Miguel Ricaurte: “No vemos que la debilidad de inicios de año ponga en duda la recuperación para 2018”
—Una mirada cauta para el corto plazo, pero levemente optimista para el mediano y largo plazo, es la visión que tiene el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte, sobre la marcha de la actividad, luego de conocer que el índice Mensual de la Actividad Económica (Imacec) se sitúo por debajo de las expectativas del mercado.
Para Ricaurte, este menor crecimiento, lleva no descartar que el segundo trimestre la expansión se ubique bajo 1%.
¿A qué responde el menor crecimiento del Imacec?
—Si bien la cifra nos sorprendió menos que al consenso del mercado porque esperábamos una expansión interanual de 1,5%, la diferencia más importante entre nuestra proyección y los datos efectivos vino de la mano de la actividad no minera. El débil desempeño minero estuvo en línea con lo que nosotros anticipábamos: una recuperación lenta tras la huelga de minera de principios de año.
En ese sentido, ¿cuáles son los detonantes de este menor crecimiento?
—En mayo, los datos del INE mostraron buen desempeño de la actividad industrial y comercial. Sin embargo, se hace evidente que un aumento de producción y ventas están ocurriendo a un mayor costo o menores márgenes que antes. Así, y como ejemplo, si las ventas del comercio minorista se muestran robustas, es posible que ello sea efecto de las ofertas de precios ampliamente reportadas, y por lo tanto, a menores márgenes para las empresas del sector. En otras palabras, la debilidad de la demanda interna está impactando a la actividad.
¿El segundo trimestre podría ubicarse bajo 1%?
—Todavía vemos al crecimiento del trimestre en torno a 1%, pero no se puede descartar un crecimiento algo por debajo, en caso que la debilidad se extienda a junio.
¿Cuáles es su expectativa para el tercer y cuarto trimestre de 2017?
—Esperamos un crecimiento de entre 1,3% y 1,8% para el tercer trimestre, y de entre 2,5% y 3% para el cuarto.
Esta cifra, ¿cambió su proyección para el PIB de 2017?
—Nuestra proyección para el año es de 1,6%, pero con un sesgo a la baja.
Debido a la debilidad que muestra la actividad y que la baja inflación, ¿se abre espacio para una baja en la tasa de interés?
—En las minutas publicadas el lunes, el Banco Central in- dicó que estima que la actividad se mantendría débil en el corto plazo, en línea con lo que presentaron en su último informe de Política Monetaria (IPoM). A la luz de esta aseveración, estos datos débiles no necesariamente gatillarán en más recortes, salvo que esta debilidad de prolongue por más tiempo.
PROYECCIÓN 2017 “Nuestra proyección para el año es de 1,6%, pero con un sesgo a la baja”.
EXPECTATIVA “La diferencia más importante entre nuestra proyección y los datos fue por la actividad no minera”.
TASA DE INTERÉS “Estos datos débiles no necesariamente gatillarán más recortes”.
En perspectiva para el próximo año, ¿este menor crecimiento pone en duda una aceleración de la actividad hacia 2018?
—No vemos que la debilidad de que está mostrando la actividad en este inicio de año ponga en duda la recuperación para el año que viene. Nuestra estimación para 2018 es de 2,5%. No obstante, serán más determinantes los crecimientos que veamos en la segunda parte del año.
¿Ve que el rango que entregó el Banco Central para el próximo año de 2,5% a 3,5% está quedando obsoleto?
—Nosotros somos conservadores en cuanto a nuestra expectativa para el crecimiento de la inversión en 2018, lo que explica que nuestra proyección de crecimiento se sitúe en la parte baja del rango presentado en el IPoM de junio.
¿Cuáles deberían ser los detonantes que lleven al país a acelerar su crecimiento el próximo año?
—Una inversión que vuelve a crecer -tras cuatro años de caídas-, el sentimiento privado que mejora conforme vaya disminuyendo la incertidumbre natural que rodea a un proceso electoral, y precios de cobre que se mantendrían en niveles elevados, son algunos de los elementos que estarían detrás de una mejora en la actividad económica.