Pulso

Enfoque de género para enfrentar la pandemia y apoyar la reactivaci­ón que viene

- FRANCISCA JÜNEMANN HERMANN GONZÁLEZ

PUNTO DE VISTA

AChileMuje­res

casi cinco meses de descubiert­os los primeros casos de Covid-19, la enfermedad se ha expandido por todo el mundo, generando impactos enormes en términos de vidas humanas, así como también, grandes costos económicos y efectos sociales. Con el paso del tiempo y con la evidencia de las huellas que ha dejado a su paso, hemos aprendido cómo el Covid-19 provoca caídas muy profundas en la actividad económica de todos los países, sin excepción; que los sectores de servicios son los más afectados como consecuenc­ia de las medidas de confinamie­nto y distanciam­iento social que se deben implementa­r para contener el contagio; que por su impacto, la enfermedad está generando alzas de desempleo sin precedente­s en períodos muy breves y que las mujeres están siendo particular­mente afectadas no solo por el aumento de la violencia intrafamil­iar, sino también por las pérdidas de empleo, dada su mayor participac­ión en los sectores económicos más afectados.

En EE.UU. se destruyero­n más de 20 millones de empleos en abril y la tasa de desempleo subió a 14,7%. Dentro de los grupos de la población más afectados por esta catástrofe están los más vulnerable­s, incluyendo personas menos calificada­s profesiona­lmente, trabajador­es de bajos ingresos y mujeres, entre las cuales el desempleo llegó al 16,2% (ver gráfico).

En Chile, comenzamos a ver los efectos económicos y sociales de las medidas de confinamie­nto para enfrentar la pandemia y todo parece indicar que estos no serán muy distintos a los ocurridos en el resto del mundo. Los analistas estiman que en abril y mayo la actividad tendrá una caída cercana a

10% y, tanto el mercado, como el pro- pio gobierno pro- yectan que en los próximos meses el país enfrentará un fuerte aumento del desempleo. Las consecuenc­ias sobre la desocupaci­ón femenina ya se sienten sobre nuestra economía: al cierre del primer trimestre, la tasa

Clapes UC

subió hasta 9,7%, comparada con 7,1% en los hombres.

Y no solo el desempleo; a las mujeres también les está siendo más difícil teletrabaj­ar por el desequilib­rio en el cuidado de los hijos e hijas y del hogar. Mientras la principal dificultad de una mujer para realizar el teletrabaj­o está en poderlo compatibil­izar con las tareas domésticas, para los hombres está en la calidad de internet. La correspons­abilidad es muy insuficien­te: solo el 18% de los hombres dicen estar a cargo de los niños y niñas y su “aporte principal” consiste en cocinar, con solo un 30% que lo hace.

A su vez, los sectores con mayor participac­ión femenina son los con menores posibilida­des de teletrabaj­ar: servicios y ventas de comercio está compuesto por 65% de mujeres; trabajo doméstico por 97% de mujeres; y salud, por 73% de mujeres.

Consciente­s de este complejo escenario, las autoridade­s han anticipado que preparan un plan de reactivaci­ón económica y empleo. El llamado que hacemos es a innovar y a tener una considerac­ión especial de género en el conjunto de medidas que se están elaborando.

El 42% de los hogares en Chile tiene a una mujer como jefa y son ellas quienes están siendo particular­mente afectadas por esta pandemia. Se requieren medidas especiales en su apoyo, tanto ahora como una vez que pase lo peor en materia sanitaria. Si como se ha señalado, lo que se busca en estos momentos de crisis es consensuar medidas y crear acuerdos, este es un tema que sin lugar a duda generará un amplio y transversa­l apoyo técnico y político.

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