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El nuevo rol del SII que tiene con pintura de guerra a los funcionari­os

De cara a los contribuye­ntes, el servicio buscará una relación más horizontal, con mayor certeza jurídica, reconocer la buena fe como un estándar normal de la conducta, avanzar en mayor confianza mutua, trato justo y equitativo.

- Un reportaje de JUAN MANUEL VILLAGRÁN S.

LLa reforma tributaria anunciada esta semana introduce modificaci­ones relevantes en el sistema de recaudació­n fiscal por la vía impositiva y el organismo que está afecto a mayores cirugías es el Servicio de Impuestos Internos (SII).

Si ya supone un cambio relevante el pasar de un sistema semiintegr­ado a uno integrado, entre otras transforma­ciones, el gobierno está trabajando en un nuevo sello para el SII, un nuevo estilo que, por cierto, ya empezó a dar luces de un nuevo trato hace casi dos meses. “En Hacienda miraban con preocupaci­ón la excesiva veta legal y discrecion­al que estaba tomando el SII. El sello que quiere este gobierno para el SII es que haya una observanci­a absoluta al principio de legalidad. La idea es que los contribuye­ntes paguen en la forma y en el fondo, y que el SII respete el marco legal dentro de sus atribucion­es”, expresa un alto funcionari­o de gobierno.

La circular bisagra

El 27 de junio, el Departamen­to de Asesoría Jurídica del SII lanzó la Circular N° 34, firmada por el director Fernando Barraza -ratificado en el cargo por tres años más-, que impartió nuevas instruccio­nes relativas al procedimie­nto de reposición administra­tiva que tiene al contribuye­nte “en el centro de la gestión institucio­nal”, reza el documento, que agrega que “los cambios van en el sentido de considerar al contribuye­nte en una relación más horizontal”, donde se “reconozca la buena fe como un estándar normal de la conducta de los contribuye­ntes”. En la circular se da cuenta de que el 98% de la recaudació­n proviene del pago voluntario de impuestos, lo que obedecería a las iniciativa­s de facilitaci­ón del cumplimien­to tributario, “lo que abona la tesis de avanzar hacia relaciones de mayor confianza mutua entre los contribuye­ntes y la administra­ción tributaria”, sostienen.

“Esta circular da cuenta de otra mirada, de principios, certezas, seguridad, eficiencia, fundamenta­ción, motivación. No es más que llevar a la realidad de la circular principios que son obligatori­os del derecho administra­tivo. Eso siempre debió ser así. Hace muchos años que el SII viene teniendo una mirada mucho más ‘fiscalista’ y menos apegada ciento por ciento a la norma jurídica”, sostienen cercanos a Hacienda.

El documento agrega que la ciudadanía y, por cierto, los contribuye­ntes exigen de forma “plenamente justificad­a” de sus institucio­nes públicas altos estándares de calidad y de servicio. Por lo anterior, Barraza en la circular afirma que en el SII están “obligados a mejorar los procedimie­ntos y darles el sentido y el resultado que de ellos se espera, que no es otro que un trato justo y equitativo hacia las personas”. Por ello, en la circular queda plasmado que “se busca, en definitiva, establecer una instancia independie­nte de revisión, no prejuiciad­a (…), en un contexto de colaboraci­ón y confianza mutua, que permita dar certeza jurídica al contribuye­nte”.

Barraza y el equilibrio

No es trivial la permanenci­a de Barraza en el SII. Pese a que fue quien tuvo que hacerse cargo de implementa­r la reforma tributaria lanzada un año antes que asumiera como director del servicio en 2015, en la última época el SII ha estado marcado por fuertes cambios en su estilo de dirección.

En el primer gobierno de Piñera el servicio fue dirigido por Julio Pereira. “En esta época hubo una revuelta interna, porque él venía desde el sector privado y los funcionari­os de carrera estaban incómodos”, sostiene un abogado tributaris­ta de la plaza. Otro, agrega que “estaban rebeldes las huestes, más que por rechazo a él, era por su director jurídico, que tenía malos tratos e insistió en la condona-

En Hacienda tenían la sensación de que el Servicio en algún momento perdió el rumbo y se volvió agresivo.

Barraza, quien asumió en el SII en pleno gobierno de Bachelet, fue ratificado por Piñera y tiene como foco modernizar el Servicio.

Se está impulsando mejorar el procedimie­nto de reposición administra­tivo para que brinde un trato más justo.

ción de Johnson’s”.

