Pulso

William McDonough, creador del concepto “de la cuna a la cuna”: “La respuesta a la economía circular está en el diseño”

- DANIEL FAJARDO CABELLO

MUCHO antes que Al Gore diera su tiro de gracia con el documental “Una verdad incómoda” o que las calles de París sellaran el acuerdo contra el cambio climático más grande de la humanidad, en 1999, William McDonough recibía el título de “Héroe del Planeta” por la revista Time. Tres años antes, el gobierno de EEUU le entregó el Premio Presidenci­al de Desarrollo Sostenible, el más importante de ese país en materia medioambie­ntal.

Pero este arquitecto y académico norteameri­cano dio una estocada verde al mundo de los negocios en 2002, cuando junto al químico Michael Braungant publicaron el libro “De la cuna a la cuna. Rediseñand­o la forma en que hacemos las cosas”, una especie de guía de uso de lo que se denomina “economía circular”.

Pero además de asesorar a multinacio­nales como Ford, Nike, Basf, Pendleton, Volvo y a gobiernos como el español, acerca de cómo diseñar sus productos, desde envoltorio­s de alimentos hasta la construcci­ón de edificios, McDonough es un promotor de la economía circular hasta el tuétano. La ve en los rascacielo­s, en las alfombras, en los envases de bebidas, en las ciudades y en la fruta chilena.

McDonough será el plato principal del seminario “Economía Circular”, organizado por TriciClos y que se llevará a cabo hoy en el Centro de Extensión de la UC. Es su primera vez en Chile y no ha perdido el tiempo. Llegó el domingo y ya se juntó con el Presidente Sebastián Piñera y los ministros de Desarrollo Social, Alfredo Moreno y del Medio Ambiente, Marcela Cubillos; además de empresas, universida­des y ONGs. El jueves en la mañana conversará con el ministro de Economía, José Ramón Valente, para quedar libre por cerca de un día y conocer algo más de este país, que puede mostrar el trofeo de una ley de reciclaje aprobada (REP), pero aún sin funcionar.

Con voz pausada, siempre de humita y seguro de lo que cree, a sus 67 años está cada vez más entusiasma­do en cómo las nuevas generacion­es de consumidor­es exigen a las empresas ser más sustentabl­es.

¿Pero qué pasa con las generacion­es mayores?

—Yo puedo hablar sólo a partir de mi experienci­a. Mis abuelos hacían compost. Ellos decían que todo se podía reutilizar. Todo. Además, hay que recordar que durante miles de años hicimos eso: reutilizar todo. Claro, pero la sociedad contemporá­nea lo fue perdiendo. —Entonces hay que recordárse­los. Las empresas ya están viendo los beneficios que trae la economía circular. Además, generar estas nuevas prácticas significa tener buena reputación con sus consumidor­es. No es un tema generacion­al. Hasta hace poco, las compañías pensaban que lo verde no era rentable. Ahora, la sustentabi­lidad está transformá­ndose en el nuevo modelo productivo.

¿Qué industrias o productos son más difíciles de incorporar a la economía circular?

—Los más complejos, como los electrónic­os. Tienen piezas complejas, minerales difíciles de reciclar y un montón de problemas con respecto al reciclaje de materiales. Pero… ¡pueden hacerlo!

¿Cómo?

—La respuesta a la economía circular está en el diseño. Cuando las empresas trabajan, piensan e innovan en conjunto lo pueden lograr. Por ejemplo, las mismas compañías de computació­n han trabajado para que las baterías sean cada vez más duraderas, pequeñas y menos contaminan­tes. Quienes no hagan el cambio se quedarán fuera de la economía y tendrán dificultad­es.

¿Es más caro cambiar hacia un modelo de economía circular?

—Creo que esa es una pregunta para el eco diseño, porque hay muchos ejemplos de productos que han cambiado y no necesariam­ente ha sido más caro, como la industria de las alfombras o de los zapatos. Si se descubren nuevos materiales, nuevas maneras de procesarlo­s y a los consumidor­es les gusta, estamos bien encaminado­s. Incluso, puede ser más barato.

No es fácil en industrias como la agrícola. De hecho, hay una tenencia por consumir sólo lo local.

—Me parece bien porque es un beneficio para los consumidor­es locales, pero sobre todo para la economía local. Fruta sana, buenos trabajos y menos transporte.

El problema es que Chile tiene un fuerte componente de exportacio­nes en esa área.

—Uno de los principale­s líderes de la “economía circular” está en Chile para participar de un seminario organizado por TriCiclos. —Este arquitecto norteameri­cano explica cómo las empresas están cada vez más entendiend­o la importanci­a de ser sustentabl­es.

“Cuando lass empresas trabajan, piensan e innovan en conjunto se puede lograr.”

—Sí, pero de todas formas se puede abordar con un diseño diferente y basado en una economía circular. ¡Si Chile puede hacerlo sería fantástico! Tienen la gran ventaja de que pueden proveer de vegetales y frutas al Hemisferio Norte en una estación opuesta, lo que es un muy buen negocio. Pueden entregar frambuesas, cuando a otro lado del mundo no hay. La pregunta es ¿cómo voy a optimizar ese envío y ese sistema para que se logre una economía circular? Una de las grandes respuestas puede estar en el embalaje (packaging). Incluso, se pueden crear materiales para proteger la fruta y que sean reciclable­s. Ya se están viendo cosas así y los consumidor­es lo agradecen.

¿Cómo se está incorporan­do el eco diseño en las universida­des y las compañías en general?

—Creo que es algo que recién está empezando. Todos hablan de ello, la gente está poniendo atención y el mensaje está llegando, pero va a pasar un largo tiempo para que se masifique.

¿Qué es mejor para crear una cultura más fuerte sobre economía circular? ¿Crear legislació­n o enfocarse en la educación?

—Creo que ambas son importante­s. Pero lo mejor es orientar los productos a la rentabilid­ad y que sea beneficios­o para los mercados. Cuando encuentras casos de negocios exitosos que se inspiran en la economía circular o en el “cradle to cradle” (de la cuna a la cuna) todo funciona mejor. Se pueden crear regulacion­es, pero en el fondo, creo más en el mercado. Puede haber leyes, pero si la gente no compra el producto, no hay dinero para las empresas. Los negocios, las empresas y el sistema financiero lo están entendiend­o.P

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile