El nuevo rol del SII que tiene con pintura de guerra a los funcionarios
De cara a los contribuyentes, el servicio buscará una relación más horizontal, con mayor certeza jurídica, reconocer la buena fe como un estándar normal de la conducta, avanzar en mayor confianza mutua, trato justo y equitativo.
LLa reforma tributaria anunciada esta semana introduce modificaciones relevantes en el sistema de recaudación fiscal por la vía impositiva y el organismo que está afecto a mayores cirugías es el Servicio de Impuestos Internos (SII).
Si ya supone un cambio relevante el pasar de un sistema semiintegrado a uno integrado, entre otras transformaciones, el gobierno está trabajando en un nuevo sello para el SII, un nuevo estilo que, por cierto, ya empezó a dar luces de un nuevo trato hace casi dos meses. “En Hacienda miraban con preocupación la excesiva veta legal y discrecional que estaba tomando el SII. El sello que quiere este gobierno para el SII es que haya una observancia absoluta al principio de legalidad. La idea es que los contribuyentes paguen en la forma y en el fondo, y que el SII respete el marco legal dentro de sus atribuciones”, expresa un alto funcionario de gobierno.
La circular bisagra
El 27 de junio, el Departamento de Asesoría Jurídica del SII lanzó la Circular N° 34, firmada por el director Fernando Barraza -ratificado en el cargo por tres años más-, que impartió nuevas instrucciones relativas al procedimiento de reposición administrativa que tiene al contribuyente “en el centro de la gestión institucional”, reza el documento, que agrega que “los cambios van en el sentido de considerar al contribuyente en una relación más horizontal”, donde se “reconozca la buena fe como un estándar normal de la conducta de los contribuyentes”. En la circular se da cuenta de que el 98% de la recaudación proviene del pago voluntario de impuestos, lo que obedecería a las iniciativas de facilitación del cumplimiento tributario, “lo que abona la tesis de avanzar hacia relaciones de mayor confianza mutua entre los contribuyentes y la administración tributaria”, sostienen.
“Esta circular da cuenta de otra mirada, de principios, certezas, seguridad, eficiencia, fundamentación, motivación. No es más que llevar a la realidad de la circular principios que son obligatorios del derecho administrativo. Eso siempre debió ser así. Hace muchos años que el SII viene teniendo una mirada mucho más ‘fiscalista’ y menos apegada ciento por ciento a la norma jurídica”, sostienen cercanos a Hacienda.
El documento agrega que la ciudadanía y, por cierto, los contribuyentes exigen de forma “plenamente justificada” de sus instituciones públicas altos estándares de calidad y de servicio. Por lo anterior, Barraza en la circular afirma que en el SII están “obligados a mejorar los procedimientos y darles el sentido y el resultado que de ellos se espera, que no es otro que un trato justo y equitativo hacia las personas”. Por ello, en la circular queda plasmado que “se busca, en definitiva, establecer una instancia independiente de revisión, no prejuiciada (…), en un contexto de colaboración y confianza mutua, que permita dar certeza jurídica al contribuyente”.
Barraza y el equilibrio
No es trivial la permanencia de Barraza en el SII. Pese a que fue quien tuvo que hacerse cargo de implementar la reforma tributaria lanzada un año antes que asumiera como director del servicio en 2015, en la última época el SII ha estado marcado por fuertes cambios en su estilo de dirección.
En el primer gobierno de Piñera el servicio fue dirigido por Julio Pereira. “En esta época hubo una revuelta interna, porque él venía desde el sector privado y los funcionarios de carrera estaban incómodos”, sostiene un abogado tributarista de la plaza. Otro, agrega que “estaban rebeldes las huestes, más que por rechazo a él, era por su director jurídico, que tenía malos tratos e insistió en la condona-
En Hacienda tenían la sensación de que el Servicio en algún momento perdió el rumbo y se volvió agresivo.
Barraza, quien asumió en el SII en pleno gobierno de Bachelet, fue ratificado por Piñera y tiene como foco modernizar el Servicio.
Se está impulsando mejorar el procedimiento de reposición administrativo para que brinde un trato más justo.
ción de Johnson’s”.
