Agricultores: ¿viven pobres y mueren ricos?
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EL AGRO ES un factor clave de nuestra economía. En estos meses se juega la vida, dado que se encuentra en plena cosecha, pero debe enfrentar tres riesgos estratégicos: el dólar, el riesgo climático y la concentración bancaria. Frente a fluctuaciones del dólar, existen dos perfiles de empresarios agrícolas: aquellos que operan con deuda y los que no están endeudados. Para los primeros, el dólar de equilibrio es de $600 y para el segundo de $420. Por esta razón la SNA está presionando al Banco Central para que sostenga la divisa en $600, pero no es suficiente; es necesario profesionalizar muchas empresas del sector. Para mitigar el riesgo climático, existe un solo cami- no, inversión, tanto en nuevas tecnologías como también en la compra de predios agrícolas en distintas regiones; es decir, se debe diversificar la producción en campos ubicados en diferentes regiones. Para realizar lo anterior, se requiere capital y ahí nos encontramos con el tercer desafío: la banca. La concentración bancaria es un daño irreversible, no sólo para el sector agrícola. La solución, sencilla, primero preparar la compañía reduciendo costos directos y gastos, y jun- to con ello buscar asociaciones con otros agricultores para trabajar juntos la tierra con sus capitales, focalizarse en eficiencia y servicios con mayor margen, cambiar el modelo de negocio pasando de productor y exportador de fruta a elaborador de la fruta incorporando valor agregado y, por último, buscar un fondo privado que financie el ciclo completo capitalizando así a empresas. La banca no es la única opción, pero cuidado con las tasas; cotice, y si no sabe, busque un experto.