¿Tiene proyección el Frente Amplio? En el grupo apuestan a armar una alianza a 30 años
En el bloque dicen que pueden hacerse cargo progresivamente del Estado, pero que se debe sumar a la ciudadanía, para que defienda los cambios “antineoliberales”. Sin embargo, experto advierte que la coalición tiene un techo cercano al 25% de votación.
—“Esto se logró muy fácil, hay que decirlo, porque en tres semanas se hizo algo inédito”. Así de sorprendido estaba Alberto Mayol, precandidato del Frente Amplio, cuando el martes ingresó junto a Beatriz Sánchez las fichas que permitieron que Revolución Democrática (RD) aumentara de 12 mil a 43 mil sus militantes e inscribiera su primaria.
Además de la alegría, en el nuevo bloque también había expectación: internamente reconocen que la junta de firmas fue muy rápida, lo que se sumó a la sorpresiva alza de Beatriz Sánchez en la encuesta Adimark, que pasó de 2% a 11% de aprobación en un mes, quedando a ocho puntos de alcanzar a Alejandro Guillier.
De hecho, en el grupo circuló un análisis que comparaba este crecimiento con el que tuvo la coalición española Podemos -con la que ha sido comparada el conglomerado-, la que luego de participar en las elecciones parlamentarias se ubicó en el primer lugar en intención de voto en las encuestas.
Este escenario hizo que muchos miembros del Frente Amplio, que se define como antineoliberal, se preguntaran si esta es la oportunidad de despegue de la izquierda chilena. ¿Tiene proyección el bloque para formar gobierno? Según sus integrantes, es un escenario cada vez más posible.
Gonzalo Muñoz, uno de los fundadores de RD, dice que “este es un proyecto de largo aliento, cuyo objetivo es ofrecer una alternativa real. Nos estamos proyectando para los próximos 30 años, pero entendemos que esto será dinámico. Estamos tranquilos, porque contamos con la capacidad, visión y conexión con la realidad para progresivamente hacernos cargo del Estado, tomando posiciones cada vez de mayor responsabilidad”.
El coordinador nacional de Izquierda Autónoma, Francisco Figueroa, también es optimista con el desarrollo del Frente Amplio, pero afirma que “no nos basta con capturar el Estado, porque está muy debilitado y ha perdido mucha capacidad de mediar entre los derechos de la ciudadanía y las ansias de ganancias del capitalismo”.
A su juicio, la clave es “democratizar el Estado y vincularlo con la diversidad de intereses que existen en la sociedad civil, para darle más densidad a la política”.
El análisis de los resultados electorales también alimentan las esperanzas en el Frente: en la última década, los candidatos presidenciales que corren por fuera de los dos bloques tradicionales suman cada vez más votos y en la última elección alcanzaron el 28% de las preferencias (ver tabla).
Uno de los candidatos que intentó hacer lo que hoy busca el Frente Amplio fue Tomás Hirsch, que se postuló en 2005 en nombre del Juntos Podemos Más. Doce años después, dice que “claramente el Frente Amplio es hoy parte del cuadro político chileno, que hasta ahora era binominal. En ese momento (2005) propusimos ideas similares a las de ahora, educación gratuita, recuperación del cobre, fin a las AFP. Pero ahora el país cambió, surgieron organizaciones, hay gente hastiada del sistema y hay capacidad de convergencia. Creo que lo que hicimos en ese momento contribuyó a esto”.
Pero fuera del bloque hay quienes creen que el Frente tiene un techo. El analista del PS, Ernesto Águila, explica que desde 2009 a la actualidad, “hay cerca de un 20% de votantes que marcan a la izquierda de la Nueva Mayoría o por candidaturas ciudadanas, como Marco Enríquez-Ominami, y que sumados llegan al 25%. Ahí hay un espacio donde el Frene Amplio se podría posicionar, obteniendo 20% a 25%, a no ser que ocurra un vuelco electoral”.
Sin embargo, dice que la agrupación sí tiene posibilidades de crecer entre quienes no votan: el voto voluntario hizo que en la última elección la abstención llegase al 51,5%. “Para crecer más, el Frente debe volver al electorado que se fue, porque de lo contrario tienen que crecer en base a la Nueva Mayoría y eso es difícil”. Pese a todo, advierte que gracias al fin del binominal “en los próximos años se va a reconfigurar el panorama político”.P