En el reciente gobierno de Michelle Bachelet se hizo cargo del SII Michel Jorratt, quien ostentó la dirección de la institución desde marzo de 2014 a mayo de 2015. Un reconocido abogado tributarista recuerda que “él tenía la consigna de esquilmar a los ricos. En su periodo los fiscalizadores se empoderaron de manera negativa. La reforma de 2014 y la ley antielusión les dio el poder. Esto produjo la sensación de que el Servicio podría ser arbitrario. Cada director regional y fiscalizador operaba con distintos criterios. Con el tema de las platas políticas, Jorratt impulsó varias querellas”.
Distintos abogados de la industria coinciden en que con la llegada de Barraza en 2015, este hizo que se alineen los directores regionales y los fiscalizadores. “Con Piñera se comportó más pro gobierno y aceptó planteamientos de Hacienda, que se vieron reflejados, en parte, en la Circular 34. Hacienda le pidió que fueran más apegados a la ley y más equitativos”. Otros, en la interna del
SII, señalan que el ingeniero civil fue clave para que la institución superara “una de las peores crisis de su vida institucional para retomar su rol eminentemente técnico y modernizador”.
Barraza ha hecho hincapié en que sus focos estarán orientados hacia una fiscalización más certera e “inteligente”, modernización de la gestión con el uso intensivo de tecnologías de información y comunicación y un énfasis fundamental en la asistencia y acompañamiento a los contribuyentes.
Más justo, más simple
Desde el gobierno hay quienes señalan que “se espera que el SII sea más justo, que aplique la ley, pero con buen criterio”. En ese sentido, un connotado tributarista estima que un sello del SII de aquí en adelante debiera ser la simpleza. “Mientras más simple el sistema impositivo, hay más cumplimiento. Con ello, se puede dar una fiscalización más efectiva”, expresa.
Acorde con lo anterior, se agrega la mayor digitalización que tendrá el SII, donde cada contribuyente tendrá su carpeta electrónica y los trámites pretenden ser ciento por ciento en línea. “Al digitalizar más el SII, va a tener una relación más simple con los contribuyentes. Será todo online, por ejemplo, el cambio de un socio, agregar una nueva sucursal, etcétera”, detalla un conocedor de la reforma.
Los más disruptivos en la industria tributaria creen que de todos modos es necesario hacer un remezón en ciertas áreas del SII. “Hay varios que enarbolaron las banderas contra los ricos y que tienen un sesgo importante en sus decisiones. Estos funcionarios están principalmente en el área de fiscalización”, acusa.
En sintonía con Hacienda
Desde principios de abril, Hacienda tuvo reuniones dos o tres veces a la semana con los funcionarios del SII y en el último mes la frecuencia subió a todos los días. “Siempre se trató de llegar a consensos”, recalca una persona conocedora de las reuniones.
“La reforma fue fraguada y redactada junto a los abogados del Servicio. El SII se siente parte de la reforma, están comprometidos para poder aplicarla”, asegura otra fuente cercana de las reuniones de trabajo.
Sin embargo, eso no es lo que dice la Asociación Nacional de Funcionarios del SII. El viernes en un comunciado, señalaron estar en estado de alerta: “rechazamos la disolución parcial del servicio propuesta por el gobierno”.
A juicio de los funcionarios, diversas normas incorporadas en el Proyecto de Ley, “constituyen un debilitamiento y restricción de la fiscalización que proyecta un alto riesgo para la estabilidad de la recaudación tributaria, por la vía de abrir espacios a la evasión y a la elusión, particularmente de los grandes contribuyentes que recurren a la industria de la “planificación” tributaria”, aseveraron.
Los ánimos están espesos. Es más, los funcionarios llamaron a los directorios regionales a preparar el ambiente para convocar a Asambleas en todo el país, a inicios de la próxima semana.
Para algunos tributaristas esto no sólo agrega un ingrediente más de tensión a la discusión de la reforma, sino que también debilita la posición de Marcos Barraza.
Por otro lado, en el mundo tributario ponen énfasis en un punto: la ausencia de Barraza en todas las actividades que han existido en el marco de la reforma tributaria.
Por eso adelantan que su posición no será cómoda. Menos aún cuando tendrá que lidiar con una nueva figura, la del defensor tributario, que de ser aprobada por el Congreso, se convertirá en su par y contraparte. ℗