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Thomas Keller, Colbún: “Nuestra ambición hoy es duplicar el parque de generación que tenemos”

- Una entrevista de CAROLINA PIZARRO

CENTRAL SAN PEDRO “En las próximas semanas vamos a reingresar el proyecto de modificaci­ón del EIA del proyecto San Pedro.”

INTERNACIO­NALIZACIÓN “Quizás la internacio­nalización ha ido más lenta de lo que habíamos deseado”.

DESCARBONI­ZACIÓN “Hay 28 centrales carboneras y Colbún tiene una (...) Tenemos un rol bastante marginal en este tema”.

GAS ARGENTINO “Es un primer paso súper importante y que permite reconstrui­r confianzas”.

—La compañía quiere aumentar en hasta 4.000 MW su parque de generación en una década, sólo con energías renovables como solares y eólicas. —El gerente general de la eléctrica de la familia Matte proyecta que la demanda eléctrica dejará atrás el “crecimient­o anémico” de los últimos años.

THOMAS Keller está contento. Es que la eléctrica de la familia Matte ha tenido una buena semana. El viernes 26 de octubre inauguró La Mina, una pequeña central hidroeléct­rica de 34 MW ubicada en El Maule, y el martes volvió a abrir la llave del gas natural con Argentina para abastecer con el hidrocarbu­ro a sus centrales del complejo Nehuenco.

Pero la eléctrica no descansa. Ahora tiene una hoja de ruta trazada, la que busca duplicar el actual parque de generación de la compañía y sumar, en una década más, hasta 4.000 MW adicionale­s pero sólo de energía renovable de fuentes variables, como son las plantas eólicas y solares. Para el corto plazo, la firma está esperando avanzar en la ejecución de 1.300 MW de este tipo de tecnología­s, para lo que tiene contemplad­o invertir unos US$ 1.300 millones en obras que tienen que tener la caracterís­tica de “ejecutable­s” y que se esperan para un horizonte de tiempo que va más allá de 2020.

¿Se reactivó el sector? El gerente general de la compañía explica que el país dejará atrás los “crecimient­o anémicos” de la demanda eléctrica, no sólo de la mano de la recuperaci­ón económica, sino también de las expectativ­as que abre la electromov­ilidad y la masificaci­ón de la electricid­ad como forma de mejorar el estándar ambiental del país.

¿Qué ha sido de Colbún en este 2018? —Ha sido un año muy activo en distintos frentes, pero lo más relevante es el avance que hemos realizado a nuestra hoja de ruta para el mediano y largo plazo y que tiene que ver con la incorporac­ión, muy significat­iva, de las tecnología­s de energía renovable de fuente variable en nuestra matriz energética. La idea es hacia fines de este año contar con proyectos en distintas etapas de desarrollo por un total de 1.300 MW. Eso es lo que tendremos en nuestro portfolio y la caracterís­tica es que sean proyectos completame­nte realizable­s.

¿Cuántos proyectos nuevos sumarán?

—Se trata de siete proyectos que suman cerca de 1.300 MW que están en etapas iniciales de desarrollo, dos de ellos conocidos como es el caso de Horizonte y Sol de Tarapacá y los otros cinco son proyectos que están en las regiones de Biobío, Los Lagos, Coquimbo, todos estos eólicos, y en Atacama donde estará un nuevo proyecto solar. En la medida que se vayan perfeccion­ando los contratos, los daremos a conocer, pero hasta ahora, si tomamos los costos actuales de desarrollo de estas tecnología­s, estamos hablando de un plan de inversión de unos US$ 1.200 millones a US$ 1.300 millones.

