Alfonso Swett: “No es el minuto de abordar la reposición del reemplazo interno en caso de huelga”
—El también empresario afirma que no se profundizó en el reemplazo para evitar una “retroexcavadora al libro IV”. —Sobre la propuesta de regulación de los grupos negociadores, anticipa que la idea es hacerlo con un acuerdo entre trabajadores y empresarios
HA mostrado notoriedad en el último tiempo por su trayectoria ligada al grupo empresarial Costanera y a su actividad gremial en la Sofofa, pero desde hace varios meses -de manera silenciosa-Alfonso Swett Opazo ha jugado un rol estratégico en el equipo programático del candidato Sebastián Piñera. Sin embargo, aclara: “hace años que estoy ligado a las políticas públicas”. Designado como el vocero en temas laborales del comando “piñerista”, Swett hace una bajada de los principales puntos del programa de Chile Vamos en esa materia. Sobre si estaría disponible a ser ministro de Piñera en caso que gane la elección, responde: “siempre voy a estar dispuesto a colaborar, pero la futorología es algo que no me gusta”.
¿Cómo surgió su integración al equipo programático de Sebastián Piñera?
—Históricamente he participado en cosas mucho más allá del ámbito de la empresa, esto viene desde los tiempos de estudiante, pase cuatro años en campamentos, entonces siempre he tenido una mirada muy social. También me inicié en el tema de políticas públicas cuando el Presidente Piñera era senador, mi primer trabajo fue con él, fui su asesor económico. Además fui funcionario público del Gobierno actual, presidí Chile Valora. A eso le sumamos Clapes-UC, 25 años de profesor de la Universidad Católica y fui asesor económico de la Conapyme cuatro años. Cuando me llegó esta invitación la tomé con gran alegría y humildad, con las ganas de aportar un grano de arena. Me encontré además con un tremendo grupo de trabajo, yo soy un integrante más.
¿Estaría disponible para ser parte de un eventual próximo gobierno de Sebastián Piñera?
—Nuestro único objetivo es aportar al bien común, no caben agendas individuales, yo sólo soy un integrante más. Hoy me toca explicar el tra- bajo de un equipo, no mi trabajo y somos varios los integrantes y uno se tiene que mantener firme con respecto a lo que se comprometió en un inicio. Cada día tiene afán, la futurología es algo que no me gusta.
¿Pero si lo llaman a jurar como ministro estaría disponible?
—Siempre voy a estar dispuesto a colaborar, esa ha sido la tónica de mi vida, pero creo que hay demasiado ¿qué pasa si...?, esa cosa puede llevarnos a confusión.
¿Cuál es el diagnóstico que se hizo respecto de la actual situación regulatoria del mercado del trabajo?
—Hay que poner el diagnóstico al servicio del sueño que uno tiene. Tenemos el sueño de trasformar el capital humano de Chile, que sea el próximo cobre. Lo que uno ve en el diagnóstico es que lamentablemente en el período 2014-2017 hemos enfrentado un frenazo económico, el asalariado privado está en recesión. En ese período tenemos una destrucción de más de 14 mil empleos asalariados. Ha crecido el trabajo por cuenta propia, que no tiene seguridad, no tiene pensión, salud, licencia médica, capacitación, no tiene derechos mínimos del trabajo. Cuando vemos que un cuenta propia gana la mitad que un asalariado se está incrementando la desigualdad, el malestar y cuando hay eso no hay ánimo de soñar. Si nos vamos al tema legal, se modificó el libro IV del Código del Trabajo, pero el desafío en el mundo laboral involucra todos los otros libros. El resultado de la reforma al libro IV es que nadie quedó contento: ni los trabajadores, ni los empresarios y ni el Gobierno, ni la oposición.
¿Cómo quieren regular a los grupos negociadores?
—Necesitamos un Código del Trabajo inclusivo, hoy las tasas de sindicalización se están acercando al 20% y hay un 80% al que hay que incluir, no podemos excluir de la negociación a ese grupo de trabajadores. Esto también es importante para los sindicatos, hay grupos negociadores buenos y grupos negociadores malos. Hoy más que definir medios, hay que ver cuál es la mejor solución y en base a ese objetivo elegir los medios que son relevantes. Hoy hemos diseñado distintas rutas alternativas porque reconocemos que la realidad del mundo laboral es tripartita, es muy importante que lo que se haga sea entendiendo eso.
¿Pero la idea es que los grupos tengan los mismos derechos que los sindicatos?
—Para enfrentar esta realidad se necesita el sentido del bien común, tiene que haber un equilibrio.
¿Para dar más certeza jurídica la regulación de los grupos debería ser vía una ley?
—Un dictamen es la interpretación de la ley, pero no puede hacer una ley. Entonces hay materias que se pueden interpretar y hay otras que necesitan leyes. Eso va a ir dependiendo de lo que estemos hablando y cómo lo estemos hablando.
¿Cómo se van a redefinir los servicios mínimos?
—Me parece bien garantizar el derecho a la huelga efectiva de los trabajadores, pero eso no puede pasar sobre el derecho a trabajar de los tra- bajadores que no están en huelga, ninguno de los dos derechos se puede imponer sobre el otro. ¿Cómo le garantizamos a los trabajadores el derecho a que ingresen a su lugar de trabajo en período de huelga, que les puedan pagar la licencia médica, la remuneración? Acá tenemos que tener una discusión muy abierta, un diálogo no desde verdades, sino desde realidades.
¿No van a incluir la reposición del reemplazo interno?
—No profundizamos en eso, no nos metimos en el reemplazo interno porque lo hay que evitar es una retroexcavadora de la retroexcavadora, eso sería meternos con una retroexcavadora al libro IV. Eso no nos haría bien, no es el minuto de hacerlo porque hoy nuestra mirada es mucho más amplia. No queremos que se nos trabe una agenda más grande que es el sueño de transformar a Chile en que su principal recurso sea su capital humano.
¿Con qué gradualidad piensan aumentar los feriados legales a 20 días?
—Esto es algo donde todos ganan, ganan los trabajadores en calidad de vida, en descanso y en tiempo con la familia, pero también se potencia la economía. Cuando hay un feriado el país se para, la empresa deja de operar, por lo tanto se pierden días de PIB. Cuando el trabajador tiene vacaciones la empresa sigue funcionando y el país también, por lo tanto se gana. Si doy cinco días y quito tres de feriados, le estoy agregando tres días de PIB al país. La gradualidad es lgo que hay que discutir.
“Siempre voy a estar dispuesto a colaborar, esa ha sido la tónica de mi vida, pero hay demasiado qué pasa si...”.
“Hay que revisar esas hipótesis y si eso termina en una ampliación, bienvenido sea”.
“Esto tiene efectos en remuneraciones porque hay más producto y eso tiene un efecto positivo”.
“Cuando uno aplica responsabilidad con sentido de realidad no podemos hablar de la meta del millón de empleos”.