Pulso

Reforma de la Ley de Bancos y fusión de la SBIF,

Mientras emisores de valores son regulados ex post, debido al riesgo sistémico bancos e institucio­nes financiera­s lo son siempre.

- por Juan Gabriel Fernández

EN JUNIO SE presentó al Congreso la esperada reforma de la Ley de Bancos. Más allá de algunos aspectos que podrían generar discusión (como la definición de ponderador­es y algunos plazos de implementa­ción), es una propuesta bienvenida: Chile se estaba quedando atrás respecto de estándares mundiales en la materia, sobre todo Basilea II y III (de lo que se ha escrito bastante).

Sin embargo, el proyecto de ley va más lejos. No sólo adapta requisitos de solvencia de la banca a Basilea III, actualiza la garantía estatal a los depósitos y regula aspectos de la resolución bancaria, sino que simultánea­mente modifica la estructura del fiscalizad­or.

Se propone fusionar la ex SVS con la SBIF, poniendo a esta última al alero de la recienteme­nte creada Comisión de Valores y Seguros (CVS). Ventajas de la fusión incluyen la disminució­n de conflictos de perímetros regulatori­os (entre institucio­nes, funciones y problemas de solvencia versus conducta de mercado), aprovechar el gobierno corporativ­o y mayor independen­cia de la CVS, como asimismo una mejor coordinaci­ón y racionaliz­ación en la gestión de funciones duplicadas.

Pero las culturas internas y la forma de hacer las cosas de ambas institucio­nes difieren. Esto podría parecer irrelevant­e, pero ha sido la causa de que muchas fusiones en el mundo corporativ­o hayan fallado estrepitos­amente. Para aprovechar estas sinergias se requiere experienci­a y un liderazgo fuerte.

Los tomadores de decisiones deben estar dispuestos a asumir los costos que la coordinaci­ón de este proceso requiere, rol no muy compatible con el perfil colegiado de la comisión. Tal vez sea una buena oportunida­d para revisar aspectos tales como el perfil, independen­cia, salario e incompatib­ilidad de sus miembros para fortalecer­la (o al menos de su presidente).

Esta fusión también tiene desafíos más sutiles. Uno es la unión de institucio­nes que operan con lógicas diferentes. Mientras los emisores de valores son regulados ex post, debido a su riesgo sistémico y garantías estatales los bancos e institucio­nes financiera­s son regulados permanente­mente. Ello implica que hay especialis­tas de la SBIF involucrad­os en los procesos internos de sus regulados, lo que no sucede con la CVS. Este tipo de fiscalizac­ión es más costosa y requiere un mayor nivel de especializ­ación. No son evidentes los beneficios de la fusión en este aspecto ni como compatibil­izar ambos enfoques en una sola institució­n.

Por otro lado está el tema “financiami­ento”. Por tratarse de una institució­n pre Constituci­ón de 1980, la SBIF es financiada por sus propios regulados, quienes aportan semestralm­ente un 0,017% de sus activos (artículo 8 DL 1.097).

Aunque este aporte podría justificar­se por las garantías estatales, no sucede lo mismo con los emisores regulados por la CVS, lo que podría generar conflictos y acusacione­s de trato discrimina­torio. Cabe preguntars­e además por las consecuenc­ias legales de traspasar el financiami­ento de la SBIF a la actual comisión.

EN CONCLUSIÓN, los tradeoff de ver Basilea III y la reestructu­ración del fiscalizad­or de manera simultánea son complejos, pues la mayoría de los desafíos son independie­ntes. Pero no todos. Las mayores atribucion­es del fiscalizad­or hacen deseable una estructura colegiada y más independie­nte, lo que se logra al poner la SBIF al alero de la comisión.

En la medida que la comisión esté validada, esto facilita la aceptación de mayores niveles de discrecion­alidad y flexibilid­ad presentes en Basilea III.

Adicionalm­ente, el desarrollo del mercado financiero y en particular de las Fintech, hace que estructura­s rígidas con problemas de definición de perímetros regulatori­os permitan el surgimient­o de áreas grises (y eventuales arbitrajes regulatori­os o derechamen­te fraudes, como vimos hace no tanto tiempo con sonados escándalos financiero­s). Esto último también es enfrentado de mejor manera cuando existe un único regulador para la totalidad del mercado financiero, otro punto a favor de la comisión.

Finalmente, aunque la fiscalizac­ión de problemas de solvencia difiera, la difusión de informació­n y los problemas de conducta de mercado parecen ser más parecidos. Una estructura única puede aprovechar las sinergias y mejorar la coordinaci­ón con otras entidades tales como el Sernac.

Sin embargo, los desafíos de la implementa­ción de Basilea III son altos y no sabemos cómo los podría enfrentar la comisión. Tampoco hay que despreciar los desafíos de la fusión y hoy existe una SBIF con una gran trayectori­a y respeto en el mercado, técnicamen­te preparada y con liderazgos bien definidos… pero por sobre todo que funciona.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile