El difícil camino de Volkswagen para dejar atrás el escándalo de las emisiones de gases
La alemana no ha superado la polémica por la manipulación de emisiones de gases, aunque ha cosechado buenos resultados, mientras sigue atrapada en una disputa con sus proveedores.
—El caso de Volkswagen es digno de un manual para empresas que enfrentan una crisis sin precedentes y deben, simultáneamente, revertir la situación, evitando que sus marcas pierdan valor y contener los costos para seguir reportando utilidades. Y es que aunque el precio de la acción de la automotriz alemana ha caído cerca de 30% desde que en septiembre de 2015 reconociera la manipulación de un software para medir gases contaminantes, con lo que la firma registró una pérdida anual de 1.580 millones de euros, la fabricante ha logrado buenos resultados, vendiendo 1% más de autos en el primer semestre del año, superando la baja de 2% en ventas de General Motors.
Según Kieran Ryan, analista de Bloomberg Intelligence, las ganancias a mediano plazo de la firma dependerán de su recorte de costos, a medida que se blinda gradualmente con ventas de vehículos eléctricos.
Volkswagen sigue atacada por varios frentes, con la última polémica desatada el viernes, después de que abogados de los clientes afectados por el escándalo apuntaran a otra alemana, Bosch, como partícipe del fraude. Estos señalaron que Bosch fabricó las partes del software con que fue posible burlar las normas de seguridad de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. La semana pasada, además, la firma entró en discusiones con proveedores de piezas que no le han dejado avanzar en la producción de su línea de autos Golf.
Como si esto fuera poco, tribunales estadounidenses dijeron que habían encontrado evidencias suficientes para señalar que la automotriz alemana había actuado de manera criminal. Y aunque
Volkswagen pretende llegar a un acuerdo por US$10.000 millones con las autoridades de EEUU, esto no excluiría que la justicia de ese país busque formular los cargos. Del total, unos US$6.500 millones irían directamente para dueños de vehículos, mientras que los otros US$ 3.500 millones estarían destinados para reguladores del estado de California y del gobierno de EEUU. “Estudiaremos los hechos y seguiremos la pista a donde nos lleve para determinar si acaso hay que presentar cargos criminales contra las empresas o infractores individuales”, señaló el fiscal general, Sally Yates, citado por The Wall Street Journal.
La acción de la empresa retrocedió 1,52% el viernes, con lo que acumula una caída de 11% este año. Su precio llegó a 119,90 euros, no obstante se compara con un precio objetivo a doce meses de 142,20 euros según los analistas que siguen la acción, citados por Bloomberg, que recomiendan en un 41,2% comprar la acción, frente a 35,3% que recomienda mantenerla y 23,5% que opta por venderla. NUEVOS RUMBOS DE LA COMPAÑÍA. La empresa, a cargo Matthias Müller, quien asumió tras la dimisión de Martin Winterkorn, está enfocada en recuperar la confianza de las autoridades y del público. Así, su última misión ha sido invertir en startups tecnológicas de Silicon Valley, para renovarse y tantear nuevas posibilidades de asociaciones y adquisiciones de negocios.
En mayo ya consiguió una participación por US$ 300 millones en el rival de Uber, Gett, con la expectativa de generar ingresos de la mano de la empresa. Asimismo, la germana está adentrándose a través de su marca de lujo Audi en los vehículos autónomos, con los que espera llegar al mercado en 2021. De manera similar, Uber anunció en agosto un acuerdo similar con Volvo.