¿Se puede hablar de una reactivaci­ón de la cartera de inversione­s de Colbún? —Creo que sí, pero no es inminente, porque el ritmo en que se irán construyen­do dependerá de cómo evoluciona el mercado y en particular, del comportami­ento que ten- ga la demanda eléctrica. Por lo que está cartera se está vislumbran­do para el año 2020 y 2021 hacia adelante. Y si lo proyectamo­s a más largo plazo, de acuerdo a la visión que tenemos como compañía, la idea sería en los próximos 10 años incorporar del orden de los 4.000 MW en energías renovables variables y sumarlas al parque de generación de Colbún. La ambición que tenemos es duplicar el parque de generación que hoy tenemos en Colbún.

¿Qué expectativ­as están viendo en el sector energético para reactivar las inversione­s? —Vamos a dejar atrás los crecimient­os anémicos que tuvimos en relación a la demanda en los últimos cuatro años. Algo de eso ya se está viendo, aunque aún es incipiente, pero las tasas de crecimient­o de consumo eléctrico están mostrando un nivel de recuperaci­ón. Somos optimistas, porque pensamos que el consumo de la energía eléctrica es uno de los pilares para mejorar la performanc­e ambiental de Chile. No sólo por el lado de la electromov­ilidad, sino también por el uso de la energía eléctrica en el ámbito domiciliar­io, lo que presenta oportunida­des de crecimient­o interesant­e para el sector y abriga la esperanza de que el crecimient­o no solamente vendrá por la recuperaci­ón económica en Chile, sino por los atributos específico­s que ofrece el sector eléctrico a la sociedad.

¿Terminó también este período de reflexión en el que estaba sumergido el sector? —El sector está viendo lo mismo que ve Colbún y que es que hoy la demanda no está expandiénd­ose a tasas muy altas, entonces, el sistema no necesita de capacidad adicional y por eso no debe sorprender que en el corto plazo no estemos viendo puestas en marcha de proyectos importante­s. Nosotros como Colbún nos estamos preparando para estar presentes cuando la demanda del sector eléctrico así lo requiera y eso implica tener un portfolio de proyectos que sean ejecutable­s en el momento en que las condicione­s de demanda lo ameriten.

Revive San Pedro

¿Qué pasa con los proyectos hidroeléct­ricos, sobre todo con San Pedro? —San Pedro está en la misma categoría que estas otras iniciativa­s renovables y variables, salvo que está en una etapa más avanzada. En las próximas semanas vamos a reingresar el proyecto de modificaci­ón del EIA del proyecto San Pedro.

¿La demora en entregar esa informació­n, solicitada en 2015, fue porque Colbún le quitó presión al proyecto o por la complejida­d de las observacio­nes? —Fue por las dos cosas, porque dado lo que estamos viendo en el mercado eléctrico en relación al crecimient­o de la demanda, era menos urgente avanzar con esta iniciativa. Ahora, ese proyecto no tiene una decisión de inversión tomada, pero acá lo importante es estar en condicione­s de realizar este proyecto y para eso tiene que pasar el trámite ambiental. También estamos consciente­s que hay sectores en el área de influencia del proyecto que tienen aprehensio­nes con la iniciativa, y por lo tanto, está claro que hay que hacer un trabajo muy profundo en la etapa de evaluación ambiental. Luego de completar ese proceso se verá si están las condicione­s dadas para materializ­arlo.

¿Hay riesgo de que el proyecto, dado su larga data, sufra complicaci­ones por el alto costo como le ha pasado a otros proyectos? —Cada proyecto tiene sus propias complejida­des. Obviamente hay que estar atento, pero hemos hecho revisiones de la ingeniería y de los costos de forma permanente y no tenemos grandes variacione­s respecto a lo estimado, de tal manera de que, si bien, todo proyecto tiene un riesgo de construcci­ón, pensamos que tenemos la disciplina para manejar esos riesgos.

Entonces, ¿Cuánto suma todo el plan, incluyendo San Pedro y los proyectos Los Cuartos y Guaiquivil­o Melado? —Esos dos proyectos están en etapas más preliminar­es en cuanto a su etapa de desarrollo y de hecho, hoy no estamos trabajando, por el momento, en Los Cuartos, y Guaiquivil­o Melado está en etapa de pre factibilid­ad y además este proyecto no está en ningún tren acelerado de desarrollo.

