Nueva ola de reformas pro mercado se instala en Europa
Aumentar el empleo y el ingreso disponible de los trabajadores aparecen como necesarios para reducir la carga fiscal y hacer los sistemas de protección social más sustentables.
HAY UN NUEVO aire de optimismo en la Unión Europea. El bloque creció 2,4% en el segundo trimestre y sus autoridades anticipan que la expansión en 2017 superará los pronósticos iniciales. El crecimiento es tan evidente que hasta un cauto Banco Central Europeo finalmente se prepara para retirar los estímulos monetarios. Con perspectivas no vistas en una década de crisis y bajo crecimiento permanente, el escenario parece ideal para llevar adelante las reformas pendientes.
“El peor riesgo es que no se realicen las reformas estructurales que se necesitan. Cuando las cosas van bien no hay que detener las reformas, sino todo lo contrario”, advirtió el comisionado económico de la UE, Pierre Moscovici.
El diagnóstico es más o menos similar para todos los miembros del bloque: flexibilizar el mercado laboral, reducir el gasto público, contener la deuda fiscal, hacer más sustentable el sistema de pensiones, y modernizar los sistemas tributarios.
Quienes siguieron las recomendaciones, tras el inicio de la crisis de la Eurozona, han comenzado a cosechar los frutos. De haber necesitado del rescate financiero, Irlanda y España han pasado a liderar el crecimiento de la Eurozona, mientras Grecia, donde pocas de las reformas modernizadoras han sido adoptadas, continúa a merced de la negociación de rescates y recortes de deuda.
La necesidad que creó la crisis del euro llevó a una nueva ola de medidas, cada vez más pro mercado y pro flexibilización, que tiene en Francia hoy su mayor exponente.P