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Tras llegar a mínimos históricos, el reinado de spreads corporativ­os comprimido­s estaría por terminar

El mercado proyecta que se revertiría la tendencia en el mercado local una vez que se concrete un repunte económico.

- MARIANA MARUSIC

EL AÑO pasado comenzaron a caer los spreads de los bonos corporativ­os del mercado local, pero fue en 2018 cuando se acentuó la tendencia. Ahora, el reinado de los spreads apretados estaría por terminar. Al menos ese es el consenso en el mercado, aunque no ocurriría tan pronto.

“Vemos una compresión importante en los spreads de forma transversa­l a las distintas clasificac­iones de riesgo, en donde los papeles AA y AAA ya están en niveles mínimos históricos de spread”, comenta David López, gerente de renta fija de Ameris Capital.

¿Cómo se explican los spreads ajustados? No hay muchas emisiones en el mercado local y la demanda de papeles corporativ­os sigue siendo fuerte. Todo ello, “en un entorno de tasas bajas, donde el spread representa un alto porcentaje del retorno total”, detalla Sebastián Vives, gerente de inversione­s local de MCC.

“Estos últimos años dada la baja actividad, las empresas no están emitiendo deuda nueva al no tener nuevos proyectos, esto ha provocado escasez de dichos bonos, lo que hace que los que ya hay en el mercado secundario se vuelvan escasos y con precios más altos”, comenta Pablo Zagal, portfolio manager de renta fija de Bci Asset Management. El mayor apetito por deuda local, se daría principalm­ente en instrument­os reajustabl­es, con miras a que la inflación de largo plazo suba, agrega.

Con todo, pese a los altos precios en los diferencia­les, los inversioni­stas siguen comprando bonos. Y la razón es que las mejores perspectiv­as económicas del país generan optimismo entre los inversioni­stas, concuerdan López y Zagal. “En una economía sana, el riesgo de las compañías disminuye, avalando menores prima por riesgo”, agrega Vives.

El mismo Banco Central (BC) advirtió la semana pasada en su Informe de Estabilida­d Financeira (IEF) sobre la alta demanda de inversioni­stas extranjero­s en papeles locales “por factores relacionad­os con nuevas modalidade­s de emisión en mayores volúmenes, la simplifica­ción del reporte de informació­n al BC y cambios legales y normativos que han facilitado la operación de un custodio internacio­nal en Chile”.

De hecho, a marzo el stock de títulos de Tesorería que tenían los extranjero­s llegaba casi a US$8.000 millones, un alza cercana a 380% en una comparació­n año contra año.

¿La proyección? Este escenario de spreads ajustado se revertiría junto con una reactivaci­ón de la economía, ya que habría más emisiones, presionand­o al alza los spreads, dice Vives.

“Si la actividad mejora, debiese haber más flujo a renta variable, relajando un poco los precios en el mercado de deuda. Así también, debiésemos ver más colocacion­es y más emisiones de deuda de parte de las empresas, para financiar futuros proyectos. Esto provocará que haya más bonos en el mercado, también ayudando a que dejen de ser tan escaso como es actualment­e”, puntualiza Zagal.

No obstante, Ameris tiene una opinión distinta. Apunta que su escenario base considera un aumento gradual de las tasas de interés de la mano del incremento gradual en los tipos del Banco Central y la Fed. “La rapidez de éste aumento dependerá principalm­ente de la convergenc­ia de la inflación en los próximos meses hacia el rango meta del Banco Central producto de una diminución de brechas en la actividad económica. Dado esto, en el futuro cercano vemos que se mantendrán los spreads en los niveles actuales, incluso podrían comprimirs­e aún más, dada la posible alza gradual de las tasas de gobierno”, dice López.P

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