De qué empleo hablamos,
LA ECONOMÍA se contrae pero este menor crecimiento no se refleja en la tasa de desempleo, que pareciera ser resiliente. Según cifras del INE, los ocupados serían 8.195.017 para el trimestre enero-marzo 2017 con un desempleo de 6,4%. Sin embargo, si desglosamos la cifra total de ocupados vemos que 11,2% son personas que se consideran ocupadas, pero no trabajaron la semana de referencia, es decir, 917.278 personas no trabajaron a pesar de ser consideradas ocupadas. Luego, 579.649 trabajaron entre una hora y 15 horas semanales, 961.970 entre 16 y 30 horas y 1.263.255 entre 31 y 44 horas. En resumen, 3.722.152 trabajaron menos de la jornada laboral completa, lo que equivale a 45% de la cifra de ocupados. Esto es preocupante y habla del mal nivel de trabajo; de ahí se desprenden muchos otros vicios, como por ejemplo el bajo nivel en las pensiones. Destruir es fácil pero volver a construir casi imposible, por eso el llamado a dejar de centrar el debate en las pensiones y en quienes han sido mandatados para administrar los fondos. El problema está en la precariedad del mercado del trabajo, donde sólo 55% de los que se consideran ocupados, cumple jornada completa. Mucho se ha hablado de que los empleos de la próxima década no existen hoy. Se habla también de que la tecnología está optimizando los tiempos de trabajo; sin embargo, del análisis no podemos concluir que la gente se está adaptando a esta nueva realidad. Me atrevería a aventurar que ese 45% que no cumple jornada laboral completa ha perdido su trabajo y utiliza ahorros hasta encontrar un nuevo empleo, razón por la cual si no se le da suma urgencia al crecimiento, la crisis se agudizará. ℗