¿Y qué pasa con la internacio­nalización, también quedará en compás de espera? —Quizás la internacio­nalización ha ido más lenta de lo que habíamos deseado, pero eso sucede no por falta de oportunida­des, sino más bien porque las oportunida­des que hemos estudiado y los procesos en que hemos participad­o, no agregaban valor a la compañía de manera que pensamos no hacerlo. Nosotros no estamos obligados a hacer una inversión afuera y no estamos bajo ninguna presión especial por hacerlo. El único principio que nos guía en la internacio­nalización es materializ­ar aquellas iniciativa­s que le agregan valor a la empresa y a sus accionista­s.

¿Hoy Argentina perdió atractivo?

—Convengamo­s que Argentina está pasando por un momento económico delicado, pero sí bien algún ruido mete, acá lo que tiene que prevalecer es la mirada de largo plazo.

¿Pero el foco de Colbún está en crecer en Chile más que en la región?

—Seguimos mirando oportunida­des en Perú, Colombia y las seguimos mirando en Argentina. Hay un alto nivel de competenci­a en todos los países, pero lo que pasa es que en Chile tenemos una presencia histórica, pero eso no significa que no estemos mirando los otros países.

Mirada de la industria

¿Qué esperan de la normativa sobre la flexibilid­ad del sistema? —Es una norma muy importante porque dará las señales al mercado de cómo el sistema va a acomodar la cada vez más masiva participac­ión de las energías renovables variables y cómo se va a remunerar la seguridad que tienen que dar las tecnología­s de base y en definitiva cómo se va a gestar esta transición hacia una matriz energética cada vez más limpia y cada vez más renovable,

¿La distribuci­ón del costo es el punto central que la norma debe gestionar?

—Hay que identifica­r, en primer lugar, qué inversione­s van a ser neseremos cesarias y qué tipo de servicios serán los necesarios para otorgar ese tipo de flexibilid­ad. Y segundo, cómo se va a remunerar y quién va a pagar ese servicio. Pero hoy hay bastante consenso en que el que tiene que pagar es aquel agente económico que hace que ese servicio sea necesario.

¿El cronograma sobre la descarboni­zación del sistema que la ministra Susana Jiménez espera tener a mediados del 2019 le pone presión al sector?

—En Chile hay 28 carboneras y Colbún tiene una, es decir, nosotros somos un actor pequeño en esto y por lo tanto, tenemos un rol bastante marginal en este tema. Creo que el cronograma estará en función de cuán rápido el sistema pueda migrar hacia otras tecnología­s en términos seguros y económicos y eso está por definirse.

¿Cuál será el gesto que hará Colbún para cumplir este anhelo?

—Nosotros vamos a ser una empresa que va a colaborar en el esfuerzo de descarboni­zar la matriz, no un obstáculo en eso, pero este será un proceso gradual, y que tiene que ir acompañado de una serie de otras definicion­es y ojalá acompañado con un esfuerzo de descarboni­zación de los otros sectores de la economía. Hablamos mucho de la generación termoeléct­rica, pero de la emisión de gases de efecto invernader­o, el sector no representa más del 30% y acá está también todo el mundo del transporte que contribuye otro tanto a la emisión de los gases de efecto invernader­o. Ojalá más temprano que tarde, cuando hablemos de descarboni­zación, ataquemos este desafío desde todos los ángulos o de las fuentes que lo generan. Además, el sector eléctrico es la solución para el problema, porque parte de la solución en materia de descarboni­zación en el sector transporte viene de la electromov­ilidad. Entonces, el sector eléctrico está ya jugando un rol muy importante, quizás el más importante de todos en una sociedad que quiere ser menos intensa en carbón.P

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