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Alejandro Ferreiro: “Hay que tener cuidado para evitar que las AFP adopten posiciones más conservado­ras de las necesarias”

—A juicio del experto, el diseño propuesto por el gobierno tiene elementos redistribu­tivos que beneficia a quienes tienen las pensiones más bajas. —Además, enfatiza que el ahorro individual es superior al de reparto para transforma­r cotizacion­es en pensi

- Una entrevista de PAULA GALLARDO

AUNQUE faltan detalles respecto de la propuesta del Ejecutivo sobre pensiones, ya existe un fuerte debate acerca de la distribuci­ón del 6% de aumento de la cotización, que acoge elementos de reparto o solidario a través del 3% destinado a un fondo de ahorro colectivo, mientras que el otro 3% va a la cotización individual. En una vereda cuestionan que el aumento no vaya totalmente al fondo privado y desde la otra, que la propuesta no es suficiente­mente solidaria, el ex superinten­dente de Pensiones y también exministro de Economía, el abogado DC, Alejandro Ferreiro, señala que se trata de un diseño robusto, un punto medio entre la oposición y el oficialism­o, lo que hace posible un acuerdo.

¿Cuál es su evaluación de la propuesta del Ejecutivo?

—Se parece bastante a la que se formuló al final del gobierno de la Presidenta Bachelet. Incluso más, en el gobierno anterior se hablaba de 5 puntos de cotización y esta vez son 6. En consecuenc­ia, es mejor que lo que teníamos antes y dado que era muy difícil mejorar las pensiones de quienes ya han jubilado, este mecanismo solidario o de reparto resuelve bien el problema. Me parece una propuesta robusta y con un componente progresivo.

¿En qué sentido progresivo?

—Al darse el beneficio como monto de UF, por definición lo hace más progresivo, porque el impacto va a pesar más sobre las pensiones más bajas. Es decir, hay un elemento redistribu­tivo desde los empleadore­s que tienen cotizantes de más altos ingresos, hacia quienes tienen pensiones menores.

¿Es un cambio estructura­l?

—Son cambios muy significat­ivos, no sé si estructura­les, de un sistema que estaba condenado a pagar pensiones insuficien­tes, con bajos niveles de ahorro público y privado. Vamos a pasar a un sistema mejor calibrado y más competente.

¿Qué opina de las críticas? La Asociación de AFP cuestiona que la cotización no vaya enterament­e al fondo individual y desde la oposición, el Partido Socialista dice que la reforma no es suficiente

—Hay que salir de las consignas para ir a la cuestión de fondo: cómo financiamo­s un aumento significat­ivo de pensiones. Hay que tener presente que en el largo plazo el ahorro individual es superior al reparto como mecanismo para transforma­r cotizacion­es en pensiones. Si usted hace un examen de ADN a una pensión pagada hoy, 2/3 se explica por la rentabilid­ad acumulada y solo 1/3 por el valor real de la cotización.

Pero el sistema actual tampoco ha sido eficiente en entregar mejores pensiones...

—El problema del ahorro es que, por definición, solo beneficia al ahorrante. Y lo que se quiere lograr con este mecanismo solidario es una pensión mejorada para quienes han ahorrado poco. Ahí está la combinació­n virtuosa. Ahora, si la Asociación de AFP sugiere que vaya todo a la cuenta individual, y el Partido Socialista dice que vaya todo a un fondo colectivo, probableme­nte lo planteado es un punto medio que viabiliza un acuerdo equidistan­te entre las posiciones.

Con un costo fiscal importante, sobre todo al principio.

—Lo que se ha decidido es una especie de préstamo al sistema del Estado de Chile mientras no se llene el “chanchito” de las cotizacion­es para el sistema de ahorro colectivo, porque el primer y segundo año probableme­nte no va a alcanzar. Es la única manera de empalmar, porque la otra alternativ­a habría sido un shock al mercado en el trabajo. Eso me parece razonable.

Para administra­r este 6% se creará una entidad pública que licitará la administra­ción a agentes es

“Lo que se quiere lograr con este mecanismo solidario es una pensión mejorada para quienes han ahorrado poco. Ahí está la combinació­n virtuosa”.

“No hay razón para pensar que la rentabilid­ad de esta fórmula de ahorro colectivo sea inferior a la que puedan obtener las AFP. Eso se va a jugar en los detalles”.

pecializad­os, ¿da garantías de rentabilid­ad?

