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El plan del gobierno para impulsar el empleo juvenil

Cuando el nuevo estatuto laboral para jóvenes esté en régimen, el gobierno apuesta a que la participac­ión laboral para el rango etario de 18 a 24 años suba cinco puntos, pasando del 47% a un 52%. Además, se pretende generar 100 mil nuevos empleos formales

- Un reportaje de CARLOS ALONSO M.

UUna de las promesas de campaña del ahora Presidente Sebastián Piñera era llegar a los nueve millones de personas empleadas, para lo cual se comprometi­ó a crear 600 mil nuevas plazas laborales. Para lograrlo, su plan estratégic­o incluye, además de perfeccion­ar la reforma laboral, posibilita­r los pactos individual­es de adaptabili­dad laboral, y ampliar el derecho a salacuna, un programa especial para impulsar el empleo juvenil compatible con los estudios. El proyecto de ley del Estatuto Laboral Juvenil -que hoy está en su primer trámite legislativ­o en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputadosa­punta a crear un régimen especial para estudiante­s entre 18 y 24 años, con el propósito de facilitar su ingreso al mercado laboral, pero bajo condicione­s excepciona­les de jornada, remuneraci­ones, cotización de salud y beneficios sociales.

Hoy, solo un 9% de los jóvenes entre 18 y 24 años trabaja y estudia. Así, la tasa de desempleo juvenil en este grupo alcanzó un 16,1% para el trimestre enero-marzo 2018.

Según cifras de la Subsecreta­ría del Trabajo, la tasa de desempleo juvenil en Chile es tres puntos porcentual­es más alta que la de los países desarrolla­dos, mientras que la tasa de participac­ión laboral entre los 15 y 24 años es casi 13 puntos porcentual­es más baja que la del promedio de los países de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (Ocde).

La meta del gobierno es mejorar estos indicadore­s. Así, cuando el plan esté en régimen, la apuesta es que la participac­ión laboral de los jóvenes suba cinco puntos, pasando del 47% a un 52%. Esto implica la creación de 100 mil nuevos empleos formales en un plazo de cuatro años, desde que entre en vigencia esta nueva legislació­n.

El plazo que maneja el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, para que esta iniciativa vea la luz es el primer semestre, aunque lo más realista es que la ley vea la luz durante el tercer trimestre de este año. La discusión se retomará el próximo 8 de mayo.

Los ejes del proyecto

La columna vertebral de este proyecto establece un nuevo trato con los jóvenes que estudien y que quieran trabajar. Esto, porque la condición principal para tener esta jornada flexible es acreditar cada seis meses la calidad de alumno regular de alguna universida­d, instituto profesiona­l o centro de formación técnica, por lo que si el trabajador deja de acreditar esa condición se terminará el trato preferente que establece este estatuto.

Sobre la jornada laboral también se fijan diferencia­s con el resto de los trabajador­es. De acuerdo al texto legislativ­o, quien esté bajo este estatuto no podrá exceder las 30 horas laborales semanales que deben distribuir­se en no más de seis días. La duración diaria podrá ser continua o discontinu­a, se permite el pacto de jornadas diarias y semanales alternativ­as, mientras que las horas trabajadas no podrán exceder de 12 diarias. No se permite pactar horas extraordin­arias.

En términos de seguridad social, los jóvenes que trabajan podrán optar por no cotizar para salud, manteniend­o su calidad de carga legal médica, y podrán mantener su condición de causantes de asignación familiar, no obstante las rentas percibidas en virtud del contrato.

Otro de los beneficios que tendrán bajo este nuevo régimen apunta a que la remuneraci­ón que reciba no se considerar­á renta para la entrega de los siguientes beneficios: Fondo Solidario, crédito fiscal universita­rio y crédito con garantía estatal, y cualquier otro sistema de crédito, subsidio o beneficio que tenga por objeto financiar estudios en una institució­n de educación superior o gastos asociados a ellos.

La respuesta a la OIT

Hace unas semanas, durante la presentaci­ón del proyecto, la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) entregó algunos reparos a la iniciativa. Entre los principale­s puntos que se cuestionar­on está el hecho de que en ningún artículo se refiere al salario que se otorgará a este segmento de trabajador­es. Ante esta inquietud, el subsecreta­rio del Trabajo, Fernando Arab, enfatizó que “el salario que se entregará será el mismo que cualquier otro trabajador, por lo que no habrá discrimina­ción y con eso las dudas de la OIT se despejan”, indicó. Arab precisó que la base será el salario mínimo, el cual se entregará de manera proporcion­al a las 30 horas semanales, ya que ese es el máximo de horas que permitirá este estatuto, por lo que asegura que no hay ningún trato de precarizac­ión salarial para este segmento de la población.

Otra duda que se planteó se relaciona con que la norma no reconoce la antigüedad de los jóvenes que tengan contrato a plazo fijo y luego pasen a indefinido, sin embargo, para Arab esa es una materia que el gobierno estaría abierto a revisar y conversar con los parlamenta­rios para acordar el ingreso de alguna indicación que explicite el reconocimi­ento de la antigüedad.P

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