Ley de Inclusión: la batalla ideológica que puso a prueba al Gobierno
Una de las primeras batallas ideológicas que enfrentó el Gobierno fue la de la Ley de Inclusión. La propuesta legislativa, que busca regular el sistema de admisión a los colegios, eliminar el copago de los padres en los planteles subvencionados y prohibir el lucro en estos, ingresó en junio de 2014 al Congreso y fue tramitado en poco menos de un año, lo que desató una gran discusión pública sobre el tema.
En Chile Vamos, mostraron una fuerte oposición al proyecto, pues consideraron que estaban en disputa elementos centrales de su ideario, como la libertad de elección y la posibilidad de que los padres aporten en la educación de sus hijos en el sector particular subvencionado.
Entre sus puntos, la ley creó una regulación para la selección de alumnos, con el objetivo de eliminar las pruebas que estos dan para matricularse en los colegios, reemplazándolos por un sistema aleatorio —o de “tómbo-
Oposición. Ambos parlamentarios, junto a la senadora Ena von Baer (UDI), han liderado el rechazo a otros proyectos, sobre todo los de educación superior.
la”, como fue bautizado— con la idea de que todos los niños ingresen en igualdad de condiciones al plantel. Además, eliminó el aporte monetario que hacen los padres a esos colegios, por matrículas y aranceles, reemplazándolos por aportes del Estado.
Uno de los puntos más polémicos fue el fin al lucro, para lo cual se obligará —en plazos extensos— que los dueños de colegios particulares subvencionados sean dueños de sus inmuebles, evitando que paguen arriendos a sociedades relacionadas.
En este proyecto se mostró por primera vez las diferencias existentes en la Nueva Mayoría por su programa de Gobierno, especialmente entre los sectores progresistas y la DC. Además, perfiló a Andrés Allamand (RN) y Jaime Bellolio (UDI) como los parlamentarios líderes de la contraofensiva en la agenda educacional.
“Aquí no hay que perderse. En Chile hay cinco mil colegios particulares subvencionados. Lo que hace este proyecto es exigirle a todos los colegios que son sociedades educacionales que se transformen en fundaciones de beneficencia y a todos que sean dueños de los inmuebles. Algo imposible de cumplir”, decía Allamand.
Ahora, con la ley aprobada, el nuevo sistema está avanzando paulatinamente. Por ejemplo, el nuevo sistema de selección operó este año en Magallanes y el próximo se ampliará a otras regiones. Sin embargo, todavía hay quienes creen que la Ley de Inclusión necesita cambios: en enero, los Ignacio Walker (DC), Fulvio Rossi (ex PS) y el mismo Allamand proponían correcciones.P