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Miami despide a Fidel: no más concesione­s al Gobierno castrista

—El edil señaló que la muerte de Fidel le ha dado nuevas energías al exilio cubano militante y a la oposición en la isla. —Sobre la transición, asegura que sólo será posible si el régimen y la cúpula dirigente renuncian.

- Una entrevista de CATALINA GÖPEL

ENTREVISTA CON TOMÁS REGALADO Alcalde de Miami: “A muchos les gustaría regresar a Cuba, pero es exponerse a que el régimen haga y deshaga con uno”

NACIÓ EN La Habana en 1947. Su padre fue un destacado abogado y periodista que dirigió la Asociación de Periodista­s Reporteros de Cuba. Estuvo más de 20 años en las cárceles de la dictadura castrista, en su lucha por las libertades. Para Tomás Pedro Regalado, del Partido Republican­o y alcalde de Miami desde 2009, la muerte de Fidel Castro es motivo de celebració­n, asegurando que el líder “ha sido el protagonis­ta de la tragedia de muchísimas personas”. En conversaci­ón con PULSO, comentó que para que él o su familia vuelvan a la isla tendrían que haber elecciones libres, una libertad de prensa absoluta y una decisión mayoritari­a de todos los dirigentes del Gobierno para continuar hacia adelante con el proceso democrátic­o. “El pueblo cubano ha vivido de esperanzas propuestas durante 57 años, y no creo simplement­e que ahora le den credibilid­ad a una promesa de transición”.

¿Cuáles fueron los primeros efectos que se vieron en Miami tras la muerte de Fidel Castro?

—Una celebració­n, se estaba celebrando la muerte de un tirano, no la de un ser humano. Fidel Castro era la revolución, no Raúl Castro. Fidel era símbolo, por eso miles de decenas salieron a las calles espontánea­mente, porque sus familias, de una u otra forma, fueron tocadas por la dictadura. Toda familia cubana que está en EEUU, y toda familia cubana que está en Cuba, ha sido tocada adversamen­te por la dictadura en estos años. Castro ha sido el protagonis­ta de la tragedia de muchísimas personas.

Y, ¿qué genera en esas personas a largo plazo?

— Esto le ha dado nuevas energías al exilio cubano militante y a la oposición interna en Cuba, porque Fidel Castro aunque se afirmaba que no gobernaba, era el símbolo de la revolución y Raúl ha gobernado bajo la sombra de su hermano. Ahora se comprueba que ninguna persona es eterna y esto le ha dado esperanzas al exilio. Muchos apostaban al acercamien­to con EEUU como la salvación de la permanenci­a de ese reino, y si estas cosas se empiezan a desmontar algunas de ellas se pueden hacer bien, porque todas han sido hechas por órdenes ejecutivas, no por leyes del Congreso.

En lo económico, ¿cree que se podría alcanzar una real apertura comercial?

—No, porque la ley de EEUU no lo permite, mantiene el embargo y tiene una serie de condicione­s que hay que cumplirlas, si no, no se puede hacer una apertura total de comercio y de inversione­s en Cuba. Hay que tener diversidad de partidos, respetar la libertad religiosa, respetar la libertad de expresión, liberar los presos políticos y tener elecciones libres y multiparti­distas, estas fueron las condicione­s. Entonces, no creo que tenga consecuenc­ias económicas, porque a las grandes empresas no se les permite aún invertir u operar en Cuba, por la ley del embargo, pero al mismo tiempo, Cuba no permite a compañías extranjera­s multinacio­nales entrar en su territorio y comenzar a funcionar.

¿Cuál es su predicción, puede esto cambiar en el mediano plazo?

—Hasta que el Gobierno cubano no desmonte sus leyes actuales, donde hay una participac­ión que es mayoritari­a del Gobierno en todas las empresas, hasta que no cambie su política de que ellos son los que selecciona­n a los empleados de las empresas, y hasta que las empresas no tengan garantías de que pueden repatriar sus ganancias, que pueden operar sus empresas de acuerdo a la norma que ellos tienen y al protocolo que ellos tienen, yo no creo que haya un cambio radical, no se vislumbra tener un McDonald’s en cada esquina o un Starbucks en La Habana.

En febrero de 2018 Raúl deberá dejar el cargo ¿qué pasará después?

—Antes de febrero de 2018 van a haber varios acontecimi­entos, va a haber mucha presión desde abajo. Creo que va a haber una dinámica diferente por parte de la política de EEUU, no es que estemos hablando de remover al dictador actual de una forma violenta. Van a haber manifestac­iones, simplement­e se va a ver ímpetu, esta normalizac­ión que por cierto solamente le ha dado a Cuba una serie de conquistas, porque el presidente de EEUU volvió a Washington sin ningún tipo de logro admitido por el régimen de La Habana.

Existe la posibilida­d de que el poder siga en la familia Castro, también suena Miguel DíazCanel, ¿quién debería tomar la transición?

—Bueno yo creo que el cubano que vive en la isla y el cubano exiliado, ni siquiera reconoce el nombre de Díaz-Canel, lo reconocen quizás los periodista­s, lo reconocen internacio­nalmente, pero como Fidel Castro fue la figura dominante en el escenario cubano durante más de 57 años, por ejemplo, a Raúl se le conoce por referencia de Fidel, pero no hay nadie que pueda ser un factor aglutinado­r en Cuba en estos momentos.

Sobre la gran comunidad cubana que vive en Miami ¿piensan en volver a la isla después de una transición?

—Yo creo que sí, que habrían muchos cubanos que les gustaría volver ya jubilados, después de trabajar décadas en EEUU, pero yo estoy seguro que quieren esperar y ver a que esa transición sea real y que traiga libertades individual­es para Cuba. Porque a muchos les gustaría regresar, pero ir a Cuba es exponerse a que el régimen haga y deshaga con uno lo que desee.

Pero, ¿cuál es su receta?

—Lo que se debería hacer, lo ideal, es que ese régimen y la cúpula dirigente renuncien. Y para evitar un baño de sangre eventual, que nunca ha llegado, pero que puede llegar a ser, que convoquen a elecciones libres y supervisad­as internacio­nalmente y se tomen medidas para arreglar todas estas cosas.

Entonces a su juicio, ¿el sucesor de Raúl no marcaría una transición en la isla?

—Yo no creo, el pueblo cubano ha vivido de esperanzas pospuestas durante 57 años, y no creo simplement­e que ahora le den credibilid­ad a una promesa de transi-

EL DECESO DEL LÍDER “Se estaba celebrando la muerte de un tirano, no la de un ser humano. Fidel Castro era la revolución”.

LO QUE VIENE “Esto le ha dado nuevas energías al exilio cubano militante y a la oposición interna en Cuba”. PARA LA APERTURA “Hay que tener diversidad de partidos, respetar la libertad religiosa, respetar la libertad de expresión (...) estas fueron las condicione­s”.

EN LO ECONÓMICO “No creo que haya un cambio radical, no se vislumbra tener McDonald’s en cada esquina o un Starbucks en La Habana”.

PARA UNA TRANSICIÓN “Lo que se debería hacer, lo ideal, es que ese régimen y la cúpula dirigente renuncien”.

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