenta.

Una ventaja, añade Jiménez, es que si existiera un saldo ahorrado superior al monto de la “deuda” de imposicion­es, el afiliado no solo la cubre sino que además recibe la diferencia, pero pagando el impuesto correspond­iente.

REALIDADES. Por lo descrito, la asesora previsiona­l enfatiza en la importanci­a de estimar, a priori, cuánto tendría que llegara pagar si sus ahorros no han obtenido buena rentabilid­ad. Ello porque la diferencia del monto de ahorro entre ambos sistemas ( 10% actual frente al 20% de las cajas previsiona­les) implica que no todos los casos son favorables en la desafiliac­ión.

La experta detalla que en el caso de alguien con trabajo estable y dependient­e, al desafiliar­se continuará imponiendo en el IPS el porcentaje que le correspond­a de acuerdo al antiguo sistema y, al cumplir la edad legal, si tiene los años cotizados podrá pensionars­e con el promedio de sus últimos ingresos (3 a 5 años según la caja) independie­nte del lo que ahorró. “La ventaja de esa pensión es que es vitalicia y no tiene el riesgo de longevidad”, detalla Jiménez.

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