La basura: un problema que no puede esperar,
LA DISCUSIÓN sobre los rellenos sanitarios, la complejidad de dónde ubicarlos y el inminente fin de su vida útil, nos pone en una situación de extrema importancia que nos obliga a cuestionarnos sobre qué hacemos con nuestra basura antes de que vaya a los rellenos sanitarios. El giro debe ser radical y en vez de pensar en construir nuevos rellenos, debemos poner todos nuestros esfuerzos en eliminarlos, pues es el único camino sustentable en el tiempo. El paradigma es el que hay que modificar, dejar de pensar en basura y ver la oportunidad en la recuperación de los materiales, ya sea a través de la reutilización, del compostaje o del reciclaje. Todo comienza en el momento en que elegimos qué productos vamos a consumir y cómo nos hacemos cargo de estos cuando creemos que terminó su vida útil. El fomento al ecodiseño es una manera de proyectar la fabricación de productos más amigables con el medioambiente. En Chile, más del 50% de los residuos que llegan a rellenos sanitarios son orgánicos, por lo tanto, son compostables. Desde 2015 todas las fábricas y oficinas de Unilever en el mundo ya no envían residuos al relleno sanitario. En el caso de Chile, esta acción es equivalente a sacar de circulación 700 camiones de basura al año y la posibilidad de cerrar por tres días el relleno sanitario de Santa Marta. La ley de Responsabilidad Extendida del Productor también será un impulso, pero sólo si todos los actores de la cadena cumplen el rol que les corresponde para que el ciclo de la producción, consumo, separación, recuperación y reciclaje sea efectivo; con esto me refiero a la necesidad de incluir también a los productores de envases y a las municipalidades en la cadena de valor. El objetivo es uno, ser cero residuos al relleno sanitario. La clave es el compromiso y la convicción de que no podemos seguir en un modelo de economía lineal donde consumimos y luego sólo desechamos, sin siquiera enterarnos de lo que pasa con nuestra basura.