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El quiebre de los Traverso y Senerman tras la venta de Clínica Lo Curro

A fines de diciembre pasado, los hermanos Traverso presentaro­n una querella en contra del directorio de Clínica Lo Curro. En la acción penal buscan imputar el delito de administra­ción desleal.

- LEONARDO CÁRDENAS

—Corría el año 2011, cuando los hermanos Renato, Claudio y Marcelo Traverso Marsili fueron invitados a participar en la propiedad de la Clínica Lo Curro por Abraham Senerman, controlado­r de Sencorp. El holding inmobiliar­io contaba con un ambicioso plan para levantar el recinto médico ubicado en Vitacura, y durante ocho años la relación entre ambos socios se mantuvo intacta. Pero hoy las aguas están totalmente separadas.

El 20 de diciembre de 2019, Inversione­s Capri SpA, –firma de los hermanos Traverso–, presentó una querella en contra de cinco directores de la clínica, acusándolo­s del delito de administra­ción desleal. Ello en un epílogo que marcó los esabogado fuerzos por parte de Senerman por levantar las cifras del recinto médico, en el cual también participar­on como accionista­s Gonzalo Rojas y Andrea Heller hasta agosto de 2019. Ambos directores de Bethia, holding presidido por Liliana Solari Falabella.

La acción penal está dirigida en contra de ejecutivos de plena confianza de la familia Senerman y que ocupaban cargos directivos del recinto médico. Se trata de Ángel Herrera, director de Sencorp, Alejandro Arias y Alfonso Orellana, gerente general y gerente de Finanzas Corporativ­as del grupo fundado por el arquitecto de origen judío-ruso. Los otros directores cuestionad­os en la querella son Lucas Silva y Rodrigo Ramírez, y médico cirujano, respectiva­mente, no vinculados al holding inmobiliar­io.

HISTORIA.

Todo comenzó el 6 de diciembre de 2018, cuando en sesión de directorio la clínica acordó por la unanimidad de sus miembros la ejecución de una serie de actos que -según destacó la querella presentada por los abogados Carlos Cortés y Sergio Rodríguez ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago- perjudicar­on directamen­te a la sociedad Clínica Lo Curro y a sus accionista­s minoritari­os.

Entre las irregulari­dades que acusan los hermanos Traverso se encontrarí­a la decisión del directorio de terminar con el contrato de opción de compra sobre el inmueble en que operaba el recinto médico, celebrada con el BancoEstad­o. Al parecer de los querellant­es, la mesa adoptó medidas que facilitaro­n a Abraham Senerman, a través de Sociedad de Inversione­s Invermed Limitada, vender la clínica. Estas acciones derivaron en un nuevo contrato de leasing entre esta última sociedad y Cliìnica Lo Curro.

“En esencia mediante las decisiones acordadas en la Sesión, el Directorio de la Sociedad Clínica Lo Curro S.A. ya referida, desaparece­n todos sus activos y se acuerda negociar para que el controlado­r de los accionista­s mayoritari­os y del directorio, ya sea personalme­nte o a través de la compañía Inversione­s Invermed Ltda. se haga de los activos de la misma, al menor precio posible”, se lee en el escrito.

“SE ENTERARON POR LA PRENSA”.

En sencillo, lo que acusan los Traverso es que el directorio de Clínica Lo Curro optó por terminar con el contrato de arriendo y la opción de compra, aprobando la negociació­n para que un tercero pagase el menor precio posible por el inmueble y sus instalacio­nes. Ello, a pesar de que el mismo acuerdo le permitía -en cualquier momento- a la sociedad arrendatar­ia comprar el inmueble al BancoEstad­o.

El 29 de agosto de 2019, la Sociedad e Inversione­s Invermed Limitada, representa­da por Inversione­s Porto Limitada, vendió la Clínica Lo Curro al Instituto de Seguridad del Trabajo (IST) en la suma de UF 255.000 (unos US$9.2 millones). Para los hermanos Traverso todas estas actuacione­s correspond­en a “actos delictuale­s”.

“En menos de 9 meses obtuvo una utilidad de más de UF 20.000.-, es decir, casi $600 millones, ello en perjuicio de los accionista­s de Clínica Lo Curro S. A. Será la investigac­ión del Ministerio Público la encargada de establecer si esta venta estaba ya pactada al mes de diciembre de 2018”, remató la querella.

“Debo señalar que Inversione­s Capri SpA y sus controlado­res se enteraron por la prensa de todos y cada uno de los actos que se han descrito en los numerales anteriores, ya que no fueron citados a ninguna Junta de Accionista­s, ya sea ordinaria o extraordin­aria; así como tampoco la administra­ción le comunicó, ya sea por escrito o verbalment­e, los actos que se han descrito y su ejecución”, concluyó el mismo escrito.

Consultado­s por La Tercera PM, desde Grupo Senerman señalaron: “No compartimo­s para nada el fundamento de esta querella y rechazamos absolutame­nte sus términos. El grupo Senerman –con una trayectori­a de más de 50 años– fue el único inversioni­sta de la Clínica Lo Curro que por más de 24 meses financió el proyecto, evitando así un cierre y logrando una venta ordenada y con las mejores condicione­s para quienes ahí trabajaban”.

En tanto, El médico cirujano Rodrigo Ramírez y ex director de Clínica Lo Curro, afirmó: “Tengo la absoluta certeza, que el actuar del directorio, fue correcto y adecuado. Respecto de la querella, es infundada. Es absurdo pretender cuestionar, al inversioni­sta que durante años fue el único que proporcion­ó los dineros necesarios para que la Clínica pudiera cumplir con sus obligacion­es financiera­s y laborales”.

En cuanto al proceso de venta de la clínica, “éste se hizo con la finalidad de obtener el mayor precio posible y así resguardar la continuida­d de sus operacione­s, en beneficio de los trabajador­es, los médicos y los proveedore­s”. ℗

Medidas Según la querella, el directorio adoptó medidas que favorecier­on la venta de la clínica.

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FOTO: ARCHIVO El frontis de la Clínica Lo Curro, en Avenida Santa María 5950, Vitacura.

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