Pulso

Pobreza por ingresos afecta a más del 60% de los hogares monoparent­ales

- J.P. PALACIOS

Estudio del Ministerio de Desarrollo Social revela que la pobreza por ingresos en viviendas con un sólo jefe de hogar llega al 16,9%, sobre el 10,4% del total de distintos hogares. De ese grupo, la mayor vulnerabil­idad recae en jefatura de mujeres.

—La pobreza por ingresos cayó desde 29,1% de la población en 2006 a 11,7% en 2015, porcentaje que representa a 2.046.404 personas, según los datos de la última encuesta Casen. La tasa de personas en situación de pobreza multidimen­sional (calidad de vida) bajó desde 27,5% en 2009 a 19,1% en 2015.

Sin embargo, al hacer un análisis en la estructura de los hogares se muestran cifras más preocupant­es.

Según un estudio del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), sobre la base de los datos de última Casen y su serie histórica, los hogares nucleares monoparent­ales (con presencia sólo de padre o madre donde existe un hijo /hija) y los hogares extendidas monoparent­ales (con presencia sólo de padre o madre donde existe hijo/hija y otro pariente) muestran un porcentaje de pobreza por ingresos superior al promedio nacional de hogares (10,4%). En el primer caso la situación de pobreza asciende a 16,9%, mientras que en los segundos es de 14,3%.

Los datos también muestran que la incidencia de la pobreza por ingresos afecta a más de la sexta parte de los hogares nucleares monoparent­ales.

“Esto indica una mayor vulnerabil­idad de los hogares monoparent­ales que tienen principalm­ente jefatura femenina”, dice en su análisis el MDS. El mismo informe precisa que a 2015 los hogares nucleares monoparent­ales aumentaron a un 14,5% del total de hogares.

El Ministerio complement­a que “estos hallazgos suponen un desafío tanto a las políticas dirigidas a la autonomía laboral femenina y la calidad del empleo al que acceden las jefas de hogar, así como también a las soluciones que se puedan desarrolla­r en materia de cuidados”.

El estudio destaca que la incidencia de la pobreza multidimen­sional en los hogares compuestos (con presencia de no parientes) y extendidos (con presencia de otros parientes) -tanto biparental­es como monoparent­ales- es más alta que en el total de hogares del país (16,6%).

En el primer grupo, el porcentaje de hogares en situación de pobreza alcanza un 36,8%. En los hogares extendidos monoparent­ales, esta proporción llega a 27,1%, mientras que en los hogares extendidos biparental­es alcanza un 32,1%.

“Los hogares con mayores incidencia­s de pobreza multidimen­sional comprenden agregados familiares o no familiares más heterogéne­os, incluyendo la presencia de otros parientes y/o de no familiares. Además, justamente estos tipos de arreglos familiares buscan suplir déficit de recursos entre sus miembros, de modo que es de esperar que cada uno de sus miembros tengan menos recursos por sí mismo, lo que tiende a aumentar las carencias en los indicadore­s de pobreza multidimen­sional”, concluye el informe.

En cuanto a la relación entre la composició­n generacion­al de los hogares y la pobreza, se observa que la categoría con mayor porcentaje de hogares en situación de pobreza multidimen­sional son los hogares multigener­acionales (0 a 14 años; 15 a 64 años; 65 años o más) con un 33%. Asimismo, las tipologías de hogares que presentan mayor incidencia de pobreza multidimen­sional son los hogares sin menores de 15 años (21,3%), sin adultos mayores (18,9%) y aquellos sin personas entre 15 y 64 años (18,3%). De modo que se obser-

va una mayor proporción de pobreza multidimen­sional en hogares con dos o más generacion­es.

CAMBIO DEMOGRÁFIC­O. En cuanto a la composició­n generacion­al de los hogares, se observan varios fenómenos vinculados a los cambios demográfic­os.Se muestra un aumento en el número de hogares sin menores de 15 años, desde un 9,1% en 1990 a un 14% en 2015. También hay un aumento en la proporción de hogares conformado­s por una sola generación que incluyen hogares con miembros sólo entre 15 y 64 años y hogares sólo con miembros mayores de 64 años. En el caso del primer grupo, la proporción aumenta desde un 24,8% en 1990 a un 33,3% en 2015; y en el caso de los hogares sólo de adultos mayores (64 y más años) la proporción aumenta desde un 4,8% a un 10,9%. En cuanto a la proporción de jefatura femenina por tipología generacion­al, se observa un incremento general entre 1990 y 2015, destacando la proporción de mujeres jefas de hogar en hogares compuestas sólo por adultos mayores, que pasa de 12,6% en 1990 a un 36,2% en 2015.P

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