—No hay razón para pensar que la rentabilid­ad de esta fórmula de ahorro colectivo sea inferior a la que puedan obtener las AFP. Dependerá de las gobernanza­s, los incentivos, del profesiona­lismo con que esto se administre, evitar que haya captura de los fondos, evitar que haya presiones políticas y que estos fondos ayuden a maximizar la utilidad o la rentabilid­ad y la disminució­n del riesgo en el largo plazo. Eso se va a jugar en los detalles de la regulación y de la calidad del gobierno colectivo que se establezca sobre este consejo de ahorro.

Entre las medidas anunciadas también hay una serie de propuesta que buscan inyectarle mayor competenci­a a las AFP, entre ellas está que se abrirá espacio a nuevos actores como sociedades sin fines de lucro y cooperativ­as de afiliados entre otras, ¿va en la dirección correcta?

—Había una apertura a constituir AFP sin fines de lucro y ahora se explicita que podrán ser las cooperativ­as. Me parece bien que se genere este espacio, pero hay que tener cuidado, estas entidades deben tener estructura­s de control interno: no porque no tengan fines de lucro pueden ser desprolija­s en su gestión. Imagino que estarán bajo la tutela de la Superinten­dencia de Pensiones y con las mismas normas que rigen para las AFP.

Otro de los temas son las utilidades de las AFP. ¿Es correcto que tengan que devolver a las cuentas individual­es de sus cotizantes parte importante de las comisiones cobradas cuando la rentabilid­ad sea negativa?

—Esto ya se discutió hace 15 o 20 años y lo que se observó es que cuando se le ponían demasiados castigos a la rentabilid­ad negativa, la tendencia de las administra­doras era buscar inversione­s muy conservado­ras, y eso terminaba por reducir la rentabilid­ad y las pensiones futuras. Hay que tener cuidado para evitar que las administra­doras adopten posiciones más conservado­ras de las necesarias. Pareciera que lo que se está buscando son benchmark o rentabilid­ad absoluta negativa y ahí hay que preguntars­e qué pasa si hay una gran crisis internacio­nal y si tiene sentido castigar a la administra­dora por cuestiones que están fuera de su alcance.

Otra de las medidas es que no podrán cobrar comisiones en fondos mutuos nacionales, ¿es mayor competenci­a?

—Me parece de toda lógica. Probableme­nte no le va gustar a la industria de fondos mutuos en Chile, pero es difícil explicar, porque una AFP tenía que invertir en una administra­dora de fondos mutuos y pagar una doble comisión por acceder a un tipo de inversión a la que podía acceder de manera directa sin pagar comisión. Eso es innecesari­o. Distinto es la inversión en el extranjero, ahí es difícil que la AFP chilena tenga la capacidad de identifica­r las oportunida­des de inversión como los administra­dores especializ­ados.

Se establece que el Consejo Consultivo Previsiona­l deberá revisar periódicam­ente los parámetros del sistema, ¿es una idea correcta?

—Me parece correcto ese planteamie­nto. Por ejemplo, si se trata de tablas de mortalidad, es razonable que se pronuncie, pero son las autoridade­s políticas las que tienen que hacerse responsabl­es de materializ­ar normativam­ente lo que surge de ahí.

¿Podría haber un efecto en el desempleo por el aumento de las cotizacion­es?

—La gradualida­d ayuda, pero hay que mirar el total del aumento de los costos laborales directos e indirectos. Está sobre la mesa la reforma tributaria, la norma sobre salas cuna y la reducción de la jornada laboral, entre otras. Además hay nuevas formas de trabajo, más autónomas, asociadas a plataforma­s tecnológic­as y no tanto al empleador con nombre y apellido, que disminuyen la relevancia del binomio empleador y trabajador formal. Ese es un tema que debemos mirar en el largo plazo porque esas formas de trabajo no necesariam­ente coinciden con el sistema de seguridad vigente.

¿Qué espera de la discusión en el Congreso?

—Probableme­nte cada quien va a tratar de hacer su punto político en la discusión legislativ­a. En términos objetivos me parece que estamos tan cerca de un acuerdo importante, impensado hace un tiempo atrás, que sería de una altísima irresponsa­bilidad del mundo político no llegar a un acuerdo. El mundo político ha sido choqueado por una encuesta que descalific­a a todo el mundo y una buena parte de este descrédito es que se lo percibe enfrascado en disputas sin sentido y dejando pasar una y otra vez la oportunida­d de solucionar los problemas de fondo. Aquí hay una propuesta equidistan­te, razonable, y bastante robusta, dejar pasar esa oportunida­d sería incomprens­ible.

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