Enfoque de género para enfrentar la pandemia y apoyar la reactivación que viene
PUNTO DE VISTA
AChileMujeres
casi cinco meses de descubiertos los primeros casos de Covid-19, la enfermedad se ha expandido por todo el mundo, generando impactos enormes en términos de vidas humanas, así como también, grandes costos económicos y efectos sociales. Con el paso del tiempo y con la evidencia de las huellas que ha dejado a su paso, hemos aprendido cómo el Covid-19 provoca caídas muy profundas en la actividad económica de todos los países, sin excepción; que los sectores de servicios son los más afectados como consecuencia de las medidas de confinamiento y distanciamiento social que se deben implementar para contener el contagio; que por su impacto, la enfermedad está generando alzas de desempleo sin precedentes en períodos muy breves y que las mujeres están siendo particularmente afectadas no solo por el aumento de la violencia intrafamiliar, sino también por las pérdidas de empleo, dada su mayor participación en los sectores económicos más afectados.
En EE.UU. se destruyeron más de 20 millones de empleos en abril y la tasa de desempleo subió a 14,7%. Dentro de los grupos de la población más afectados por esta catástrofe están los más vulnerables, incluyendo personas menos calificadas profesionalmente, trabajadores de bajos ingresos y mujeres, entre las cuales el desempleo llegó al 16,2% (ver gráfico).
En Chile, comenzamos a ver los efectos económicos y sociales de las medidas de confinamiento para enfrentar la pandemia y todo parece indicar que estos no serán muy distintos a los ocurridos en el resto del mundo. Los analistas estiman que en abril y mayo la actividad tendrá una caída cercana a
10% y, tanto el mercado, como el pro- pio gobierno pro- yectan que en los próximos meses el país enfrentará un fuerte aumento del desempleo. Las consecuencias sobre la desocupación femenina ya se sienten sobre nuestra economía: al cierre del primer trimestre, la tasa
Clapes UC
subió hasta 9,7%, comparada con 7,1% en los hombres.
Y no solo el desempleo; a las mujeres también les está siendo más difícil teletrabajar por el desequilibrio en el cuidado de los hijos e hijas y del hogar. Mientras la principal dificultad de una mujer para realizar el teletrabajo está en poderlo compatibilizar con las tareas domésticas, para los hombres está en la calidad de internet. La corresponsabilidad es muy insuficiente: solo el 18% de los hombres dicen estar a cargo de los niños y niñas y su “aporte principal” consiste en cocinar, con solo un 30% que lo hace.
A su vez, los sectores con mayor participación femenina son los con menores posibilidades de teletrabajar: servicios y ventas de comercio está compuesto por 65% de mujeres; trabajo doméstico por 97% de mujeres; y salud, por 73% de mujeres.
Conscientes de este complejo escenario, las autoridades han anticipado que preparan un plan de reactivación económica y empleo. El llamado que hacemos es a innovar y a tener una consideración especial de género en el conjunto de medidas que se están elaborando.
El 42% de los hogares en Chile tiene a una mujer como jefa y son ellas quienes están siendo particularmente afectadas por esta pandemia. Se requieren medidas especiales en su apoyo, tanto ahora como una vez que pase lo peor en materia sanitaria. Si como se ha señalado, lo que se busca en estos momentos de crisis es consensuar medidas y crear acuerdos, este es un tema que sin lugar a duda generará un amplio y transversal apoyo técnico y político.
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