Reforma del Código de Aguas
La decisión suspensiva anunciada por Furche sólo tiene sentido si tras los comicios el Gobierno, asumiendo su final de mandato, se abre a la visión que tengan las futuras autoridades.
EL MINISTRO DE Agricultura, Carlos Furche, comunicó que el Ejecutivo no moverá ficha en la tramitación de la reforma del Código de Aguas hasta después de las elecciones.
“Esto requiere de una discusión madura, tranquila y serena”, señaló la semana pasada el secretario de Estado en el marco de Enagro, recalcando que en los tiempos de comicios las posiciones tienden a radicalizarse. Se trata de una señal sin duda auspiciosa para el sector privado, que ha expresado con insistencia que la iniciativa que hoy está en la Comisión de Agricultura del Senado -fogoneada por un grupo de parlamentarios y de organizaciones sociales influidos por una visión ideológica y estatista de los recursos naturales- tiene un carácter expropiatorio contrario a los derechos que están establecidos en la Constitución.
De acuerdo con los planes sugeridos por el ministro, la idea sería que durante enero de 2018 se vuelva a discutir la iniciativa legal. Sin embargo, la decisión suspensiva anunciada por Furche sólo tiene sentido si tras los comicios de noviembre y un eventual balotaje el Gobierno, asumiendo el final de su mandato, se abre a la visión sobre la materia que tengan las futuras autoridades y la realidad de nuevas mayorías legislativas. Intentar una “ley de amarre” tras las elecciones sería una imprudencia mayor y casi un engaño a los privados.