Nueva legislación sobre inmigración
El proyecto de ley que se ha conocido es más bien favorable a la llegada de extranjeros por razones laborales y homologa derechos sociales. Sin embargo, también plantea interrogantes.
HACE ALGUNOS días se conocieron los contenidos más relevantes de la nueva ley de migraciones que prepara el Gobierno y que, según ajustes recientes de la agenda legislativa, se comenzaría a tramitar en marzo. La orientación del texto en general es favorable a la inmigración y homologa derechos entre nacionales y extranjeros, facilitando a estos su inserción legal en el mercado laboral y en el acceso a servicios sociales. Quizá la principal interrogante es si acaso la legislación en estudio causa un “efecto llamada”, como ocurrió en Europa en 20152016, e incentiva más la llegada de inmigrantes. Otro problema es cómo se garantiza que las infraestructuras de servicios, por ejemplo en salud -ya críticas- responden a un brusco salto en la demanda. Sin duda la apertura económica y comercial tiene en el mercado laboral y su libertad de movimiento uno de los principales desafíos y plantea un debate de fondo acerca de los perfiles ocupacionales que Chile requiere, es decir, mano de obra para trabajo no especializado que los connacionales ya no desean hacer o privilegiar personas más calificadas laboralmente. Chile ha decidido, con mayor o menor conciencia de su impacto, aceptar inmigración, pero esta debe ser legal y segura. Esto implica frenar la irregular y mejorar la información sobre los antecedentes de quienes entran al país. Conviene advertir que lo que se legisle hoy sobre inmigración tendrá sus efectos sociales, económicos y culturales más profundos a mediano plazo en la estructura del país.