Estados Unidos y el control de armas
Cualquier mecanismo que se impulse para un control más exhaustivo debe ir acompañado de educación y concientización de los riesgos del uso de armas.
EL tiroteo en una escuela de Florida, que dejó como resultado 17 muertos, entre ellos 14 estudiantes, reabrió el debate sobre el control de armas en EEUU. Sin ir más lejos, Walmart anunció que aumentará la edad de compra de armas y municiones a 21 años, restringiendo así el libre acceso que ostentaba. Según recientes mediciones, dos tercios de los estadounidenses apoyarían un mayor control de armas, mientras un 50% de los actuales propietarios estaría de acuerdo con impulsar una legislación más restrictiva. Como referencia, un análisis del diario The Washington Post señala que desde la balacera de Columbine, en 1999, más de 150 mil estudiantes de 170 primarias y secundarias, han experimentado el trauma de balaceras en sus escuelas.
Un control de armas más exhaustivo y con límites que tiendan a restringir la facilidad a su acceso puede servir, en primera instancia, como un mecanismo efectivo para poner fin a las cada vez más comunes matanzas. Con todo, como pasa regularmente con los controles correctivos, debiera tender a proliferar el mercado negro de armas, con los costos y riesgos asociados a la proliferación de un mercado ilícito. Cualquier mecanismo que se impulse debe ir acompañado de educación y concientización de los riesgos del uso de armas y de una profunda revisión que explique cómo el país más desarrollado del mundo es, justamente, el que por lejos muestra las incidencias más altas de atentados con armas en lugares públicos.