Criptomonedas, dinero electrónico y políticas de los bancos centrales,
SERÁN LAS criptomonedas y el dinero electrónico el fin de las políticas financieras y monetarias de los bancos centrales? En su inicio las criptomonedas parecían ser alternativas que, preservando el carácter anónimo de las transacciones, reemplazaran el dinero tradicional. Además, estas monedas operan descentralizadamente, con menores costos de transacción, en particular en las transferencias transfronterizas, y sin estar sometidas a intermediarios o regulaciones. De la misma forma, la creciente importancia de medios de pago electrónicos pareciera que puede dejar obsoleto el uso del efectivo. Este es uno de los temas que forma parte de un debate más amplio y profundo que fue el centro del seminario realizado el 18 de enero sobre FinTech y Estabilidad Financiera, organizado por el Banco Central de Chile y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Aunque los avances en medios de pagos pueden eventualmente sustituir el dinero físico, las preferencias por efectivo (principalmente billetes y monedas) siguen siendo altas y varían mucho entre economías. Aun así, cambios en la demanda por efectivo versus otros medios electrónicos de pago no afectarán la capacidad del central de fijar la tasa de interés. En la medida que el banco central emita un pasivo, el dinero, que sólo sea intercambiable por sí mismo, hace factible mantener control de la tasa de interés, independiente si dicho pasivo tiene forma física (el dinero) o electrónica (reservas bancarias).
El dinero cumple tres roles fundamentales en la economía: uno es como medio transaccional; otro como depósito de valor por ser muy poco riesgoso (en Chile los saldos vista están garantizados en 100% por el Banco Central); y tercero es una unidad de cuenta, siendo un estándar práctico y de fácil comprensión para transacciones en una unidad común para todos. Es interesante notar que las criptomonedas cumplen en principio sólo uno de los tres roles mencionados: transacciones reales o financieras. La evidencia muestra que es un mecanismo muy volátil, riesgoso y poco líquido para inversión y depósito de valor. Además, no pueden ser consideradas como unidad de cuenta, como los pesos, dólares o unidades de fomento, que se utilizan en contratos financieros. Esto es clave para entender por qué las políticas de los bancos centrales pueden seguir siendo efectivas para lograr sus objetivos. En el caso de la política monetaria, alcanza su principal objetivo de inflación mediante la fijación de una tasa de interés de referencia, en una economía donde los precios de los bienes que determinan la inflación están denominados en la moneda oficial. Sería extraordinariamente difícil que criptomonedas que existen en cantidad casi fija y fuera del control de un banco central, pasen a ser unidad de cuenta de bienes y servicios. Los contratos financieros en criptomoneda que no es controlada por el banco central pueden generar riesgos patrimoniales en las instituciones financieras, sin que el banco central pueda controlar un episodio de inestabilidad severa.
ASÍ, SE PUEDE ver que la denominación de contratos financieros y precios en unidades monetarias de un dinero controlado por el banco central es crucial para que estos puedan seguir usando sus instrumentos para controlar la inflación y mitigar episodios de inestabilidad financiera. En un mundo en el futuro donde el dinero emitido por los bancos centrales toma la forma de sólo criptomonedas (o CBDC, central bank digital currencies), los costos de transacción se reducirían de manera muy significativa y habría una revolución en la estructura de negocios de la industria bancaria. Pero por ahora, en nuestro país como en muchas jurisdicciones, las criptomonedas no cuentan con reconocimiento legal o reglamentario específico, ya que no son entendidas como moneda extranjera o divisa para efectos cambiarios.
En términos de la visión del Banco Central, no se pueden minimizar los riesgos que representan las criptomonedas actuales para inversionistas. Aparte de los riesgos inherentes, es clave que quienes las utilicen estén al tanto de si dichas transacciones o inversiones cumplen con las normativas legales en todos los ámbitos regulatorios relevantes. En particular, quienes participen en su intermediación puedan estar sujetos a las facultades del BCCh en materia cambiaria, en la medida que efectúen operaciones de cambios internacionales. Ejemplos de ello son la compraventa de divisas y la modificación de obligaciones en divisas.
Algunos bancos centrales han experimentado con emisión de criptomonedas para la liquidación intradía en sistemas de pagos de alto valor. La banca comercial también ha experimentado con estos sistemas para modernizar sus negocios. Universidades destacadas estudian el diseño e implementación de criptomonedas fiduciarias. El Banco Central monitorea la evolución de estos desarrollos, así como los enfoques regulatorios en otras jurisdicciones, que podrían eventualmente ser considerados para modificaciones en la regulación y legislación local. El reciente taller sobre
FinTech es un ejemplo.
Sería muy difícil que criptomonedas que existen en cantidad casi fija y fuera del control de un banco central, sean unidad de cuenta de bienes y servicios. Los contratos financieros en unidades de criptomoneda pueden generar riesgos patrimoniales en las instituciones financieras.