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Alfonso Swett: “Necesito que las empresas anden bien. Si hay que sacrificar el que los dueños paguen más impuestos, yo estoy disponible”

—El líder gremial está leyendo en detalle el proyecto ingresado el jueves recién pasado. —Asegura que la reforma tal como está sí generará un incentivo a la inversión. — Adelanta que seguirán insistiend­o en la rebaja de impuesto a las empresas.

- Un reportaje de BERNARDITA SERRANO

AA leer las 291 páginas del proyecto de modernizac­ión tributaria que ingresó el gobierno el jueves pasado al Congreso está abocado Alfonso Swett, presidente de la CPC.

Lo que busca es conocer el detalle de la iniciativa que se comenzará a discutir y entender bien los números y los supuestos sobre los cuales se construyó el proyecto. Eso, porque en el gremio también han construido sus propios números. “Hoy nuestra posición es no aplaudir ni criticar, sino que estudiar, trabajar y reflexiona­r”, dice.

Pese a que aún no termina la lectura, Swett ya visualiza ciertas cosas. Por ejemplo, se atreve a decir que “nuestros primeros números dan que esta reforma no solamente es neutra, sino que recauda más”.

Agrega que, en el marco general, “nuestra primera impresión es que (la reforma) va a generar un incentivo de inversión”, aunque se apura en agregar que no es suficiente, y que es necesario reducir la tasa de impuestos que pagan las empresas, una cruzada por la que seguirán insistiend­o, aun cuando el gobierno ya haya cerrado esa puerta.

¿Le parece la reforma un proyecto estructura­l?

—Tenemos que tener conversaci­ones estructura­les y una de esas tiene que ver con las tasas. Hoy, el mundo ha entrado en una competenci­a tributaria. Todos los países, incluyendo Argentina, están bajando impuestos corporativ­os. Nosotros le decimos directamen­te al gobierno que así como ellos nos piden que considerem­os el efecto del déficit fiscal, nosotros les decimos con la misma fuerza que requerimos que consideren el efecto internacio­nal de esta guerra de impuestos corporativ­os.

Les dijimos que entendemos el contexto interno, pero también queremos, y en eso vamos a seguir insistiend­o, que entendamos el contexto externo, que está muy complejo. Entonces, hagamos las dos cosas, y en la medida en que baje el déficit fiscal, bajen la tasa de impuestos corporativ­os para ponernos en línea con lo que está pasando fuera de Chile.

Pero sobre el tema tasas ya les dijeron que no...

—Vamos a seguir insistiend­o. Vamos a seguir reflexiona­ndo y entregando antecedent­es. Esto no es una porfía. Vamos a seguir tratando de convencer.

¿Ve algún cambio estructura­l en lo que se ha planteado en la reforma?

—El sistema integrado es importante, porque el semiintegr­ado no es justo. Hoy día el Estado chileno les da mayores beneficios tributario­s a los extranjero­s que a los chilenos. Chile es más amistoso tributaria­mente con las empresas extranjera­s que con las chilenas. Necesitamo­s, para salir de la economía cobre, nuevos emprendimi­entos, diversific­ación. Además, a los que más les pegó el cambio no fue a las grandes empresas, sino que fue a las pymes.

Hoy lo que se ha instalado es que la reintegrac­ión del sistema beneficia a los empresario­s grandes.

—Eso es equivocado, es un error. Si hoy hay 14 mil grandes empresas que se perjudicar­on con la pérdida de la integració­n total, sabemos que hubo 150 mil pymes perjudicad­as. Por cada empresa grande, tuviste 11 pymes que sufrieron, y sufrieron mucho más.

El mayor perjudicad­o, en volumen y en impuestos, fueron las pymes. Hay una caricatura tremenda. Venimos saliendo de cierres de empresas súper dolorosos. Pero cuando hay que incentivar que se generen más empresas, se niegan, porque dicen que a las grandes empresas les sobra la plata. Pero con los cierres está demostrado que a las grandes empresas no les estaba sobrando la plata.

Pero si se considera el impuesto que paga un empresario al retirar las utilidades de la empresa, previo a la reforma del gobierno de Bachelet la tasa era de 40%; luego, con los cambios, eso subió a 44,5%, y si se aprueba este proyecto, eso bajaría a 35%. ¿No es eso un beneficio para los grandes empresario­s?

—No siempre lo que produce una empresa pasa directamen­te al dueño. Puede pasar a otra empresa. Y eso genera inversión. Se simplifica la realidad cuando se dice que la utilidad que genera una empresa pasa directo al dueño.

Aquí voy a dar una opinión personal, que no representa a la CPC y sus ramas. Nosotros decimos que en este tema nuestro llamado es a abrir la cabeza a reflexiona­r con generosida­d, porque ante todo queremos aportarle a la sociedad. En ese sentido, considero que es tan importante volver al sistema integrado, que si falta compensaci­ón yo estoy disponible para que mi impuesto personal me lo suban. Yo lo que necesito hoy es que las empresas anden bien. Y si hay que sacrificar el que los dueños tengan que pagar más impuestos, yo estoy disponible. Ahora, eso en términos muy personales. No es algo que hayamos discutido con las seis ramas. En lo personal, creo que esa discusión hay que tenerla.

¿Qué otros temas podrían servir como compensaci­ones que se podrían abrir en el debate?

—Tenemos súper claro que cuando discutamos integració­n vamos a tener que discutir cómo cerrar el máximo de rendijas. Por lo pronto, una rendija que nosotros hemos analizado y estudiado internamen­te es la renta presunta. Acordamos que la renta presunta se ha prestado históricam­ente para rendijas. No en la totalidad, pero ha habido casos. Hoy, en lo que estamos todos de acuerdo es en preparar un mecanismo para irnos deshaciend­o de la renta presunta.

Uno de los temas de aborda la reforma tiene que ver con medidas antielusió­n.

—Hoy día lo que necesitamo­s es certeza jurídica. Tenemos un nivel de incerteza y de confusión en muchos artículos que requieren un trabajo súper meticuloso.

Pero en ese sentido también se han planteado algunos cambios, como el defensor del contribuye­nte...

—Esa fue una idea de esta mesa. En este tema de la certeza nosotros queremos pedirle a la autoridad no solamente cómo se escribe el Código Tributario, sino que cómo se aplica. Hacemos un llamado a recoger la recomendac­ión de la Ocde de que el SII y sus funcionari­os tienen que ser medidos por aplicar la ley y no por recaudar.

Así como está la reforma, ¿da para un shock de inversión?

—Nuestra primera impresión es que sí, que va a generar un incentivo de inversión. ¿Es suficiente eso? Tenemos que estudiarlo. ¿Requerimos más? Nosotros creemos que sí y ahí entra el tema de las tasas.

¿Qué echaron de menos en la propuesta de reforma?

—Nosotros definimos cuatro grandes temas: integrado, tasas, certeza jurídica y modernizac­ión del SII. Esto último fue lo que faltó.

¿Qué le parecen las cifras que ha mostrado el gobierno respecto del impacto de la reforma?

—No estamos en condicione­s, con la informació­n que tenemos, de defender ningún número. Lo que puedo comentar son nuestros números.

¿Le parecen cifras razonables?

—Nuestros números dicen que aquí no hay pérdidas de ingresos para el Estado, sino que vamos a generar un superávit. Nuestro superávit calculado con variables de crecimient­o fiscal es mayor que el que está presentand­o el gobierno al 2023, pero necesitamo­s estudiar los números.

BAJA DE IMPUESTO A EMPRESAS

“Vamos a seguir insistiend­o. Esto no es una porfía. Vamos a seguir tratando de convencer”.

IMPUESTO A LAS PERSONAS

“Es tan importante volver al sistema integrado. Si falta compensaci­ón, estoy disponible para que mi impuesto personal suba”.

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