EDITORIAL: Renovación de la CUT
El reconocimiento de las impugnaciones al proceso de elecciones en la multigremial implica que su dirigencia perdió toda validez ante sus representados y la sociedad como conjunto.
EL FIN de semana, La Tercera publicó un escrito presentado ante el Primer Tribunal Electoral de la Región Metropolitana, que reconoció que sí hubo irregularidades en las polémicas elecciones del año pasado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). “Vengo en allanarme de las impugnaciones interpuestas en estos autos por compartir las alegaciones de los demandantes en cuanto a la nulidad de la elección realizada con fecha 26 de agosto de 2016 y, por ende, la necesidad de efectuar nueva elección de Consejo Directivo para la CUT”, dice el documento firmado por la actual presidenta de la Central, Bárbara Figueroa.
Los comicios de 2016 estuvieron marcados por acusaciones de alteración de padrones, votantes inhabilitados, falsificaciones de certificados y pérdida de material electoral. Ello derivó en la presentación de dos recursos en la justicia electoral.
Hasta el momento sólo se tenían sospechas fundadas, denuncias de terceros o de personas que habían participado del proceso. Ahora, en cambio, ya es un hecho reconocido. Es por ello que ante este nuevo escenario, es difícil considerar a la CUT como un interlocutor válido ante el Gobierno o el empresariado. Por el bien de los trabajadores a quienes dice representar, resulta conveniente -y prudente- que la actual directiva dé un paso al costado. Esto, por cuanto la elección de la dirigencia, encabezada por Bárbara Figueroa, está viciada, por lo cual su figura no representa a los trabajadores. Es de esperar que se llame en el más corto plazo a nuevas elecciones, bajo un nuevo proceso que dé las garantías necesarias a quienes quieran competir por liderar la multigremial. La voz de los trabajadores es muy relevante en la construcción de políticas públicas, como para que por actos irregulares ella pierda validez. ℗