Nada más revolucionario que bajar los impuestos
Al mercado parece acomodarle el discurso del recientemente electo Presidente de EEUU, Donald Trump.
APESAR de haber obtenido una muy baja votación en la ciudad de Nueva York, las continuas subidas de la bolsa indicarían que a Wall Street sí le acomoda el discurso de Donald Trump. Estos fenómenos se están dando seguido, en donde la opinión pública demoniza una situación y luego las acciones del día a día siguen por el camino contrario.
Los recortes de impuestos, la desregulación y el estímulo que el Presidente electo quiere darle a la economía, debería ayudar a reactivar las ganancias corporativas en ese país.
En esta columna quisiera analizar el porqué de la euforia en los mercados, que incluso han repercutido en nuestro país con el aumento en los precios de las materias primas.
Desde la crisis del año 2008 los bancos centrales han tomado el timón de las economías buscando el impulso de las mismas a través de la política monetaria. Ya no quedan herramientas y las tasas cero no han impulsado el crecimiento. Es una incógnita el porqué el dinero no ha circulado. Una rápi- da conclusión del actuar en política monetaria de los últimos años es que las tasas de interés por sí solas no impulsan el crecimiento.
Ahora bien, ¿dónde está el cambio que el mercado está comenzando a percibir? Desde mi punto de vista, en las mágicas palabras del Presidente Trump al decir que va a reducir el impuesto a las empresas para impulsar la economía y el empleo. No existe una palabra más revolucionaria que la que indica bajar los impuestos, sobre todo si se refiere a los impuestos a las empresas. Esto va a traer una repatriación de capitales hacia EEUU y una dinámica a la economía como no se veía desde hace largos años.
Esta dinámica va a beneficiar, por supuesto, al mundo entero y también a Chile si las materias primas continúan en ascenso. Sin embargo, dejan tareas pendiente para el nuevo Gobierno de nuestro país si queremos volver a la senda del crecimiento.
La revisión de la reforma tributaria debe ser priorita- ria, que ha sido la principal responsable del estancamiento económico en el que nos encontramos. Las personas de derecha, centro o izquierda funcionamos por incentivos y si un líder quiere hacer que su gente trabaje, produzca y su economía se dinamice, una política de reducción de los impuestos es por lejos el mejor de los incentivos.
El autor es representante de Edmond de Rothschild Asset Management.