Crítica a venta de edificio corporativo de ENAP
Editoriales De ser ciertas las observaciones realizadas por la Contraloría, la empresa y sus máximas autoridades deben clarificar los hechos lo antes posible.
LA Contraloría General de la República emitió un lapidario informe respecto de una operación de compra y arriendo por parte de la empresa estatal ENAP. El organismo dirigido por Jorge Bermúdez argumenta sus críticas en dos ámbitos. Por un lado cuestiona las razones para cambiar sus instalaciones corporativas y, por otra, la conveniencia financiera del negocio.
Advierte la falta de respaldo sobre los motivos de la compañía para vender el inmueble, considerando que las actuales oficinas corporativas tienen una menor superficie (5.400m2 versus 6.892m2). Además, cuestionan que no existan documentos que respalden la preservación de “una imagen de austeridad” en la habilitación de las nuevas oficinas, que significaron el desembolso de US$5,8 millones.
Desde el punto de vista financiero, la Contraloría afirmó que el gasto que implica el pago de las rentas de arrendamiento correspondientes al contrato por 15 años, es superior en 46% a los recursos obtenidos por ENAP con la venta del inmueble corporativo.
Desde la empresa justificaron el cambio porque había condiciones de hacinamiento (ente otras) y afirmaron que, a valor presente, la operación le significaría un ahorro de $385 millones por año, en lugar de una pérdida.
Si las acusaciones de la Contraloría a la empresa resultan ser efectivas, es una situación muy grave que genera un preocupante impacto a la compañía y, por ende al Estado. ENAP y sus principales autoridades deben clarificar estos hechos lo antes posible para determinar potenciales responsabilidades.