Posverdades y eufemismos
LA YA TAN de moda y manoseada palabra “posverdad” ingresará al diccionario de la RAE en diciembre. El concepto se refiere “a toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público”. Como si fuera algo nuevo… Esto ha existido siempre, sólo que ahora se le ha puesto un nombre más rimbombante, porque la posverdad no es más que transmitir mentiras, engaños o verdades a medias… todo a gusto del consumidor. Esto me trae a la cabeza una palabra que ha existido siempre, igual de que posverdad y que transmite algo similar. Me refiero a la palabra
Hoy estamos en el mundo de las posver-
elegante eufemismo.
dades y eufemismos, y en eso ha influido mucho la penetración de las redes sociales en la población. En EEUU el 40% de la gente se informa exclusivamente a través de ellas, donde cada uno puede encontrar lo que quiera, y lo que más le satisfaga. Así nos hacemos un mundo adaptado a lo que queremos, no a lo que es. Los gobiernos han sabido utilizar muy bien estos conceptos. Pongamos un ejemplo claro en Chile. El Gobierno anunció que el desempleo en el segundo trimestre se mantuvo en 7%. ¡Uf! Qué alivio, el Gobierno celebró la cifra y los analistas quedaron descolocados. Esa es una gran posverdad, porque detrás de esa cifra viene lo que no queremos oír: de los 79.796 empleos creados los últimos doce meses, 66.456 corresponden al sector público, mientras que sólo 13.331 son del sector privado. Es decir, 83% del empleo asalariado proviene del sector público. Después de conocer toda la información, ¿es positivo el 7% de desempleo? Juzgue usted, pero le recomiendo, en estas épocas de eufemismos y posverdades, siempre leer la letra chica.