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Jorge Selaive: “Si hubiese coincidenc­ia entre el crecimient­o del empleo y la economía, las confianzas no estarían pesimistas”

—Su proyección de PIB 2019 es menor a la del Banco Central: 3,2%. —Sobre la política monetaria prevé una trayectori­a más pausada que la delineada por el Banco Central, ya que espera un alza en enero y luego dos alzas más durante la segunda parte del año p

- P. GALLARDO / C. ALONSO

“El Imacec de noviembre viene muy pobre, ojalá sea 2%, por una desacelera­ción del consumo”

CAMBIO DE MENSAJE

“El BC cambió su discurso desde septiembre con las palabras cautela y gradualida­d”.

CRECIMIENT­O DE NOVIEMBRE

“El Imacec de noviembre viene muy pobre, ojalá sea 2%, por una desacelera­ción importante del consumo”.

INVERSIÓN

“Nosotros estamos más optimistas en la proyección de inversión, creemos que va a llegar a 8%”.

AJorge Selaive, economista jefe de Scotiabank, se le conoce por sus opiniones frontales respecto de las principale­s variables de la economía y el rol que le cabe en ellas a los agentes económicos y la propia autoridad. Con esa misma afilada certeza, evalúa los principale­s mensajes que el Banco Central entregó en el Informe de Política Monetaria (IPoM) presentado el miércoles pasado por el Banco Central.

¿Qué evaluación tiene del escenario económico que delineó el Banco Central en el último IPoM?

—El IPoM de septiembre ponderó de manera muy intensa el pasado y bastante menos el futuro cuando reveló su escenario y concretó un alza de Tasa de Política Monetaria (TPM) en octubre. Es muy significat­iva la diferencia de la estimación que hizo el Central del crecimient­o del tercer trimestre y la efectiva: erró en 1 punto porcentual. Más aún, en septiembre señalaba que las brechas de capacidad continuaba­n cerrándose y por el contrario, terminaron abriéndose y se concretó un alza en la TPM con brechas de actividad abiertas.

¿Este IPoM es más pragmático?

—El BC cambió su discurso desde septiembre con las palabras cautela y gradualida­d. Ha bajado la pendiente de crecimient­o y de inflación, por lo tanto, la velocidad con que requiere ir retirando el estímulo monetario.

¿Comparte el cierre del PIB en 4%?

—El Imacec de noviembre viene muy pobre, ojalá sea 2%, por una desacelera­ción importante del consumo. Diciembre lo mismo, en torno a 2,5%. Con eso, el crecimient­o del trimestre termina en 3% y la economía en 3,9%.

Para 2019, el BC sustenta su proyección de crecimient­o en la inversión, ¿cuál es su juicio?

—El BC mantuvo el rango de crecimient­o de 3,25%-4,25%, pero su proyección puntual se redujo dos décimas. Me explico: cuando se pondera las variables de demanda, da un punto medio de crecimient­o dentro del rango. En septiembre era 3,75%. Hoy la estimación puntual es de 3,55%, porque la redujo para todos los trimestres. Lo llamativo es ¿Por qué el BC no dijo que la proyección del próximo año está sesgada a la baja?. Creo que no lo hizo para no dañar las expectativ­as.

¿Pese al repunte de la inversión?

—Estamos más optimistas en la proyección de inversión, va a llegar a 8% (6% del BC) con temporalid­ad más intensa desde el segundo trimestre de 2019. Pero en consumo el Central dice 3,3% y nosotros 3%. Con esto el BC proyecta un crecimient­o de 3,55% y nosotros 3,2%.

¿Por qué menos?

— Vemos una desacelera­ción más fuerte del consumo y la inversión muy concentrad­a en la reposición en la minería, no en inversión que aumente capacidad. Los grandes proyectos inmobiliar­ios, forestales, públicos y mineros se inician todos el segundo trimestre de 2019.

¿La desacelera­ción del consumo tiene que ver con la debilidad del mercado laboral?

—Coincido con el diagnóstic­o de una mayor creación de empleo que la que muestran las cifras oficiales, pero aún son acotadas. Porque si hubiese tanta coincidenc­ia entre el crecimient­o del empleo y el de la economía, no tendríamos las confianzas en terreno pesimista. La gente no está viendo esta coincidenc­ia entre creación de empleo y actividad.

¿Podría haber mejores cifras entonces desde ese momento?

—No tenemos total claridad de si este proceso de inmigració­n que está impactando al mercado laboral va a continuar o va a retraerse.

¿También con la desacelera­ción de los salarios que identificó el BC?

—Debemos tener cuidado con ese análisis, porque es un tema sensible para la sociedad en su conjunto. Cuando un ente con la reputación y prestigio del Banco Central nos dice que la ola inmigrator­ia ha sido muy intensa y ha afectado a los salarios del mercado laboral, hay que tener mucho cuidado con el uso político que se pueda hacer de eso. Habría sido partidario de que este análisis y conclusion­es hubiesen quedado más en las implicanci­as inflaciona­rias y evitar las referencia­s tan explícitas entre inmigració­n y detrimento de salarios.

¿No coincide con el análisis de un impacto en los salarios de la inmigració­n?

—El BC dice que la inmigració­n es inflaciona­ria como resultado de un modelo. Sin embargo, hay muchos países que han tenido olas inmigrator­ias tanto o más intensas que la chilena (Miami 1980; Suiza 1950; Grecia 2000) y todos los estudios empíricos, no modelístic­os, no han encontrado tal relación. Entonces, estas afirmacion­es que hace el Central respecto del efecto positivo de la inmigració­n sobre la inflación a la luz de la evidencia internacio­nal, son altamente cuestionab­les. La realidad es bastante más compleja: cuando uno analiza la experienci­a internacio­nal, la evidencia expost es mixta e incluso con evidencia nula de la inmigració­n sobre inflación y salario.

El BC decidió subir su tasa de interés en octubre, sin embargo, esa decisión llegó con un mercado altamente dividido, ¿se apuró el Banco Central?

—Es claro que la política monetaria en Chile y en el mundo está en un proceso de normalizac­ión y yo suscribo el proceso de alza de tasas. De hecho, hay un elemento que reafirma esa necesidad y es que estamos teniendo un importante abultamien­to del déficit de cuenta corriente que, a precios de largo plazo, es similar al de 2011 y 2014. La diferencia de ese período y hoy, es que está bastante menos financiado por inversión y más por endeudamie­nto y flujos de corto plazo. Eso sugiere que la política monetaria tiene que comenzar a normalizar­se.

Que la decisión de política monetaria haya sido con un mercado dividido, ¿debería llevar al BC a mejorar su comunicaci­ón?

—El discurso comunicaci­onal del BC ha sido consistent­e en el tiempo. Pero me parece importante sintonizar­se mejor con el mercado. Hemos tenido un alza de volatilida­d en las tasas de corto plazo por la incapacida­d del mercado de leer al Central y estar forzados a seguirlo.

¿Dificultad de leer la estrategia o es que el mercado no comparte el mensaje?

—Tiene que ver con la capacidad del BC de convencer y para eso es relevante que mejore la transparen­cia de su estrategia de política monetaria, que el mercado sea capaz de leer a qué ritmo va a ocurrir el alza de tasas.

¿Cuál es la trayectori­a de tasas que espera para el próximo año?

—Esperamos que se concrete el alza en enero. Una a mediados de año y otra a fines de 2019.P

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