Los nuevos cambios tributarios,
Opinión
DENTRO de muy poco, en abril, los grandes contribuyentes se verán enfrentados a sistemas de tributación (atribuido y parcialmente integrado) altamente exigentes, cuyo objetivo es lograr una mayor tributación y recaudación. Su complejidad justifica que se realicen cambios, los cuales estarán dentro de la agenda del Gobierno entrante. Lo cierto es que se requiere una nueva reforma tributaria o un ajuste profundo de la anterior. Un impuesto corporativo del 27% definitivamente es muy alto y queda fuera de los rangos de otros países, en especial considerando la baja impositiva en EEUU. Una tasa razonable debería estar en torno a 25% También se deberían dejar en el pasado los sistemas atribuido y parcialmente integrado, avanzando a un régimen único. Además, para compensar el efecto recaudador, sería recomendable establecer un proceso de conciliación extraordinaria para los juicios acumulados y atrasados en los Tribunales Tributarios (TTA). A 2017 existían aproximadamente 3.600 causas pendientes, que de acuerdo con una estimación de la Asociación de TTA, ascenderían a cobros en discusión equivalentes a US$12.600 millones. Una conciliación extraordinaria posibilitaría un procedimiento expedito de tramitación, fomentando la opción para los contribuyentes de pagar una parte de estos montos. El efecto de un cambio resulta evidente e incluso necesario, puesto que los contribuyentes frecuentemente prefieren pagar que estar sometidos a juicios interminables con el SII. De paso, compensaría el actual déficit fiscal del 3,1% del PIB estimado para 2017. Podríamos mencionar otros cambios que gatillarían mayor recaudación y compensar las bajas generadas por algunas medidas, como impuestos verdes, elevar el impuesto específico al diésel y eliminar la renta presunta. Lo importante es que se avance efectivamente en reformar la reforma.