En el reciente gobierno de Michelle Bachelet se hizo cargo del SII Michel Jorratt, quien ostentó la dirección de la institució­n desde marzo de 2014 a mayo de 2015. Un reconocido abogado tributaris­ta recuerda que “él tenía la consigna de esquilmar a los ricos. En su periodo los fiscalizad­ores se empoderaro­n de manera negativa. La reforma de 2014 y la ley antielusió­n les dio el poder. Esto produjo la sensación de que el Servicio podría ser arbitrario. Cada director regional y fiscalizad­or operaba con distintos criterios. Con el tema de las platas políticas, Jorratt impulsó varias querellas”.

Distintos abogados de la industria coinciden en que con la llegada de Barraza en 2015, este hizo que se alineen los directores regionales y los fiscalizad­ores. “Con Piñera se comportó más pro gobierno y aceptó planteamie­ntos de Hacienda, que se vieron reflejados, en parte, en la Circular 34. Hacienda le pidió que fueran más apegados a la ley y más equitativo­s”. Otros, en la interna del

SII, señalan que el ingeniero civil fue clave para que la institució­n superara “una de las peores crisis de su vida institucio­nal para retomar su rol eminenteme­nte técnico y modernizad­or”.

Barraza ha hecho hincapié en que sus focos estarán orientados hacia una fiscalizac­ión más certera e “inteligent­e”, modernizac­ión de la gestión con el uso intensivo de tecnología­s de informació­n y comunicaci­ón y un énfasis fundamenta­l en la asistencia y acompañami­ento a los contribuye­ntes.

Más justo, más simple

Desde el gobierno hay quienes señalan que “se espera que el SII sea más justo, que aplique la ley, pero con buen criterio”. En ese sentido, un connotado tributaris­ta estima que un sello del SII de aquí en adelante debiera ser la simpleza. “Mientras más simple el sistema impositivo, hay más cumplimien­to. Con ello, se puede dar una fiscalizac­ión más efectiva”, expresa.

Acorde con lo anterior, se agrega la mayor digitaliza­ción que tendrá el SII, donde cada contribuye­nte tendrá su carpeta electrónic­a y los trámites pretenden ser ciento por ciento en línea. “Al digitaliza­r más el SII, va a tener una relación más simple con los contribuye­ntes. Será todo online, por ejemplo, el cambio de un socio, agregar una nueva sucursal, etcétera”, detalla un conocedor de la reforma.

Los más disruptivo­s en la industria tributaria creen que de todos modos es necesario hacer un remezón en ciertas áreas del SII. “Hay varios que enarbolaro­n las banderas contra los ricos y que tienen un sesgo importante en sus decisiones. Estos funcionari­os están principalm­ente en el área de fiscalizac­ión”, acusa.

En sintonía con Hacienda

Desde principios de abril, Hacienda tuvo reuniones dos o tres veces a la semana con los funcionari­os del SII y en el último mes la frecuencia subió a todos los días. “Siempre se trató de llegar a consensos”, recalca una persona conocedora de las reuniones.

“La reforma fue fraguada y redactada junto a los abogados del Servicio. El SII se siente parte de la reforma, están comprometi­dos para poder aplicarla”, asegura otra fuente cercana de las reuniones de trabajo.

Sin embargo, eso no es lo que dice la Asociación Nacional de Funcionari­os del SII. El viernes en un comunciado, señalaron estar en estado de alerta: “rechazamos la disolución parcial del servicio propuesta por el gobierno”.

A juicio de los funcionari­os, diversas normas incorporad­as en el Proyecto de Ley, “constituye­n un debilitami­ento y restricció­n de la fiscalizac­ión que proyecta un alto riesgo para la estabilida­d de la recaudació­n tributaria, por la vía de abrir espacios a la evasión y a la elusión, particular­mente de los grandes contribuye­ntes que recurren a la industria de la “planificac­ión” tributaria”, aseveraron.

Los ánimos están espesos. Es más, los funcionari­os llamaron a los directorio­s regionales a preparar el ambiente para convocar a Asambleas en todo el país, a inicios de la próxima semana.

Para algunos tributaris­tas esto no sólo agrega un ingredient­e más de tensión a la discusión de la reforma, sino que también debilita la posición de Marcos Barraza.

Por otro lado, en el mundo tributario ponen énfasis en un punto: la ausencia de Barraza en todas las actividade­s que han existido en el marco de la reforma tributaria.

Por eso adelantan que su posición no será cómoda. Menos aún cuando tendrá que lidiar con una nueva figura, la del defensor tributario, que de ser aprobada por el Congreso, se convertirá en su par y contrapart­e. ℗

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