La comezón de los 100 días,
Van a tirar toda la carne a la parrilla. Viene una andanada de iniciativas legales para arrinconar a la oposición. Dará lo mismo si son propuestas buenas o malas o si se trata sólo de “guatapiques”.
QUEDA POCO para las elecciones presidenciales. 100 días para ser precisos. Y una cierta comezón parece haberse apoderado de La Moneda. Las últimas semanas dan cuenta de una estrategia total para enfrentar lo que parece ser la crónica de una muerte anunciada.
Estrategia que apunta en dos direcciones. Por una parte, van a tirar toda la carne a la parrilla. Las semanas que vienen veremos una andanada de iniciativas legales para arrinconar a la oposición. Da lo mismo si las propuestas son buenas o no, si corresponden a reflexiones maduras o se trata de simples El punto es enredarles el naipe a los adversarios, cueste lo que cueste. Por otra, también veremos ministros y ministras cada vez más desinhibidos políticamente. La orden del día será criticar con todo a quien se perfila como el más probable ganador. Incluso con maña o faltando a la verdad. De esta forma, la Nueva Mayoría le notifica al país que su rendición no será incondicional, por el contrario, lo suyo será con las botas puestas.
Vamos por parte. Respecto del primer punto, la andanada legal, la evidencia es elocuente: entre septiembre y octubre veremos la propuesta de pensiones del Gobierno, el cierre de Punta Peuco, la ley de matrimonio igualitario, la nueva Constitución, entre otras iniciativas. Cada una de ellas fue anunciada hace largo rato, de hecho la propuesta de pensiones fue dada a conocer por la mandataria hace exactamente un año, pero
guatapiques.
curiosamente se activará justo en los meses previos a la elección presidencial, a sólo meses de terminar el período. Lo mismo con el matrimonio igualitario: la iniciativa ya venía en el programa de gobierno desde 2013, pero deciden retomarla en las postrimerías, ad portas del pitazo final. Para la galería como se dice. Porque lo importante no es llegar a acuerdos, sino simplemente acorralar a los del frente.
Los ministros también decidieron ponerse pintura de guerra. Si lo usual era ver al subsecretario Aleuy o a la vocera Narváez atacando al ex Presidente Piñera, hoy vemos como el gabinete casi a coro se les suma. A punta de posverdades.
El primero en disparar fue el ministro de Justicia, quien -como si no tuviera ya suficiente con los gravísimos problemas de su cartera- lo emplazó por la falta de avances en el Sename, omitiendo que durante el anterior mandato los parlamentarios de la Nueva Mayoría bloquearon sistemáticamente el proyecto que modernizaba la institucionalidad protectora de la infancia. Hasta hoy duerme en Congreso.
Luego vino el turno del ministro de Hacienda, quien salió la semana pasada a cuestionar la propuesta de pensiones del ex Presidente señalando que los beneficios se verían sólo tras 40 o 45 años. La afirmación, además de ser un caso paradigmático de posverdad, ya que los beneficios comenzarían a verse de inmediato, es simplemente una crueldad. Jugar con las expectativas de los pensionados puede ser propio de un operador político, pero no de quien lidera Teatinos 120.
Por último, fue el turno de la ministra del Trabajo. Con escasísimo pudor planteó que el actual Gobierno en materia laboral “con menos había hecho más”, argumentando que se habían creado menos empleos por cuenta propia que en el anterior. Claro que olvidó decir también que el empleo en su totalidad ha crecido mucho menos (tres veces menos), al igual que el empleo formal con contrato (seis veces) y los salarios (24 veces). Todos datos oficiales del INE.
Esta película recién comienza. Serán 100 días, como decía Faulkner, de ruido y furia.