Seguridad pública

Es lamentable que en los dos últimos años los chilenos nos hayamos acostumbrados a ver con pasividad cómo los noticiarios de TV abren con el asalto, el portonazo o el crimen más atroz del día. Y luego de un breve respiro, prosiga la habitual seguidilla de otros hechos encadenados donde la delincuencia, el vandalismo y el lumpen se pavonean por nuestras calles a vista y paciencia de los que tienen que bajar las cortinas. Este drama, que pareciera de ciencia ficción, se ha extendido y las autoridades encabezadas por nuestra Presidenta socialista se enteran por la prensa o ponen el grito en el cielo si Carabineros les toca un pelo a estos criminales. Mientras la seguridad de los chilenos se cae a pedazos, sí hay voluntad para que medio millón de ciudadanos se alcen para alegar por las malas pensiones, en lugar de velar primero por el riesgo a la vida a que nos tiene sometidos este Gobierno. Hay cabecillas para funar o encabezar cualquier movimiento, hasta el del papel higiénico, ¿pero dónde están los verdaderos guardianes de la familia? Alfredo Barra Analista político